martes, 18 de octubre de 2011

Nunca sabremos dónde estuvimos vivos

Estos días he recordado cuando mi abuelo me decía que la Tierra era plana. Cada vez que yo trataba de convencerle de que estaba equivocado, que la tierra era redonda y que eramos nosotros los que nos movíamos alrededor del Sol, me solía llamar tonto por creerme todo lo que decían en la televisión. 

Una vez me atreví a demostrarle con una pelota grande y otra pequeña qué era lo que ocurría realmente, y el porqué de los días y de las noches; le hablé de los movimientos de rotación y de traslación. Pero él contraatacó con otro ejemplo gráfico: su mano recta, quieta, era la Tierra; con su muleta hizo un giro completo y dijo, el Sol arriba es el día, el Sol abajo es de noche. 

¡Cómo olvidar esta creencia medieval de mi abuelo! Yo era un niño entonces y me molestaba sobremanera su cabezonería, su ignorancia y su ceguera ante lo que para mí era una verdad absoluta. Cada verano que yo iba al pueblo la conversación se repetía, pero no tuve ninguna vez ninguna posibilidad de hacerle cambiar su forma de pensar. Y recuerdo, por todo esto, que el día de su entierro [yo ya era un adolescente] sentí una pena doble, por lo que yo perdía por su ausencia y por pensar que él se había muerto sin haber sabido nunca dónde había estado vivo.

A los pocos años, la certeza de saber que mi abuelo se murió sin saber dónde estuvo vivo se volvió en mi contra, en forma de pregunta, ¿y yo? ¿yo sé dónde estoy viviendo? Cuando muera, ¿podré decir que he sabido dónde he estado vivo? De niño habría respondido que sí; de adolescente habría dudado, aunque finalmente la arrogancia me habría empujado al sí; de joven habría dudado igualmente, aunque la pose crítica me habría empujado al no; pero ahora, con 38 años, la respuesta, sin ambages, es un no, un no casi rotundo. 

Afirmo entonces que no sé dónde estoy vivo, y cuando muera nunca habré sabido dónde estuve vivo. Explicar esto va a ser complicado, pero allá voy...

(Continuará...)

6 comentarios:

Blue dijo...

Ya estaba echando de menos estas entradas abisales.
Tu abuelo tenía razón en desconfiar ¿Por qué estás tan seguro de que es redonda? ¿Por qué estamos tan seguros de lo que nos dice la televisión y los libros es cierto?
Y ahora, y ya para rematar ¿Por qué estás tan seguro de que estás vivo?
No dije nada, no dije nada...
;-)
Musutxuak, Kez.

Kez dijo...

Blue, en la continuación escribiré que no es redonda, para que te quedes tranquila, jajaja.
Sobre lo de estar vivo o no, una vez leí una entrevista a un poeta [no recuerdo quién] en la que decía, más o menos, "nadie, ni siquiera yo, podrá constatar nunca que he vivido". Así que ya ves, nada nuevo, porque andas cerca de la poesía..

Bicos de vuelta...

Blue dijo...

Ja, ja, ja, es que estamos en crisis y ahora hay que replantearse todo.
Volver al punto de partida.
;-)

fiorella dijo...

Como Blue, se te extrañaba KEZ. Tú abuelo tenía razón,cuál es nuestra percepción?de planicie. Por qué sabemos que no lo es? Por que nos explicaron una serie de cosas, el conocimiento y todo eso...de todas maneras nos movemos en lo plano. Los urbanos, salvo que paremos un poco, nos regimos más por el reloj que por otra cosa. La gente de campo, percibe como plano, pero se rige por la redondez.Un beso

Felipe Blasco dijo...

Parece que es más o menos esférica. Por lo de ver otros planetas, la Luna, los barcos cómo desaparecen en el horizonte, las sombras diferentes proyectadas a la misma hora en puntos diferentes... Aún así, vaya usted a saber, seguro que la continuación me sorprende.

En cuanto a lo de la vida, creo que estamos muertos (aunque prefiero "no vivos" a "muertos"). Esa parece que es nuestra condición natural. Me he preocupado mucho tiempo por ese tema (vida-muerte), como supongo que muchísimas personas. Un amigo cuando era pequeño tenía pavor a la mili porque vio en la tele cómo les ponían inyecciones (la revisión médica, supongo). Estuvo años así... sufriendo... y al final no hizo la mili. Por eso no quiero seguir preocupándome mucho por ciertas cosas (a lo mejor ni si quiera ocurren, y seguro que no como nos las imaginamos). Y, a veces, antes prefiero la desaparición total que no un sin vivir pensando en cómo sería algo postrero.

Saludos.

Kez dijo...

Fiorella, me ha gustado la distinción que has hecho entre lo urbano y lo rural... Un saludo,

Felipe, suscribo de pe a pa tu segundo párrafo. Un saludo para ti también,

La segunda y última parte ya está escrita; ya me diréis...

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