viernes, 25 de febrero de 2011

Comenzar de nuevo [Magreb Version]

Aquí las calles están vacías. Nosotros, casi todos, estamos dentro de los coches, o en las casas. ¿Sabías que la mayor parte del tiempo lo pasamos dentro? Nos suelen acompañar nuestras televisiones, que nos entretienen como regla, e informan, como excepción. ¿Sabías que la mayor parte del tiempo lo pasamos en soledad o en grupos muy pequeños? 

Te he visto en la televisión. Estabas gritando, de rabia y de alegría al mismo tiempo; tienes suerte, eso es algo que a mí se me ha olvidado.

Allí las calles están llenas. Vosotros, casi todos, estáis entre los coches, bajo las casas. No sabía que os gustara pasar la mayor parte del tiempo fuera. He visto una de las cámaras que te estaba grabando. Te acercabas a ella y le gritabas "democracia"; y también "muerte al tirano". Dime, ¿no me has reconocido en la mirada automática de esa cámara? 

¿Y en su silencio? ¿Y en su sordera? ¿No me has visto enfrente de ti, sentado, quieto, inoperante, tedioso, narcotizado?

Tú lo harás y yo lo veré: cuando mates al tirano te daré la bienvenida a este mundo en el que nadie lucha. ¿Que no me crees? De esclavo a esclavo: no se puede sentir mayor desgracia, ni mayor derrota, que la de quien no es capaz de ver el látigo con el que se le está atizando.


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jueves, 24 de febrero de 2011

Viaje a los sueños polares


[NOMBRE DEL GRUPO]: Family

[COMPONENTES]: Javier Aramburu [voz, guitarra y programaciones] e Iñaki Gametxogoikoetxea [bajo y programaciones].

[NOMBRE DEL DISCO]: Un soplo en el corazón

[EMPRESA DISCOGRÁFICA]: Elefant Records

[AÑO]: 1994

[PORTADA Y CONTRAPORTADA]: 

 
[OPINIÓN ABISAL]: El mejor disco de pop español de todos los tiempos [así lo pienso desde que lo escuché en 1994]  

[ADVERTENCIA]: Es necesario haberlo escuchado en la juventud para sentir el soplo [letal] en el corazón.

[LAS JOYAS]:


[Track 1] / La noche inventada



[Track 2] / Nadadora



[Track 3] / Como un aviador



[Track 4] / En el rascacielos



[Track 5] / El bello verano



[Track 6] / Portugal



[Track 7] / El buen vigía



[Track 8] / Viaje a los sueños polares



[Track 9] / Al otro lado



[Track 10] / Carlos baila



[Track 11] / Yo te perdí una tarde de abril



[Track 12] / Dame estrellas o limones



[Track 13] / El mapa



[Track 14] / Martín se ha ido para siempre




[LOS GENIOS]:

miércoles, 23 de febrero de 2011

¿Qué estará haciendo Julian Assange en estos momentos?

Pocos días después de que Wikileaks filtrase los cables diplomáticos de medio mundo, Julian Assange afirmó que la siguiente remesa de filtraciones tendrían que ver con los "secretos" de la Banca Mundial. 

Mientras espero, me pregunto [os pregunto] que qué estará haciendo Julian Assange en estos momentos:

Acción 1 / Posando en el fotocol de una fiesta diplomática.

Acción 2 / Negociando un crédito bancario para una buena defensa de su juicio.

Acción 3 / Eligiendo un disfraz para carnaval. 

Acción 4 / Otra [indicar cual].




BONUS TRACK

domingo, 20 de febrero de 2011

La ideología de los pavos



Justin Bieber [I]: "Tengo la obligación de plantar pequeñas semillas entre mis fans. No les voy a decir que necesitáis a Jesús, pero al final de un concierto sí digo Dios os ama"




Vi la noticia en la televisión hace algunos días: unas declaraciones polémicas de Justin Bieber para una revista musical podrían hacer enfurecer a parte de sus fans. Recuerdo que lo primero que pensé es que qué tontería; pero después pensé en las fans, incapacitadas como sujetos para cuestionar a sus ídolos, de la misma forma que lo están los devotos en relación a sus dioses. Ahí había un principio de reflexión para verter en el blog, cuyo tema, pensé, no tendría por menos que ser la manifestación más extrema [y también más espectacular] de uno de los efectos de la sociedad del espectáculo: la histeria de las fans.

Cuando me puse al tema, la dispersión no tardó en llegar. El error, ahora lo tengo claro, fue documentarme sobre lo que había dicho y sobre quién era Justin Bieber. Las fans entonces pasaron a un segundo plano y me distraje pensando que Justin Bieber [esto es, lo que piensa, lo que es, lo que canta, etcétera] es la constatación de un cambio de ciclo que nos conduce a una sociedad mucho más conservadora, mogigata y miedosa.

Las declaraciones de Justin Bieber que la televisión calificó como polémicas [y que yo tomé como el pensamiento de un muchacho de su época, o las creencias de un ídolo de las masas adolescentes occidentales, desde Alaska hasta Moscú] me despertaron la curiosidad sobre qué clase de declaraciones hicieron en su juventud Bob Dylan, Lou Reed, Patti Smith y otros que a finales de los años 60 [cuando en Occidente se estaba cultivando el conato de revolución que supuso el mayo francés del 68] eran ya ídolos de masas al tiempo que podían presumir de una juventud incipiente, como es el caso de Justin Bieber en la actualidad. Las palabras de Dylan, Reed y Smith eran la muestra de una actitud transgresora ante la vida, que, pose rockera o no, suponían un ataque a la entonces sociedad conservadora [y tediosa] que había forjado la burguesía occidental a través de sus regímenes democráticos.

De pronto [cuando ya ni me acordaba del tema de las fans] me cuestioné la naturaleza de las declaraciones de Justin Bieber. ¿Acaso sus declaraciones sobre la religión, sobre el sexo y sobre el aborto no son hoy transgresoras? Y digo tan transgresoras como las fueron en su momento las de Dylan, Reed y Smith. En un panorama socio-político en el que la religión estaba yendo en declive, la sexualidad empezaba a darnos las primeras alegrías y habíamos logrado, al menos, descriminalizar el aborto..., no hay duda de que sí, de que las palabras de Bieber son pura transgresión. Ni siquiera cabría llamar a Bieber como el anti-transgresor, por contraste a la transgresión de los viejos rockeros: Bieber es, con todas las de la ley, y en igualdad de condiciones con los viejos rockeros, transgresor. Entonces no había nada que contar. La certeza de que Bieber era un transgresor de nuestros tiempos deshizo mis intenciones de escribir una entrada tirando del hilo de sus declaraciones..., hasta que, en un momento de distracción que tuvo lugar horas después de todo esto, se me apareció el fantasma de Frank Zappa.

El recuerdo de Zappa desencalló la reflexión al introducir una variable que distingue a los viejos rockeros de los nuevos como Justin Bieber: los viejos rockeros tenían conciencia de su propia ideología. Sus vestimentas, sus peinados desaliñados, sus canciones, sus letras, todo [sabían que incluso escupir o tocarse los huevos en el escenario era un hecho político] estaba imbuido de ideología, de una suerte de acción contra la reacción.

Frank Zappa [I]: "El cristianismo es una religión anti-intelectual. No quieren que seas inteligente. Así que sé un estúpido imbécil y tienes el cielo ganado"
 


Justin Bieber [II]:"No creo que debieras tener sexo con cualquiera que no ames. Creo que sólo deberías esperar por la persona de la que estás enamorado"



Ya no hay vuelta atrás: hay reflexión y se la debo al rockero Frank Zappa.

Primer impulso: me veo cinco vídeos de Justin Bieber, de los cuales selecciono tres [un vídeo-clip, un juego y una persecución de fans]; me leo la entrevista donde Bieber dice lo que dice y selecciono las tres partes que me parecen más significativas. Segundo, vinculo cada declaración a un vídeo; es cuando decido que la entrada tiene tres bloques, cada uno de los cuales se abrirá con cada uno de estos tres vínculos palabras-imágenes de Bieber. Tercero: busco tres frases de Zappa que toquen, aunque sea de manera tangencial, temáticas similares a las tres que he seleccionado de Bieber; las encuentro y decido terminar cada bloque con cada una de ellas [así saldo mi deuda con el reavivador de esta entrada].

Cuarto impulso: preciso el tema, que es la conciencia de la ideología propia como diferencia principal entre las dos transgresiones, las de los viejos y las de los nuevos rockeros. Quinto: debido a la complejidad del tema, valoro la posibilidad de no incluir contenido verbal propio, elaborando la reflexión, por así decirlo, como un diálogo en bruto entre la transgresión de Zappa y la transgresión de Bieber, y decido que no; entonces..., o incluyo contenido verbal propio o no hay entrada. Sexto [el anti-impulso]: procrastino [o realizo una de las más nobles artes: la postergación].

Séptimo impulso: diseño la forma de la entrada sin conocer su contenido y le asigno a cada bloque tiempos verbales diferentes, pasado para el primero, presente para el segundo y lo que yo llamo futuro incierto para el tercero. Octavo: en busca de inspiración, revisiono los tres vídeos elegidos de Justin Bieber, que no me arrancan ningún comienzo pero que, sin embargo, me sugieren un título que acepto de primeras, "La ideología de los pavos". Noveno: en busca de inspiración, vuelvo a Frank Zappa, e indago entre sus letras, frases o vídeos, que no me arrancan ningún comienzo pero que, sin embargo, me sugieren un cierre para la reflexión que acepto de primeras, la fotografía de Zappa mientras caga.

Décimo impulso: comienzo a redactar la entrada con toda la incertidumbre sobre el contenido, con la única certeza de que en el tercer bloque habré de preguntarme muchas cosas.

Frank Zappa [II]: "Muchas cosas erróneas de la sociedad deben ser atribuidas a que la gente que hizo las leyes tenía un mal ajuste sexual" 



Justin Bieber [y III] "No creo en el aborto. Creo que un embrión es un humano. Es como matar un bebé. ¿En caso de violación? Creo que es triste, pero todo pasa por una razón"



Habré de preguntarme, por ejemplo, si Justin Bieber está cargado ideológicamente a la manera post-moderna, que niega, precisamente, el hecho de tener ideología. Como si ese peinado que luce Bieber estuviera libre del pecado de ser portador de una ideología determinada...; como si ese vestuario, esa forma de moverse, esa forma de cantar, eso mismo que significan las letras de sus canciones y sus creencias polémicas vertidas en la revista de música..., fueran gratuitos o surgidos por generación espontánea; como si él mismo, extraído del espectáculo que cree protagonizar y que proyecta al mundo entero, y reconvertido en un adolescente más de esos que pululan a la última por las calles de nuestras ciudades desarrolladas, no fueran un producto de su tiempo, una ideología hecha carne, forma y contenido.

Habré de preguntarme, también, en cómo, de otra manera que no encierre toda la potencia de una ideología que pretende invisibilizar la misma ideología, los medios de comunicación están incapacitados para dejar ver lo que ocurre por debajo de la superficie de los relatos que nos cuentan. Ese relato mínimo, superficial, agarrado a la única variable que cataliza a las masas, la espectacularidad, y que consiste en una sola causa [las declaraciones polémicas de Justin Bieber] que puede producir un solo efecto [el malestar de alguna de sus fans], está sobre-saturado de ideología, sobre todo a partir de lo que no se cuenta de esas imágenes con las que nos bombardean.

Habré de preguntarme, volviendo a Bieber, qué clase de ignorancia voluntaria es esa de la que se desprende que una de las más grandes expendedoras de espectáculos a nivel mundial, la factoría Disney, carece de ideología. Mickey Mouse y demás personajes animados, sus películas, sus historias, y todos y cada uno de los productos de merchandasing de Disney [donde se incluye el producto Justin Bieber] son el resultado de una maquinaria más que solvente a la hora de construir relatos y de, sobre todo, hacerlos creíbles. Y no hay historia sin ideología. Si además de eso, el relato explicita que carece de ideología, puedes estar seguro de que la densidad ideológica del producto es formidable. Las cosas así, Disney no solamente tiene ideología, sino que la transmite incesantemente a través de sus múltiples productos expuestos en los escaparates de todo Occidente. Nunca hubiera sido un Imperio [ni Disney ni otras multinacionales de la industria del entretenimiento] si esa ideología proyectada no hubiera sido asimilada por la mayoría de ciudadanos que hoy ya se consideran libres del pecado ideológico.

Y cómo no, habré de preguntarme si no es una exageración plantear el ejercicio de comparación de los nuevos y viejos rockeros en los términos propuestos. Habré de andar con cautela a la hora de ensalzar una época pasada al tiempo que desprestigie la presente. Habré de preguntarme si en la década de los 60 no habría también elementos menos subversivos, desde el punto de vista de los cuenta relatos oficiales. Quizás si hubiera en aquel tiempo un Justin Bieber contemporáneo de Dylan, Reed y Smith; pero lo seguro es que hoy no hay Dylans, Reeds y Smiths contemporáneos de Justin Bieber. Lo cierto es que en todas las épocas ha habido pavos, pero en los sesenta eran capullos antes que flores [Dylan es un ejemplo] y ahora son flores antes que capullos [véase Beaber ahora y Beaber dentro de unos años]. El mundo al revés.

En fin. Y habré de llegar a la conclusión, otra vez, de que el rock nunca fue revolucionario, antes al contrario; y a pesar de todo, habré de tomar partido por los viejos rockeros, quizás solamente porque ellos sí eran conscientes de que todo lo que hacían llegar a la superficie de sus relatos había sido impulsados desde un trampolín ideológico que, por supuesto, nunca escondieron [al menos Frank Zappa].

Frank Zappa [y III]: "Sin desviarse de la norma, el progreso es imposible"


Selección 21 / Puedo escuchar las canciones más tristes esta noche

"El retrobament en clau dissonant", Balago (2008)




"Heavy petting", Antifilm (2009)




"Music for airports", Brian Eno (1978)




"Everlast", Labradford (1996)




"Theory of the machines", Ben Frost (2007)

sábado, 19 de febrero de 2011

Aguaespejo granadino / La gran siguiriya (José Val del Omar, 1955)

NOTA
Esta entrada es la redifusión de otra que se publicó en mayo de 2010. Originalmente la película que se daba a ver estaba troceada en cuatro partes; ahora está de una pieza.

José Val del Omar es uno de esos grandes cineastas españoles que además puede considerarse como uno de los más "raros". Lo peor del calificativo "raro" es que suele arrastrar el de "desconocido".

Entre 1953 y 1959, Val del Omar realiza "Tríptico elemental de España", un proyecto donde se incluyen como temas tres elementos naturales vinculados a tres territorios españoles. "Aguaespejo granadino" (1953): agua y Andalucía; "Fuego en Castilla" (1956): fuego y Castilla; y "Acariño Galaico" (1959): tierra y Galicia".

Lo folclórico y lo moderno conviven en las tres películas que conforman este tríptico. Las raíces, lo que brilla en ellas y lo que resulta aterrador de ellas, son filmadas para crear un montaje vanguardista... El cineasta experimenta con el sonido, manipula la imagen, incluye poesía, canciones y ritmos populares... También rompe el discurso, y juega y se recrea con el ritmo. 

En mayúsculas, cine español de no-ficción. Aquí no hay complejos de inferioridad, porque tenemos a José Val del Omar. He aquí algunas de las reseñas y comentarios de aquella época, y venidas desde varias partes del mundo, que suscitó "Aguaespejo granadino" [extraídas del sitio Web de José Val del Omar]:

Anteo – Diario España (1955)
La película es una sinfonía audio visual lírica de Granada. Con una técnica revolucionaria, la bella ciudad andaluza se muestra a los espectadores en una especie de alucinación lírica; el agua de las fuentes y surtidores sigue el ritmo de la siguiriya; los jardines, los monumentos, el viento, el agua, la luna parecen interpretar una vibrante danza como si les animara un espíritu poético. Todo siguiendo un ritmo creciente y en continua trepidación artística. Algo fantástico y maravilloso.

Gonzalo Sáenz de Buruaga – Índice de Artes y Letras (1956)
"Aguaespejo granadino" ha conseguido separar los dos mundos –visual y auditivo– y solidarizarlos al mismo tiempo: la obra en mudo es una cosa, un objeto ya; el sonido, sin imágenes, otro; con ambos elementos, es un tercero, una armonía, una efectiva relación de masas sonoras y visuales. Sonido e imagen se unen, pero no se confunden.

Konrad Haemmerling – Der Tagesspiegel (1956)
En el VI Festival de Berlín hay un extenso programa de films culturales de todo el mundo, pero muy pocos sobresalen de la media. Ningún otro país podrá superar el nivel que España ha alcanzado con Aguaespejo granadino. Inspirado por el poeta García Lorca, el compositor Manuel de Falla y el filósofo Unamuno, José Val del Omar ha aunado la fotografía, el montaje y la música para crear un film sinfónico acerca de la vida de Granada, con el cual abre unos caminos absolutamente nuevos a la interpretación óptica. Como un Schönberg de la cámara, nos descubre la atonalidad en el cinema. Pinta el paisaje espiritual de un pueblo a través de las imágenes reales de la naturaleza; juega con el agua, el polvo y las nubes, la luz y las sombras, la calma y el silencio, los sonidos apocalípticos. Deja seco al espectador y lo estremece mediante shocks, sorprendiéndole con imágenes siempre nuevas, dotadas de una expresividad explosiva. De esta manera surgen, por momentos, fantasmagorías goyescas y visiones de pesadilla en las que se siente la divinidad y el demonismo del mundo; con el caos asomando tras la máscara del orden.

La Libre Belgique (1958)
Un solo film ha representado a España, pero es de una categoría excepcional: "La Gran Siguiriya", de José Val del Omar. La fuerza de esta obra extraña rehuye todo análisis: diríase que se limita a yuxtaponer en un desorden aparente una serie de imágenes que, tomadas aisladamente, nada tienen de particular. Pero su encadenamiento conduce a un poema lírico con un poder de encantamiento extraordinario y con una unidad interior que resulta misteriosa y profunda.

Paul Davay – Les Beaux Arts (1958)
"La Gran Siguiriya", de José Val del Omar, constituye para mí una cima, pues me ha descubierto un temperamento lírico perturbador. Este choque a veces brutal, a veces discordante entre imágenes y sonidos, textos y cantos, cuyo tema es Granada, el agua, el sol, lo que se fija y lo que es devorado, es obra de un poeta.

Amos Vogel – Film as a Subversive Art (1974)
Una obra explosiva, cruel y de las más honda pasión; un grito silencioso que constituye una evocación mística de las pesadillas de España. Con reminiscencias de "Tierra sin pan" de Buñuel, logra transmitir una ansiedad y un pavor sin nombre. Una de las grandes obras ignoradas del cine universal: presentada en el Primer Festival Internacional de Cine Experimental de Bruselas, desapareció luego de los circuitos y no tiene distribución actualmente.

Y he aquí "Aguaespejo granadino" (también llamada "La gran siguiriya"):


sábado, 12 de febrero de 2011

La Infección-Matriz contraataca [Vídeo-Haiku]



 
 
 
BONUS TRACK


viernes, 11 de febrero de 2011

20. bilduma / Abestirik goibelenak entzun ditzazket gaur gauean

No es sábado ni domingo. No son cinco y hay un vídeo. Alguna no es triste. Pero permitidme que hoy nos saltemos la costumbre. 

Las cuatro canciones salen en "Txinaurriak - Mikel Laboari ikasitako kantuak" [2010], el disco con el que varios cantantes y grupos vascos homenajean [haciendo versiones de sus canciones] al cantautor Mikel Laboa, muerto hace poco más de dos años. 

Es el último disco que me he comprado [toma nota, Sinde], y quería que escuchaseis algunas de las canciones que contiene.

Ahora son vuestras [idem]. ¡Que las gozéis!


[Track_1 / CD_1] "Gaztetasuna eta zahartasuna", Willis Drummond



[Track_3 / CD_1] "Liluraren kontra", Berri Txarrak



[Track_3 / CD_2] "Gure hitzak", Lisabö



[Zuzenean] "Aintzinako bihotz", Anari

miércoles, 9 de febrero de 2011

Las falacias de los cerdo-ruidistas



Todos lo sabemos, excepto los cerdo-ruidistas: nadie puede condenar su pasado. Ellos son incapaces de condenar el franquismo. No seré yo quien les exija que lo condenen; me parece absurdo que tengan que hacerlo, porque nadie tiene la capacidad de negarse a sí mismo. Por eso tampoco le exijo a SORTU [trad: nacer] que condene a ETA; a mí me vale con que rechace su violencia a partir de ahora.

Pero los cerdo-ruidistas son insaciables. Hace unos meses decían que [para que fuera legalizada] o bien ETA lo dejaba definitivamente o bien la izquierda abertzale ilegalizada debía manifestar sin ambages su ruptura con la banda armada. La declaración del lunes de SORTU constata que ahora ETA está sola, que todos los partidos rechazan su violencia, incluida esa parte de la izquierda abertzale todavía ilegalizada. Pero los cerdo-ruidistas, insaciables en sus demandas, demandan más: ahora piden que SORTU reniegue de su pasado.

Los cerdo-ruidistas se caracterizan por sus lagunas en la memoria; diríase que a veces reniegan de la memoria voluntariamente. Todas las veces que se ha propuesto en el Parlamento español condenar el franquismo, el PP se ha abstenido. No pasa nada. El presente de cada uno de nosotros, como individuos o como grupos, incluye el retrato de nuestro pasado. Porque repito: nadie puede condenar su pasado, porque sería matar su presente.

Por ejemplo, ¿deberíamos, como españoles, condenar a nuestros genocidas? No solamente no condenamos sus actos de barbarie civilizada, sino que además nos referimos a ellos como ilustres conquistadores del nuevo mundo. Incluso tienen varias calles a su nombre, en la mayoría de ciudades españolas. ¿Deberíamos condenar a nuestros antepasados de la Inquisición? ¿Deberíamos, como españoles, condenar cada acto de violencia a través de los cuales España se ha forjado como uno de los estados más desarrollados del mundo occidental? ¿Deberíamos arrepentirnos como españoles, de cada litro de sangre vertida en el mundo en nuestro nombre y gracias a los cuales hoy estamos donde estamos? Todas mis respuestas a estas preguntas son no. Me basta con que ahora no siga ocurriendo. 

Esto es lo que los cerdo-ruidistas no entienden, o no quieren entender.


BONUS TRACK 
[un poco de punk-rock de centro-reformista, valga la incongruencia]

domingo, 6 de febrero de 2011

Rocío (Fernando Ruiz Vergara, 1980)

Sobre "Rocío", escrito por Concha Barquero en Blogs&Docs:

Este documental de Fernando Ruiz Vergara ha pasado a la historia como la primera película secuestrada judicialmente en España tras la derogación de la censura cinematográfica en 1977. A día de hoy, continúa censurada por la sentencia vigente del Tribunal Supremo de 1984 que condenaba a su autor por delitos de injurias a la figura de José Mª Reales, fundador de la Hermandad del Rocío de Jerez, a quien la película apuntaba como cabecilla de la brutal represión en el pueblo durante la guerra civil.

[Leer el artículo completo: Rocío]


También en Blogs&Docs, Alejandro Alvarado escribe lo siguiente:

Si en cualquier documental la experiencia se suma al hecho fílmico, mucho más en este caso, porque Rocío no puede ser vista sin la polvareda mediática y social que levantó en la España “post-golpe de estado” del 23-F y que, treinta años después, aunque olvidada, todavía perdura. La herida no se ha cerrado, la película sigue censurada y no se puede exhibir como su autor la concluyó.



He aquí "Rocío", documental realizado por Fernando Ruiz Vergara en 1980:

sábado, 5 de febrero de 2011

Selección 19 / Puedo escuchar las canciones más tristes esta noche

"Bela Lugosi´s dead", Bauhaus (1979)




"Marian", The Sister of Mercy (1985)




"Tzarin", Clair Obscure (1987)




"A strange day", The Cure (1982)




"The eternal", Joy Division (1980)

Nosotros que no somos ni egipcios ni tunecinos

Hablemos de Egipto. O mejor dicho: hablemos de nosotros cuando hablamos de Egipto. Nosotros somos los occidentales, y aunque nos importe una mierda lo que pasa en Egipto, nos gustan las historias que nos hablan de Egipto.

Es curioso. Hasta hace dos semanas, Mubarak era uno de nuestros aliados. Casi se podría decir que era uno de los nuestros. Ningún medio de comunicación occidental de los grandes, los que nos atiborran de fast-news, le llamaba dictador. Ahora la veda está abierta: Mubarak lleva casi 30 años en el poder, es decir, es malo. Antes era nuestro amigo, pero ahora no, ahora hay que derrocarle, hay que ayudar a los egipcios a liberarse del tirano.

Entonces, nosotros los occidentales nos contamos a nosotros mismos, a través de nuestras máquinas expendedoras de fast-news, que queremos la democracia en Egipto. Nuestro gobiernos democráticos también lo quieren.

[FOTOGRAFÍA 1: Hosni Mubarak mira, enamorado, a Barak Obama]
 
Salto espacio-temporal hasta Argelia a finales de 1991 y principios de 1992. Los integristas del Frente Islámico de Salvación [FIS] ganan la primera vuelta de las elecciones [democráticas]. El Ejército argelino [de ideología laica y pro-occidental, gracias a la herencia de la potencia que la colonizó, Francia] obliga al presidente de entonces, Chadli Benyedid, a suspender la segunda vuelta. Acto seguido se declara ilegal al FIS y se decreta el estado de excepción. En resumen, un golpe de Estado. Suena feo, pero Occidente, cuando aquello, ni rechistó. ¿Por qué? Por que los integristas son malos, que así nos gusta decirlo.  

En España llevamos casi 20 años sin hablar de Argelia, y es que el gas que consumimos los demócratas españoles viene de Argelia, y hay feeling comercial entre las grandes empresas del sector del gas de ambos países. Nuestros medios fast-news, perros guardianes de ese poder que ellos nunca retratan, quieren lo mejor para nosotros: por eso se mantienen callados y nosotros, contentos, porque nos reconforta estar en nuestras casitas sin pasar las penurias climatológicas propias de los inviernos, y que serían insoportables sin calefacción.

[FOTOGRAFÍA 2: Abdelaziz Buteflika y José Luis Rodríguez Zapatero juegan al piedra, papel y tijera]
Volvemos a Egipto. Nos preocupa Egipto, nos gusta decirnos. Como en toda historia hay buenos y hay malos. Los buenos son los que quieren parecerse a nosotros, tienen ansías de libertad, de libertad al estilo occidental. Los malos son los de Mubarak, los que pegan a los periodistas occidentales, los que disparan y atropellan a la multitud, los que quieren que el dictador siga en su puesto, etcétera. Nos preocupa Egipto, eso es, aunque no sepamos lo que está pasando. 

Tenemos miedo, por ejemplo [he escuchado decir] a que los malos saqueen todo el arte que hay metido en sus fronteras. Me pregunto si cuando llegue la democracia a Egipto nosotros, los demás países demócratas, les devolveremos todo el arte que les hemos expoliado a lo largo de los siglos. Sería un acuerdo de tú a tú, de democracia a democracia, digo, en términos de igualdad, como nos gusta a nosotros contarnos a nosotros mismos.

[FOTOGRAFÍA 3: Hosni Mubarak mira a una Angela Merkel 
que parece no querer saber nada de lo que le han preguntado]
Salto espacio-temporal hasta Túnez hace un mes. ¿Quién era Ben Alí antes de la revuelta del pueblo tunecino? Nadie. Desde entonces sabemos que es un dictador. ¿Sabían los turistas occidentales que acudían a sus hoteles y a sus playas que ese país estaba sometido a las fauces de un malvado señor que impedía la libertad de su pueblo? ¿Sabían que su dinero iba a parar a un administrador que le gustaba muy poco repartir? Claro que no; no era un detalle que importase mucho. Bueno, pues ahora sí que importa.

[FOTOGRAFÍA 4: No lo saben, pero Nicolas Sarkozy y Ben Alí 
están contándose un secreto que Julian Assange está escuchando]
Efecto contagio, es otra cosa que nos estamos contando. Y si el virus democrático llegase a Marruecos... ¿nuestros fast-news se atreverían a llamar dictador al amigo de nuestro rey? Si así fuera, nosotros les seguiríamos entusiastas: ¡Mohamed VI dictador, Mohamed VI dictador, Mohamed VI dictador! ¡Abandona el poder y deja a tu pueblo en libertad!, gritaríamos también, que queda bien, solidarios con aquellos que quieren parecerse a nosotros los buenos. 

¿Y si el virus occidentalizador llegase a Jordania? ¿Apoyaríamos al pueblo jordano a que desterrase a los tiranos Abdalá II y Rania? ¿Les harían un hueco en su palacio nuestro futuro Felipe VI y Letizia? ¿Cómo cubriría la noticia la revista "Hola"? 

¿Y si la cosa reformista llegase a Libia? Con Muadar Gadafi hemos tenido problemas históricos de cómo perfilarlo como personaje: ahora sí es un dictador, ahora no, ahora sí y, por cierto, ahora estamos en que no. Pero al tiempo...

[FOTOGRAFÍA 5: Silvio Berlusconi, minutos antes de una fiesta farloputera, y Muadar Gadafi, minutos después]
¿Y aquí? ¿Aquí no hay riesgo de contagio? Por lo visto no. Nos cuentan, nos contamos, que la revolución aquí no puede tener lugar porque ya hemos alcanzado la democracia, que, como bien sabemos, es el estado máximo de libertad, un estado al que, de forma automática, le corresponde el mayor grado nunca conocido de quietud e inmovilismo social. Quizás por eso nos entretienen nuestros fast-news, y nos dejamos, gustosamente, entretener, con historias ajenas de países que desconocemos, cuyos ciudadanos todavía tienen algo por lo que luchar. Ellos tienen la suerte de tener un conflicto que resolver, tienen una historia que contarnos. Aunque estaría mejor dicho que ellos sí tienen el conflicto, pero no la historia. La historia es nuestra [como su arte], que nos contamos a nosotros mismos con su conflicto.

Es sorprendente [he leído también a alguno de nuestros sesudos opinadores de nuestros fast-news] cómo unas sociedades civiles, que parecían no existir en Túnez primero, y en Egipto después, han irrumpido con esa fuerza, reclamando sus derechos, y presionando con fuerza a sus gobiernos, en la calle, tal y como se hace en todos los procesos revolucionarios que no tienen por menos que desembocar en un sistema democrático. Fin del capítulo uno [o posible falso final].

Capítulo dos [o probable final verdadero]. Cuando en Egipto los islamistas ganen las elecciones democráticas [que hoy pide su pueblo y nosotros los occidentales], enseguida se dirá, nos diremos, que la sociedad egipcia todavía no está madura para la democracia, igual que ocurrió en Argelia en 1992 y en Palestina cuando Hamas ganó las elecciones de 2006. Entonces resurgirá la figura de cualquier otro dictador, vestido al estilo demócrata-occidental [no muy diferente a Mubarak] y al que nuestros fast-news no se atreverán a llamar dictador hasta nueva orden...


BONUS TRACK

UNA PREGUNTA
Si la sociedad civil egipcia, inexistente hasta ahora, está en la calle... ¿dónde está la nuestra, que si existe, si no está en la calle? ¿Dónde estamos nosotros? ¿Qué estamos haciendo?

UNA RESPUESTA
Estamos encerrados en nuestras casas, lapidando a David Bisbal por imbécil y a Nacho Vigalondo por ingenuo, a través de nuestros twiters