miércoles, 27 de enero de 2010

Un "cliffhanger" para terminar capítulo

Vamos a jugar.

Consideremos que cada mes del blog equivale al capítulo de una serie. Según los códigos de este tipo de producto televisivo, el final debe colocar al espectador en un "cliffhanger" (traducción aproximada: colgado de un acantilado). De esta manera, el consumidor de la serie necesitará ver en el capítulo siguiente la continuación narrativa de lo expuesto.

Para cerrar el mes, en Palabra de Pez Abisal aparece un personaje nuevo. Es un personaje perturbador, sucio y lleno de contradicciones morales. Nuestro personaje aborrece el cuerpo y la naturaleza, y adora el sufrimiento. Siempre que entra en los cuerpos narrativos de otras historias entra para "joderla", para hacer la vida imposible al resto de los personajes, para repartir hostias y abusos múltiples.

Nuestro personaje se auto-denomina Iglesia Católica y está habitado por monstruos. Estos monstruos, sus rostros, sus cuerpos, sus palabras y sus suciedades darán vida a un personaje que llamaremos Infección-matriz.

Palabra de dios, te rogamos óyenos

El monstruo Karol Wojtyla, conocido en la Infección-Matriz como Juan Pablo II, cada vez está más cerca de ser beatificado por su monstruo sucesor, Joseph Ratzinger, autodenominado Benedicto XVI. El monstruo Wojtyla fue declarado "venerable" el pasado mes de diciembre de 2009, por sus virtudes heroicas de Siervo de Dios. Esto supone un último escalón para lograr la mayor de las condecoraciones entre los monstruos: la beatificación.

El monstruo Karol Wojtyla, en una representación que le humaniza

La última noticia ligada al monstruo pre-beato es que le daba a la auto-flagelación. Sí, los códigos montruosos son inescrutables, pero todo indica que esta capacidad de auto-infundirse sufrimiento puede acelerar el proceso de monstruosa santificación. El monstruo Ratzinger, cuyas debilidades tendremos el placer de conocer cuando él tenga el placer de morirse y reunirse con sus hermanos los monstruos, no quiere saber si su monstruo antecesor gozaba o sufría más; seguramente el monstruo-jefe actual de la Infección-matriz sepa en carne propia que la frontera que delimita el cristianismo del sado-masoquismo es muy pequeña.

Palabra de dios, te rogamos óyenos

Según la terminología monstruo-cristiana, quien se auto-somete a dolor se mortifica, en un ejercicio que, según otros monstruos que lo han practicado, les hace sentirse más cerca del montruo abstracto que llaman Dios.

Fin del capítulo.

lunes, 25 de enero de 2010

Los diez mandamientos

Existe un guión no escrito, una suerte de hoja de ruta que sirve para que los integrantes de la clase media no se pierdan a lo largo de su recorrido vital. La hoja de ruta comprende una línea argumental muy bien definida desde el nacimiento hasta la muerte. Los vamos a llamar mandamientos porque además de ser 10, la clase media intenta no violarlos por su carácter social sagrado. ¡Ahí van...!


Primero: tu habitación llegará al mundo cuatro o cinco meses antes que tú. 

"All you need is love" será tu lema vital hasta que tus padres te digan que ellos son los reyes. Entonces sabrás que a partir de entonces todo lo que vas a necesitar es comprar.

La protección de la infancia, palabra de dios.


Segundo: estarás en el colegio entre 5 y 8 horas diarias.

Allí te enseñarán Matemáticas, Lengua, Ciencias, Ciudadanía, etcétera y, sobre todo, te enseñarán a acostumbrarte a pasar las horas muertas delante de una superficie cuadrada.



La enseñanza obligatoria, palabra de dios


Tercero: harás la comunión como un príncipe...

 
Rituales burgueses, palabra de dios (1)

...para llegar a casarte con una reina.

Rituales burgueses, palabra de dios (2)


Cuarto: comprarás tu casa sin haberla visto.

Te fiarás de planos, escalas y otras representaciones. Darás tu confianza ciega al primer promotor y le entregarás tu trabajo diario al banco, en forma de cómodos plazos mensuales que llamaremos hipoteca.

 La fe en los planos, palabra de dios


Cinco: pasarás las horas muertas delante de otras superficies cuadradas.

Pantallas proyectoras de imágenes la televisión, de juegos, de ordenadores, etcétera.

La fe en las imágenes, palabra de dios


Seis: tendrás dos hijos y te comprarás un coche con siete plazas. 

Irás a por la parejita, porque has oído desde pequeño que tener un solo hijo es como no tener ninguno. Y tres no se lleva. Vivirás en silencio la horrible sensación de asimetría provocada por la desgracia de haber tenido dos niños o dos niñas.

 
Monovolumen, palabra de dios


Siete: mantendrás siempre la buena imagen familiar y harás propaganda gratuita de todos sus valores.

Sonreirás en todas las fotografías y harás todo lo posible para que tu familia también sonría. Aprenderás que la felicidad no se siente, sino que se proyecta.

 
El marketing familiar, palabra de dios


Ocho: firmarás todos los seguros del mercado. 

De coche, de casa, de vida, de jubilación, de muerte, etcétera.

 
La seguridad privada, palabra de dios


Nueve: viajarás, al menos una vez en la vida y en familia, a alguna de las mecas occidentales.


Disneyland, palabra de dios


Diez. Morirás, seguramente en un hospital.

Y en caso de larga y penosa enfermedad, tu familia nunca te dirá la verdad.


 
El final aterrador, palabra de dios

viernes, 22 de enero de 2010

Ejercicio aforístico


El aforismo:
Morder la carne-realidad hasta descubrir que el hueso es ficción.


El apoyo visual del aforismo: 



El apoyo aforístico del apoyo visual del aforismo original:
La opinión pública, ávida de engullir las noticias que le caen del cielo.

jueves, 21 de enero de 2010

Anticipando escenas gore en Haití

Hablemos ahora sobre las posibilidades que abre una información escrita en el diario "Público" de hoy. Transcritos literalmente, el ladillo y el cuerpo de la noticia, dicen así:

Amputar con un serrucho
"Nos hemos visto obligados a comprar un serrucho en un supermercado para seguir amputando. Es una carrera contra el tiempo", señaló Loris de Filippi, coordinador de MSF (Médicos Sin Fronteras) en un hospital de Cité Soleil.

Primera reflexión: sobre los límites. Cuantas más limitaciones y obstáculos tienen los personajes de las historias que nos escriben nuestros periodistas, menos límites (de estilo, morales, deontológicos, etcétera) se ponen ellos mismos a la hora de hacer su trabajo.

Segunda reflexión: sobre la epidemia de la miopía amarilla. Al paso que vamos los occidentales nos quedaremos ciegos. El sensacionalismo galopante que nos afecta nos ha acostumbrado a mirarlo todo cada vez desde más cerca. Las cámaras y las plumas se acercan al detalle, y las imágenes y las palabras nos ofrecen un panorama siempre pequeño pero claro, cada vez con más sangre y vísceras; cada vez necesitaremos lentes de mayores aumentos.

Tercera reflexión: sobre las justas medidas. Toda exageración provocada para obtener un impacto rápido y eficaz de la recepción contiene partes donde se retrata lo que esconde dicha exageración. En este caso, es posible que la sierra nos haya despistado de ese supermercado donde se hace cola y se paga con dinero. Porque hasta ahora las informaciones que llegan desde Haití nos hablan de "destrucción total", "caos", "pillaje", incluso "Haití ya no existe" se pudo leer también en un titular de "El País". Gracias a esta noticia extraída de "Público" que anticipa un escena gore en un quirófano de Puerto Príncipe, un lector atento ha podido constatar que todavía queda algún edificio en pie.

Cuarta reflexión: sobre las elipsis que deja la información. A los amantes del gore les habrá parecido demasiado "light" la escena de un médico (que no se ha quitado en una semana su traje verde de cirujano) haciendo cola en la caja del supermercado con un quit de sierras debajo del brazo y la habrá continuado mentalmente hasta llegar a la sala de operaciones. Un paciente espera tumbado, con la pierna de muy mal color. Ve entrar al médico con siete sierras. Las deja ordenadas de mayor a menor en el suelo. El paciente, y el amante del cine gore también, saben que cuando un médico tiene que comprar sierras en un supermercado es que de ninguna manera puede haber anestésicos en el quirófano. Así que la escena puede y debe seguir por ahí, porque el cine gore tiene unos códigos que no pueden violarse... 

Quinta reflexión: sobre las imprecisiones intencionadas. En todas las partes del mundo se amputa con sierra o serrucho. Así que el periodista que ha redactado la información en "Público" debería haber especificado si el serrucho era de carpintero, de fontanero, de forjador de metales, o de lo que fuera. Las diferencias pueden surgir en el grado de tecnología (manual o eléctrica) y en el tamaño del hueso que haya que seccionar.

Sexta reflexión: sobre la inviolabilidad de la propiedad privada aplicada a este caso. ¿Qué hubiera ocurrido si el médico sin fronteras se hubiera visto obligado a saquear las sierras de un supermercado? ¿Le hubieran aporreado las fuerzas de la ONU, la policía haitiana y los soldados de los Estados Unidos como han hecho con los que se han visto obligados a saquear las tiendas para comer?

Conclusión: los americanos embarcan en Haití con ánimo de acabar con estas situaciones embarazosas. Los comerciales de Black & Decker visitarán los hospitales haitianos con ánimo de vender las mejores sierras de bricolaje a los cirujanos sin fronteras. Otros mercenarios norteamericanos harán otros trabajos.

Última hora: Francia critica a Estados Unidos por monopolizar la ayuda en Haití. Porque los mercenarios gabachos también tienen su pequeño corazoncito. La multinacional gala Leroy Merlín llora por no poder ayudar a los pobres heridos haitianos susceptibles de ser amputados.

Retroalimentación positiva

"Se ve como una virgen. Que hermosa y pura es nuestra princesa Letizia. Es bella y blanca de piel. Se ve como un ángel; en esta foto tiene una piel preciosa, suave y aterciopelada. Muy afortunado nuestro Príncipe de haberse casado con una mujer tan pura como ella; es todo tan bonito como un cuento de hadas. Felicidades por esta portada, está bellísima".

Este es uno de los comentarios que ha dejado una de las lectoras de la revista "Hola" (de esta semana) en su sitio Web después de haber visto en la portada la fotografía de Letizia Ortiz. En su emotivo comentario, la lectora no hace mención a las palabras a pie de fotografía: "Doña Letizia, deslumbrante como una princesa de Oriente".

¿Quién es la revista "Hola" y qué papel protagoniza como uno de los "negros" del Imperio? La revista "Hola" es la Gabinete de Prensa de los que vienen en llamarse famosos serios o con méritos. Y los integrantes de todas las casas reales de los reinos que todavía quedan por el mundo entran en esta categoría política. La categoría lleva implícita su antagónica, es decir, que si son famosos serios o con méritos, al mismo tiempo quedan fuera de campo entre los retratos de famosos no serios o sin méritos. Entonces, dentro de la prensa del corazón, la revista "Hola" haría el papel de la Aristocracia, mientras que las demás revistas conformarían una suerte de revistas del pueblo con gente del pueblo. 

No hay más que ver las formas. Por ejemplo, el estilo de la revista "Hola" sería el relato elegante y luminoso hinchado de mitos y leyendas (en este número a la princesa Letizia no le basta con ser princesa de España; es preciso extirparla del documental para vender a los lectores un magnífico cuento de ficción: es una princesa de Oriente que deslumbra); las demás tendrían un estilo más sensacionalista, más violento, más pasional, en resumidas cuentas, más verdulero.

Se confrontan aquí los modelos históricos de aristocracia versus pueblo, o "el saber estar y el saber decir" de la revista "Hola" frente al "no saber estar y no saber decir" de las demás. Siguiendo el ejemplo de la Antigüedad, el quiosco haría las veces de Asamblea o Ágora o plaza pública, donde ambas categorías pueden estar juntas pero nunca revueltas.

Pero entremos al interior de la revista ¿Qué se legitimiza aquí? A bote pronto diríase que la monarquía como modelo organizativo estatal, pero hay más. ¿Qué se pone en juego en este reportaje donde se da cobertura al primer viaje oficial de los príncipes de España al Emirato Árabe Abu Dabi? El público lector de la revista “Hola” asimila el discurso (formado sobre todo de imágenes) de la clase elitista o aristocrática. Si consideramos a la política como el trazo grueso y torpe de un cuadro llamado propaganda política, la prensa del corazón, junto con otras estrategias de poder, sería el trazo fino, casi invisible, pero siempre brillante, con el que se completa la legitimidad política imperante.

Hay un patrón de tratamiento que la revista “Hola” hace sistemáticamente cuando aborda informaciones relacionadas con las diferentes casas reales o familias aristocráticas mundiales.

Las fotografías que se adjuntan (aunque en el Hola estaría mejor decir que lo que se adjunta es el texto, debido al número y tamaño de las fotografías que suelen incluir en sus reportajes) hablan y lo significan, ya de por sí, todo. Muestran, en toda su grandiosidad, los escenarios de lujo (tanto los exteriores, jardines, paseos, árboles centenarios, como los interiores), los vestidos y trajes de los personajes, sus cargos, su sangre (trayendo continuamente al discurso su “casta”), etcétera; y también los detalles de los decorados donde tienen lugar las historias y los cuentos que cuentan, siempre suntuosos, de grandes y pesadas lámparas, kilométricas mesas, antiquísimos cuadros, etcétera.

Las palabras, por su parte, construyen un relato no menos grandioso de las familias aristocráticas, recurriendo constantemente a sus orígenes cuasi divinos. Cuando la información incluye el discurso pronunciado por algún rey ante su pueblo, sus integrantes suelen conforman el contra-plano “escuchador”, donde reside la emoción y los gestos “espontáneos” como los aplausos “sentidos” ante las palabras de su rey.

Reine donde reine la familia real o aristocrática cuyo poder se “legitimiza” en las hojas de la revista “Hola”, el público receptor español de los reportajes también participa, en cierto modo, de otro espectáculo, a otro nivel. Porque puede emocionarse igualmente, puede comentar con el del al lado la belleza de los vestidos y los palacios de ensueño que tienen los reyes en aquellas tierras lejanas y un tanto exóticas, o, en este caso los reyes españoles o los príncipes; y, cómo no, se puede cuchichear, y criticar, esas cosas que desde la Grecia Antigua, las clases dirigentes han permitido hacer al pueblo, cuyos elementos han estado ubicados históricamente allí lejos, inofensivos, en el gallinero.

Leer la revista “Hola” es, entonces, acceder a un boletín propagandístico político de primer orden y cuyo impacto y efectividad son triples: a corto, medio y largo plazo. Históricamente las élites se han hecho propaganda directa de sí mismas con el objetivo de perpetuar su situación ventajosa. Cada discurso, cada relato fantástico, cada narración mítica no tiene por menos que (re)ubicar al lector en su papel al tiempo que la clase dirigente se (re)ubica en el suyo: todo un ejercicio de sedimentación que cada semana (re)actualiza el poder y lo “legitimiza”.


"Se ve como una virgen. Que hermosa y pura es nuestra princesa Letizia. Es bella y blanca de piel. Se ve como un ángel; en esta foto tiene una piel preciosa, suave y aterciopelada. Muy afortunado nuestro Príncipe de haberse casado con una mujer tan pura como ella; es todo tan bonito como un cuento de hadas. Felicidades por esta portada, está bellísima".

A esto se le llama, entonces, retroalimentación positiva.

miércoles, 20 de enero de 2010

Obama, un año, un Nobel: the show must go on

Cuando hace un año Barack Obama tomó posesión de su cargo los hubo quienes solamente estuvieron atentos a su discurso verbal, en lo que sería el plano del contenido (donde había mucho cambio, pero con un optimismo muy rebajado ya con respecto a la campaña, y también con parecidas reflexiones "republicanas" con respecto a la familia, al patriotismo y a la religión, los tres pilares de la moral norteamericana) y los hubo quienes estuvieron más atentos a las imágenes arrojadas por el acontecimiento.

Desde esta segunda lectura, la formal, todo fue igual que las anteriores tomas de posesión de otros presidentes estadounidenses, exceptuando que esta vez entre el público había mayor cantidad de población de raza negra.

Otras cosas: lo mismo... La misma iconografía neoclásica; el mismo escenario, de abrumadoras proporciones, y bastante elevado sobre el auditorio; los mismos o muy similares rituales de juramento; y ya no digamos la proliferación de banderas, las mismas o quizás más número colocadas estratégicamente para obtener buenas composiciones en los planos de la retransmisión del acontecimiento; y sobre el actor protagonista... familia en mano y rodeado del "White Power"; una puesta en escena milimetrada para el espectáculo televisado.

Me pregunto si un año es suficiente para los apologetas del sistema democrático que andan sueltos por el mundo para que se hayan dado cuenta de que ni siquiera Obama, el líder "político" de la primera potencia mundial es capaz de hacer las reformas "políticas" propuestas en su programa electoral. La democracia es, precisamente, el paradigma "político" del Imperio, el arma arrojadiza con la que todo tiene que ser medido; es la referencia, el modelo "político", la teoría y la práctica. Pero... ¿qué piensan ahora de la democracia y del poder de decisión del pueblo norteamericano (ese gran damnificado de su propio Imperio) cuando asisten a las dificultades de Obama para reformar el sistema sanitario de su país?

¿Podrán llegar a la conclusión de que el Poder está en otro plano que no es el "político" o seguirán en sus trece que sí, que sí, que sí, "yes we can"? La fe en la democracia es tan integrista, tan centrípeta hacia esa historia utópica que llevamos contándonos a nosotros mismos desde la Grecia Antigua..., ese cuento-ficción en el que nosotros los votantes tenemos el poder de las decisiones y de los cambios... que es evidente que no vamos a destruir nuestras convicciones de un plumazo, aunque sean mentira. Sería como negarnos a nostros mismos nuestra civilización, tan hinchada de buena imagen en todos nuestros relatos desde sus cimientos griegos hasta el capitalismo avanzado de hoy...
 
Obama está incapacitado para hacer Política, porque está donde está para ofrecer espectáculo "político". Los que hacen Política apenas salen en los Medios de Comunicación y cuando lo hacen, no salen en calidad de Sujetos de Poder Visibles. Estamos llegando al corazón del Imperio, donde las multinacionales "imponen" un estilo de vida y los prestamistas "ayudan" a los ciudadanos a conseguirlo. Ahí está el Poder; y ahí reside el Imperio. Si Obama hubiera puesto en riesgo esas fuerzas de poder, esa aristocracia invisible hubiera movido los hilos necesarios para que a un "loco" se le disparara el arma justo cuando pasara por allí Obama.

El mensaje en Estados Unidos ha sido claro. Las diversas plataformas privadas sanitarias y todos sus satélites industriales subsidiarios no van a permitir que un señor cualquiera como Obama venga y se ponga a cambiar el modelo de negocio que satisface sus propias necesidades económicas. Ahora, los apologetas del sistema democrático pueden seguir afirmando que la democracia existe y que además funciona con corrección.

Perfecto, cada ciego con su palo. Algunos sabemos que los apologetas democráticos son precisamente los "negros" del Imperio, tan recurrentes en este blog. Para los despistados, los "negros" del Imperio son los fabricantes de la opinión pública. Son los intermediarios del espectáculo, los comerciales que nos venden la moto constantemente sobre los beneficios de consumir fuerza centrípeta. Son nuestros medios de comunicación. ¿Y de dónde sacan la pasta?, de una mano que no se muerde.

Obama, un año, un Nobel: the show must go on

martes, 19 de enero de 2010

"Yo le vendí los calzoncillos a Umar Farouk Abdulmutallab"

El terrorista Eidros Abdulá al Huthi regenta una pequeña boutique de lencería masculina en el centro de Saná, la capital yemení, desde hace más de 40 años. Hace un mes, el terrorista Umar Farouk Abdulmutallab entró en su pequeño local de 8 metros cuadrados preguntando por los calzoncillos más resistentes de la colección otoño-invierno; el terrorista Abdulá no sabía que, desde aquel acontecimiento, su gloria y fama iban a traspasar fronteras. 

En el trayecto de la tienda a su casa, multitud de terroristas saludan al terrorista Abdulá con dichos como "Alá en su sabiduría es grande". Le hacen gestos de devoción con los brazos. Cuando llegamos a su casa, nos recibe su esposa terrorista. Está preparando cus-cus. Hoy es domingo y están invitados a comer sus cuatro hijos terroristas con sus cuatro esposas terroristas. Antes de comenzar la entrevista, el terrorista Abdulá me cuenta que tiene siete nietos terroristas y que viene otro en camino: "Su madre le pone cascos en la barriga con cánticos del Coran. Rezamos a Alá para que se inmole en Occidente antes de los cinco años. ¡Alá en su sabiduría es grande! Estamos muy contentos".
 
Entramos en el salón del hogar terrorista, y nos sentamos en dos cojines junto a una mesa donde la esposa terrorista del terrorista Abdulá ha servido dos tés con finas hierbas. Saco la grabadora y le doy al REC.

¿Cuando entró el terrorista Umar en su tienda sospechó qué intenciones tenía?
¡Cómo iba a saberlo! ¡Alá en su sabiduría es grande! Yo estaba atendiendo a otros dos clientes terroristas. Umar esperó su turno pacientemente hasta que le tocó. Y lo primero que me dijo fue, con voz muy grave, estilo Bogart en Casablanca, quiero los calzoncillos más resistentes de todo Yemen.

¿Y entonces qué le dijo usted? Yo me había quedado perplejo. Los clientes suelen entrar con peticiones diferentes de colores, tamaños y motivos gráficos, algunas muy extrañas, créame, pero... unos calzoncillos resistentes nunca me los habían pedido. Le pregunté que para qué los quería resistentes. Fue cuando entonces me contestó a bocajarro: "Los voy a embadurnar con 80 gramos de material explosivo, porque Alá me ordena partir en dos un airbus 330 de la compañía Northwest, entre Amsterdam y Detroit". Las piernas me temblaron de emoción. Le hice la reverencia, dije "Alá en su sabiduría es grande", y le puse encima del mostrador toda la colección otoño-invierno para que él mismo eligiera. No podía creerme tener delante de mí a uno de los elegidos.

¿Y se extrañó de que eligiera unos calzoncillos elásticos color crema? No, no, no. Yo le dije que lo mejor para amortiguar la onda expansiva era el material elástico; en el color ya no tengo nada que ver, fue cosa suya. "Alá en su sabiduría es grande".

¿Cómo se enteró de lo que sucedió? Yo estaba rezando en la mezquita junto a mil terroristas. "Alá en su sabiduría es grande". El imán terrorista nos dijo que tenía que interrumpir el rezo para comunicarnos dos noticias, una mala y una buena. Entonces nos dijo entre gritos de desesperación que nuestro hermano terrorista mártir Umar Farouk Abdulmutallab no había conseguido su objetivo, que no había logrado hacer explotar el avión y que seguía vivo en un hospital de Detroit. El auditorio se quedó en silencio, esperando la buena noticia. Entonces nuestro imán terrorista dijo que la siguiente oración era para la única parte terrorista de nuestro hermano terrorista mártir Umar que se había inmolado. Porque Alá en su sabiduría es grande..., había conducido la única parte terrorista de nuestro hermano terrorista mátir Umar a un paraíso donde 72 vírgenes la estarían esperando.

¿Qué pensó usted entonces? Que nunca 72 vírgenes se habían puesto tan contentas.
 
En este momento Eidros Abdulá al Huthi suelta una carcajada, al tiempo que me da unas palmaditas en la espalda, buscando cierta complicidad.

Yo miro al viejo terrorista Abdulá. Le juzgo el chiste que viene a destiempo como para aliviar la carga pesada de entrevistar a un terrorista. No me gusta este humor porque uno busca en sus entrevistas la profundidad de la realidad, tema serio. Además creo en la objetividad. Y le entrego una mirada que condena en silencio tanta radicalidad, tanto mal y tanto islamismo. ¡Con dos cojones occidentales!
 
El viejo terrorista yemení, al mismo tiempo, me mira tranquilo, con media sonrisa de pícaro que está de vuelta de todo y me dice: "Soy yemení, soy terrorista, soy islamista, leo El Corán, toda mi familia es terrorista, todo mi país es terrorista, todos los que profesan mi religión son terroristas... pero tienes que saber, mi enemigo occidental, que también sé reirme de nuestras miserias... ¿y tú de las tuyas?".
 
No le contesto. Apago la grabadora. Le doy las gracias por concederme la entrevista y me levanto. Nos damos la mano y caminamos por el pasillo en dirección a la cocina. Toda la casa huele a cus-cus terrorista. Me despido de la esposa terrorista de Abdulá, que ve la cadena terrorista Al-Jazeera mientras espera sentada la cocción en la cocina.
 
Cuando ya estoy junto a la puerta de la calle descubro colgado en la pared un gran retrato de Gaspar Llamazares con larga barba blanca. Empiezo a sentir miedo de verdad. Trago saliva. Todavía estoy a tiempo de pedirle a este hombre terrorista unos calzoncillos de recambio, seguro de que guarde en casa alguna mercancía del trabajo. Pero ya no me atrevo. Tengo que fingir tranquilidad y saber estar, porque me debo a mis lectores y ante todo soy un profesional. Así me lo enseñaron en la universidad.
 
Camino calle abajo hacia el hotel. Miro atrás: el matrimonio terrorista me saluda sonriente desde la puerta. Yo finjo una sonrisa y les saludo con gracia.

Ahora me alegro de poder contarlo.

domingo, 17 de enero de 2010

Los abajo firmantes manifiestan que...

Según nuestra óptica democrática occidental, los occidentales demócratas (el masculino, en este caso, no es génerico) solemos condenar a los regímenes político-religiosos que obligan a las mujeres musulmanas a esconder sus rostros detrás de vergonzantes velos. A nosotros los occidentales demócratas, que somos laicos, nos gusta que nuestras mujeres occidentales tengan libertad.

Nosotros los justos siempre hemos estado atentos a las necesidades de belleza y bienestar de nuestras mujeres occidentales: corsés, tacones altos, minifaldas y wonderbrás. Nosotros los occidentales, amantes del progreso y padres del capitalismo, hemos generado multitud de industrias fabricantes de todos los productos que nuestras mujeres insaciables occidentales demandan para satisfacción propia y para la de nuestros ojos demócratas occidentales.

Nosotros los legisladores del bien y del porvenir no toleramos que en nombre de ningún Dios, y mucho menos de Alá, se vulneren los derechos de las mujeres.


Personas jurídicas que se han adherido al manifiesto:

- L´Oréal (Francia, 23.39 billones de dólares de facturación)
- Procter & Gamble (EE.UU, 17.8 billones).
- Unilever (Inglaterra, 14.28 billones)
- Estée Lauder (EE.UU, 7.47 billones)
- Avon (EE.UU, 6.93 billones)
- Shiseido (Japón, 6.07 billones)
- Beiersdorf (Alemania, 5.84 billones)
- Johnson & Johnson (EE.UU, 5.3 billones)
- Kao (Japón, 5.05 billones)
- Chanel (Francia, 3.88 billones)
- LVMH (Francia, 3.74 billones)
- Coty (EE.UU, 3.5 billones)
- Henkel (Alemania, 3.4 billones)
- Limited Brands (EE.UU, 2.8 billones)
- Mary Kay (EE.UU, 2.4 billones)
- Natura (Brasil, 2.22 billones)
- Yves Rocher (Francia, 2.14 billones)
- Alticor (EE.UU, 1.82 billones)
- Pacific Amore (Corea del Sur, 1.79 billón)
- Alliance Boots (Inglaterra, 1.68 billón)

(Psico)American way of live

 

Primera constatación: el Imperio se resquebraja.

Y no por amenazas externas; se está deshaciendo desde dentro, como todos los imperios que ha habido en la Historia. En las películas que nos cuentan empiezan a verse los micrófonos; y los fallos de racord empiezan a ser habituales.


Segunda constatación: el Imperio prefiere la ficción para hacerse propaganda.

Ya no le basta con Hollywood e incluso el FBI hace uso de técnicas de guión para la construcción de personajes. En este caso, para la (re)construcción del personaje antagonista (un tal Osama Bin Laden, de quien solamente conocemos su papel de malo malísimo en los cuentos que nos cuentan los "negros" del Imperio), necesita partir de la foto de otra persona, realmente existente.


Tercera constatación: el Imperio todavía archiva fotos de los comunistas.

Bin Laden superpuesto a Gaspar Llamazares. Un islamista superpuesto a un comunista. Un enemigo presente superpuesto a un enemigo pasado. Un fantasma superpuesto a otro fantasma. ¡Hostias, qué cosas!


Conclusión. Para los "montajistas" del FBI quizás las conspiraciones de toda la vida empiecen a cobrar el sentido que sus enemigos siempre les han negado.

Según esta última ficción, el Islamismo sería así la continuación natural del Izquierdismo (lo que demuestra que el 11-M ha sido ETA, escribe Aznar en el reverso de la puerta de uno de los baños de la sede de la FAES, poco antes de iniciar el empujón definitivo).

viernes, 15 de enero de 2010

Hablemos de Haití, hablemos del Poder

Desconozco si los espectadores occidentales somos conscientes de nuestros gustos cambiantes a la hora de recibir las noticias desde las diferentes partes del mundo. El occidental medio digiere las noticias de origen occidental como si estuviera asistiendo a una película de ficción, mientras que cuando digiere las noticias de origen no occidental prefiere hacerlo como si estuviera viendo un documental. Una variable incontestable de este modelo de consumo de imágenes son las imágenes de muertos que estamos dispuestos a soportar a priori.

Un terremoto ha provocado en Haití miles de muertos y heridos, que va a desembocar en miles de refugiados y damnificados, y en daños materiales de enormes proporciones. Televisiones, periódicos y radios occidentales están fabricando sin cesar miles de relatos que se actualizan día a día, casi minuto a minuto. Son imágenes y palabras donde se apilan los muertos, donde se fotografía en primer plano el horror de los muertos y supervivientes. Sangre, polvo, fracturas de huesos, manos y piernas que asoman de los escombros, una voz de socorro, un llanto de niño, etcétera.

Una primera reflexión debería llevarnos a cuestionar por qué hay unos muertos que son visibles y por qué hay otros que no. Curiosamente coinciden las categorías Muertos Visibles-Muertos No Occidentales y Muertos Invisibles-Muertos Occidentales. Estados Unidos prohibió la circulación de imágenes de las víctimas de los ataques del 11 de septiembre de 2001, por ejemplo. Porque nuestras víctimas tienen dignidad... Y aquí hubo polémicas porque desde la Asociación de Víctimas del 11-M se pidió a los medios de comunicación (desde que se conmemoró el primer aniversario) que tuvieran cuidado con las imágenes que se publicaran, porque primero los muertos y heridos, y después sus familiares y amigos, tienen derechos que deben ser respetados.

Pero... ¿qué ocurre cuando los muertos pertenecen a eso que nosotros los del primero llamamos Tercer Mundo? Que llega el atracón que nos retrata como perfectos espectadores bulímicos. Este espectador construído (porque no ha surgido por generación espontánea) se ha ido moldeando al gusto de unas pocas empresas de la comunicación (del Primer Mundo), pertenecientes a su vez a grandes holdings de poder, que gestionan la mayoría de imágenes y noticias (de todo el mundo). Valgan como ejemplo datos como "que las agencias de prensa de los países ricos manejan 37,5 millones de palabras diarias frente a 0,3 millones de las agencias del (hemisferio) Sur; que el noventa por ciento de los satélites de comunicación pertenecen a los países industrializados; que el noventa por ciento del mercado audiovisual mundial procede de Estados Unidos, la Unión Europea y Japón..." (Ediciones HOAC en "Industrias de la conciencia y cultura de la satisfacción").

Esta dinámica empresarial globalizadora no sólo construye a un espectador-tipo: también construye una imagen estereotipada de los países pobres y, claro, de nosotros mismos, los países ricos. ¿Cuántas imágenes de ciudadanos norteamericanos arruinados viviendo debajo de los puentes en las grandes ciudades de Estados Unidos hemos visto en Europa? Ninguna o muy pocas. Las noticas propagandísticas del Imperio constatan en cada momento que no se tolera una mala imagen de sí mismo proyectado a sus colonias y, mucho menos, a sus enemigos. Todas las grandes cadenas televisivas de cada colonia tienen un corresponsal en Washington. Cuando nos llegan imágenes, el reportero suele aparecer delante del Capitolio en un bella composición, y casi siempre, las noticias tienen que ver con actuaciones de los personajes que escenifican el poder en el Imperio. Y esto es pura ciencia-ficción o, lo que es lo mismo, una gigantesca estrategia de la distracción y del entretenimiento.

Los documentales (y los muertos) los dejamos para dar cobertura de las desgracias que ocurren en los países pobres, donde las imágenes nos hablan (porque nos han dicho y convencido que ver es comprender) de que todo lo que no ocurre en Occidente está marcado por una excepcionalidad (catástrofes naturales, matanzas y otro tipo de violencias) que para nosotros los espectadores occidentales termina siendo puro entretenimiento, después de haber pasado por fases insufribles de "sensibilización" y "muestras de solidaridad".

Porque también utilizamos estas imágenes del Tercer Mundo para contarnos a nosotros mismos que, a pesar de todo y de considerar que las que no son nuestras víctimas no tienen dignidad, somos buenos y solidarios. ¿A qué sí?

El "making of" del vídeo de Rodrigo Rosenberg

Si me agarro a mi condición de individuo eficazmente mediatizado tendría que decir que apenas conozco nada de Guatemala. Antes de consultar el mapa político de Centroamérica la había ubicado más hacia el sur, donde está más o menos Nicaragua. Tampoco conocía ni quien presidía el país ni su signo político. Las cosas de los países pequeños y "pobres"... Guatemala es un país muy poco mediático, como uno más de los "terueles" del mundo "rico".

Pero en mayo saltó la sorpresa: Guatemala salió en todos los medios de comunicación internacionales cuando un hombre se grabó en vídeo acusando de su asesinato al presidente del país. El vídeo ruló por las listas de vídeos más vistos en todas las plataformas de internet: todo un éxito para la reputación audiovisual de un pequeño país centroamericano.

No se va a entrar demasiado en detalles. La cosa es que el propio personaje que protagoniza el vídeo hace una brillante sinopsis en el arranque de su exposición: "Rodrigo Rosenberg, abogado, acusa al presidente de Guatemala, Álvaro Colom, de asesinar a dos clientes suyos, un padre y una hija. El abogado también acusa a Colom y a otros tres altos cargos de la administración guatemalteca de su propio y próximo asesinato".

Ocho meses después (ahora) otra información da un vuelco a la historia; según la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), "Rodrigo Rosenberg planificó su asesinato". A estas alturas del relato, cuando uno ya sabe que Colom es un presidente de ideología izquierdista y que el abogado era de ideología católico-liberal-conservador, surge una segunda sinopsis: "Rodrigo Rosenberg, abogado conservador, decide suicidarse, pero escenifica un asesinato para desestabilizar al gobierno izquierdista de su país, Guatemala. El abogado le encarga a sus primos, los hermanos Váldez Paiz, la ejecución de un hombre. Los hermanos delegan el acto en uno de sus guardaespaldas, de nombre Nelson Wilfredo, que es quien contrata a los sicarios para que maten a Rodrigo Rosenberg. Rosenberg, tres días antes de su auto-ejecución, delante de una cámara, acusa a Álvaro Colom, presidente de Guatemala, de su asesinato".

Impactante, mediático, espectacular y... cinematográfico. Y aquí no importa quién dice la verdad. Los derechistas guatemaltecos están indignados porque claro, un presidente que es capaz de asesinar a un abogado, ¡qué no es capaz de hacer para cambiar la opinión de la Comisión investigadora!; y los izquierdistas, indignados antes de cómo un abogado acusaba de asesinatos múltiples a su presidente, se ven reforzados ahora que se pone en relieve la teoría de la conspiración de un hombre desesperado. La historia presentada por la Comisión parece tan de guión cinematográfico que me parece increíble que se la hayan inventado: porque la mentira sería demasiado evidente. En caso de haber sido así, se puede fantasear con el "Making Of" del vídeo:

Una cámara y la imagen que está grabando se mueven hasta que la cámara se detiene: la imagen ahora encuadra a una ventana desenfocada, a unos cuatro metros de la cámara. Se oye el ruido del anclaje de la cámara a un trípode, mientras unas manos aparecen y desaparecen de cuadro. Se están haciendo unas pruebas de encuadre, zoom abierto, zoom cerrado. De repente, un hombre con traje azul oscuro, corbata azul claro y camisa blanca, de unos 45 años, entra en el encuadre con dos grandes telas de color azul y una banqueta. Coge las telas, se sube a la banqueta y estira las telas de tal manera que la ventana queda oculta detrás. El hombre desaparece de cuadro, dejando la banqueta en el último sitio donde la usó. De repente irrumpe un ruido de un mueble que se arrastra: es una mesa que el hombre deja en posición centrada con respecto a la cámara. El hombre se va otra vez y vuelve con un micrófono de color rojo y unos papeles; y los coloca en mitad de la mesa. El hombre se acerca a la cámara y conecta el micrófono. Sale del encuadre. Trae una silla que pone en posición y se sienta. El hombre aparece en la imagen sentado frontalmente. Mira a cámara y baja la vista a la mesa. Hace pruebas de voz: tose, "sí, sí, probando, probando", y tose otra vez. Estira el cuerpo entero hacia arriba,incluídos los brazos, al borde de un bostezo. También gira la cabeza para trabajar el cuello. Echa un vistazo rápido a las hojas. Coge posición. Asiente con la cabeza, haciendo ver que mira a alguien situado a la izquierda de la cámara y empieza.

(Aviso a guionistas: así empieza un relato impactante)

jueves, 14 de enero de 2010

¡Los escáneres ya están aquí!

El titular escrito por un "negro" español del Imperio (EL PAÍS, 14 de enero de 2010) dice así: "España considera "inevitables" los escáneres de cuerpo completo en los aeropuertos".

¡Lo que cunde el pringado nigeriano! Sus calzoncillos embadurnados de explosivos empiezan a ocasionar los efectos buscados. Desde que los guionistas del Imperio nos contaron que se había abortado un ataque terrorista (de Al Qaeda, palabra de Dios) en un avión con destino a Detroit no ha vuelto a ocurrir ningún percance similar, ningún avión ha saltado por los aires, nada de nada, los aviones occidentales surcan los cielos con normalidad, despegan, aterrizan, etcétea. Sin embargo, y a pesar de que no haya explotado ningún avión en pleno vuelo, sí que hay ondas expansivas de esas explosiones "non natas", metralla mediática que ha terminado por convencer a los excepticos. Primero fue Holanda, la cuna de Gran Hermano; después Reino Unido, la cuna de Mr. Bean; y ahora España, la cuna del jamón.

Lo de los "negros" es para flipar. En el titular, España (eso de convertir a los Estados en sujetos de los titulares me deja perturbado siempre) se considera un sujeto activo que ve "inevitables" la instalación de escáneres en los aeropuertos, como si fuera algo de causa mayor, para que luego nos pidan el voto cada cuatro años y que ahora, en este tema, nos digan: "no depende de mí, es inevitable, ¿sabes?".

Algo parecido ocurre con la crisis económica..., como es mundial cada gobierno ha dicho a sus ciudadanos-votantes que no pueden hacer casi nada. Yo me pregunto... ¿en qué son competentes los gobiernos de cada Estado?

Quizás los gobiernos solo sirvan para matizar. El subtítulo de la misma información dice así:

El ministro Blanco matiza que se deberá garantizar "con toda claridad el derecho a la intimidad, es decir, que las imágenes se destruyan automáticamente"

Está claro, ¿no? La clase política debería informar a la opinión pública que cada cuatro años se vota a un Parlamento que decide a un Presidente que a su vez elije a unos ministros que servirán,sobre todo, para matizar las medidas que se tengan que llevar a cabo "inevitablemente". De esta manera, los ministros pasarían a llamarse matizadores; el Presidente del Gobierno, coordinador de matizadores o primer matizador; y al Parlamento, igual, porque se seguiría parlamentando. Aunque fueran matizaciones, se seguirían propagando por vía oral y verbal.

Qué humor el del matizador de Fomento, Pepe Blanco, que las imágenes se destruyan automáticamente, dice el cabrón.

lunes, 11 de enero de 2010

Eric Rhomer (1920 - 2010) y yo (1972 - )

Leí sus "Seis cuentos morales" cuando tenía entre 18 y 23 años. En la contraportada supe que el autor era también cineasta. Después vi, en este orden, "Pauline en la playa" (que me puso duras el alma y la polla), "La rodilla de Clara", "Cuento de primavera" y "Cuento de verano".

Poco más, que yo recuerde...

Todos tranquilos: Dios es conductista

Empecemos sin complejos: el conductismo es la terapia oficial del Imperio y sus esclavos somos millones de ratones movidos por estímulos manejados por un ente superior que denominamos "la mano invisible del Mercado". Comparada con otras terapias es rápida y más barata. El conductismo te soluciona una abolladura psíquica en 6 días (sí,sí, es el psicoamerica way of live), mientras que intervenciones Gestalt requieren 6 meses, y no hablemos ya de los 6 años obligatorios de cualquier psicoanálisis.

La cosa es que el conductismo no se queda en las consultas de los psicólogos conductistas: el conductismo es sacado a pasear por muchas de las plataformas psico-posmodernas. Se puede decir que allí donde uno está, está siendo bombardeado por armamento conductista. La familia y el entorno laboral son algunos ejemplos. ¿Quién no se siente como un perro de Pavlov cuando su madre le amordaza con un chantaje emocional? ¿O qué es sino un condicionamiento a lo bruto los pluses de productividad que se aplican a las nóminas de los trabajadores?

Dentro de la sagrada familia occidental, el conductismo tiene lugar en cada uno de sus intercambios, pero sobre todo en el educacional. Programas televisivos como "Supernany" han contribuído a que las teorías conductistas posmodernas (las del buen rollo) se desarrollen al máximo y campen a sus anchas por los hogares occidentales. Sobre todo hay dos cositas conductistas que convierten a nuestros hijos en adorables ratoncitos...

La primera. No es raro ver en la actualidad a padres de entre 30 y 40 que aplican el sistema por puntos a sus queridos retoños, que consiste en hacer una colorida tabla donde se van acumulando puntos positivos y negativos. Tantos puntos positivos, tal regalo; tantos puntos negativos, tal castigo. Resulta evidente que es un sistema efectivo en su fin pero nefasto en el proceso, porque, literalmente, se condiciona en vez de se educa. De esta manera, un niño hace o deshace en función del premio y del castigo, sin entrar a valorar la naturaleza del acto por el que es premiado o castigado. Pero en fin, el fin, la meta y los objetivos cumplidos son paradigmas del mundo empresarial en el que vivimos, y todo este conductismo del buen rollito no son sino que estrategias empresariales llevadas al ámbito familiar. Además, hay que comprender que cuando no se tiene tiempo lo mejor son los atajos.
Y la segunda. El método del energúmeno Estivill "Duérmete niño", que consiste en ir alargando paulatinamente los tiempos desde que se oye llorar al niño hasta que los padres acuden "al rescate". Este metodo, que parece importado de los orfanatos rumanos de la época de Ceaucescu, se está haciendo ahora en nuestros adorables, civilizados y confortables hogares occidentales. Y efectivamente, a los 6 días el niño termina por dejar de llorar. No se sabe a qué precio, pero la "solución" llega de inmediato: los padres, en una semana, pueden dormir a pierna suelta: todos contentos... o no..., hasta que lleguen los terrores nocturnos.

Música de Badalamenti. Fin.

jueves, 7 de enero de 2010

Un ejemplo de solidaridad entre iguales

El pasado 27 de diciembre La 2 de TVE emitió el documental "Can Gazá: la última estación", dentro del programa "Crónicas". Como casi siempre que veo los "Crónicas", el producto audiovisual en sí me pareció muy normal, muy de entrar en los parámetros televisivos del documental light o reportaje largo, con excesiva presencia de la voz en off y con demasiada (y también televisiva) dispersión de personajes, además de cierto "moralejismo" sonrojante..., pero aún así, el tema del documental, que yo creo que es la solidaridad, tuvo algún momento brillante en los que estuve a punto de llorar.

Can Gazá es un lugar donde varias personas procedentes de la marginación urbana, con historiales de abusos de drogas y con problemas graves de salud, se "autogestionan" durante los últimos días de su vida. Un sacerdote es el padre de la idea y cocinero de la casa.

Yo sostengo que la solidaridad es algo que debe producirse entre iguales, porque la transacción, interacción, intercambio, o se llame como se llame, que se produce entre dos posiciones desiguales, y en las que lo que circula lo hace de arriba abajo, eso tiene otro nombre: la mayor parte de las veces es limosna del rico al pobre. He llegado a oir que Bill Gates es un tipo solidario por donar parte de su riqueza a organismos sociales. Y no digamos ya como los ricos y famosos se llenan la boca de solidaridad cuando organizan eventos recaudatorios para fines "sociales". El uso del término solidaridad (cuando en realidad se está hablando de otra cosa) en la sociedad occidental tiene una doble función: de puertas para adentro, lava y, sobre todo, centrifuga conciencias; y de puertas para afuera, construye imagen, palabra de clase media, te rogamos oyenos.

Y hay en el documental de Can Gazá, sobre todos los demás, dos momentos en los que personajes y acciones hacen aflorar una solidaridad que me huele a auténtica, según los criterios expuestos más arriba. Uno de ellos es cuando el sacerdote que puso en práctica la idea dijo que había iniciado antes varios proyectos similares pero que, más pronto que tarde, esos proyectos acababan institucionalizándose, con lo que los "asistidos" dejaban de ser lo importante en beneficio de los trabajadores sociales y otras plazas necesarias para la nueva institución creada. Él se había tenido que ir de esas instituciones y quizás solamente (esto es una lectura personal) cuando él se vivió a sí mismo como un ser marginado (el sacerdote dice que él es uno más de los marginados que viven en Can Gazá) pudo levantar un edificio sin que las manos institucionales llenas a raudales de "solidaridad" hayan podido entrar hasta el momento.

Otro es cuando en un plano entero se ve a un hombre ayudando a otro hombre a levantarse de la cama. No voy a entrar en qué penalidades tenía cada uno de ellos. Pero sí en que ambos personajes habían entrado en ese sitio sin dignidad y en ese plano se pudo condensar una redención fulminante vía solidaridad entre dos hombres iguales.

Dos hombres que recuperan su dignidad justo antes de morir. ¡Estas cosas se ven tan pocas veces...! ¡Como para no emocionarse!

miércoles, 6 de enero de 2010

Cómo mejorar el cutis español con el paso de los años


En vista de que cada vez abundan más los jóvenes que argumentan no tener ninguna ideología (ni de izquierdas ni de derechas, ni nacionalistas ni no nacionalistas, ni ultras ni moderados ni todo lo contrario... etcétera), y en vista de que cuando les escucho decirlo veo que se lo creen, voy a elaborar una entrada para el blog apta para su consumo. Es decir, poca letra, mucha imagen, poca carga ideológica y escrito en clave estética.

La imagen de arriba corresponde a un mapa político (perdón por la palabra, jóvenes posmodernos, no he encontrado otra) de la que dicen algunos es la nación más vieja de Europa, España. Supongamos que España no tuviera los problemas que históricamente ha tenido de auto-estima (pido otra vez perdón, la palabra historia tiene demasiada grasa). Si así fuera y estuvieramos ante ese escenario, como señora vieja que todavía gusta de ser apetecible, España debería pasar por el quirófano.

¿Y porqué no empezar por esa zona de la piel más castigada y qué más dolores de cabeza ha ocasionado en los dos últimos siglos, sus vascongadas queridas?

 

La mejoría estética sería cualitativamente destacable: la silueta norte de la vieja nación española adquiriría así una curva central muy sensual.

¿Y porqué no seguir con la zona de su piel que alberga más impurezas, y que desde la adolescencia ha albergado molestos y vergonzantes granos, Cataluña?



La cosa empezaría a prometer. La vieja dama ya podría empezar a presumir de tipo. Los viejos tormentos con su acné habrían desaparecido para siempre y empezaría a sentirse joven y radiante.

¿Y porqué no seguir ahora con la parte trasera, esa parte que siempre ha querido esconder por complejos irracionales, Galicia?



¡Cómo se está poniendo la cosa! España estaría, dicho sencillamente, guapa, cañón, y empezaría a atraer a los vecinos. ¡Seguro que Francia, muerta de la envidia de su vieja vecina española, se habría extirpado ya sus dos tumores benignos llamados Bretaña y Córcega!

España, a estas alturas estaría imparable y le donaría a su vecina marroquí sus dos órganos de riñón, Ceuta y Melilla.



Si es que cuando una se siente mujer mujer está que lo regala. Con este acto solidario, España resolvería sus problemas de filtraciones y humedades. Su prima, Gran Bretaña, le devolvería Gibraltar, al tiempo que se liposuccionaría Gales, Escocia e Irlanda del Norte.

Un último arreglo le llevaría a limarse ese saliente que le afea lo justo, Huesca y Zaragoza. Aragón se desprendería así de su lastre, Teruel, y se lo regalaría como ofrenda de buena vecindad a España, para que la nación más vieja de Europa pudiera seguir produciendo jamones.

 


Así sí que estaría radiante la vieja señora, que con unos pocos retoques de bisturí habría vuelto a su infancia.

¡¡¡No dejo de mirarla!!!

sábado, 2 de enero de 2010

Las historias que nos cuentan los "negros" del Imperio

Causa-efecto-causa-efecto-causa-efecto y bla bla bla es el paradigma sagrado de las acciones que rigen nuestra santa racionalidad occidental. En esta sencilla línea donde se encadenan las causas y los efectos que acaban conformando los relatos que nos contamos a nosotros mismos quedan por definir qué son las causas y qué son los efectos, y quiénes son los que las provocan (las causas) y quiénes los que los reciben (los efectos). Este trabajo, ingrato y sucio como pocos, es cosa de los guionistas del Imperio, hacedores de las historias que consumimos y, sobre todo, de todos los "negros" que el Imperio tiene escribiendo a lo largo de Occidente, que son los medios de comunicación masivos de cada una de sus colonias. 

El titular de una noticia de estos días dice que "Holanda instalará escáneres corporales" (EFE, 30 de enero de 2009). La noticia, narrada por EL PAIS y publicada un día después (trabajo del "negro" de turno) incluye ya desde el titular una causa y un efecto: "El aeropuerto de Amsterdam colocará escáneres corporales tras el atentado frustrado de Al Qaeda". EL PAÍS, "negro" ilustre español, da una lección de manual para despistados: así es como se sirve el puré mediático, con una sola causa y con un solo efecto, es decir, con la unidad mínima de un relato, que es la forma casi exclusiva en que la opinión pública occidental puede asimilar las cucharadas de su adoctrinamiento diario.
 
Las guerras suelen terminarse gracias a certeros golpes de efecto (dos bombas atómicas finiquitaron la Segunda Guerra Mundial) y en este caso un debate puede acabar gracias a los calzoncillos embadurnados de explosivo de un pringado llamado Umar Farouk Abdulmutall. Llega así a su fin (de momento, en Holanda) el debate de si es permisible que en los escáneres de los aeropuertos se instale un tipo de tecnología que pudiera chocar con los derechos de intimidad de los ciudadanos que viajan en avión. Y la cosa es que este debate estaba abierto mucho antes de que el pringado de los calzoncillos supiera que existe una marca terrorista hinchada por los Estados Unidos de Norteamérica llamada Al Qaeda. 

Y como solamente lo espectacular (los golpes de efecto) parece ser capaz de desestabilizar balanzas, ha tenido que venir el pringado de turno, en este caso un pijo nigeriano, para lograr el impulso final: los que estaban ubicados en la temible categoría "no sabe - no contesta" ahora lo tienen claro, su seguridad es lo primero. Seguridad, palabra de clase media, te rogamos óyenos.

Este hecho, junto con todos los torpedos mediáticos que vienen asolando el mundo desde que los Estados Unidos fueron atacados el 11 de Septiembre de 2001, transformado en cuento-sinopsis para las masas queda más o menos así: "Un hombre muy malo llamado Osama Bin Laden instruye e instiga a un ingenuo niño de papá, aburrido y asqueado de su vida pija, para que se suba a un avión con un fin terrorífico: hacer partir en dos un avión en pleno vuelo con destino al Imperio tras la súbita detonación de la carga explosiva de sus calzoncillos". 

¡Hostias, cuidado con los guionistas! Trabajo sucio e ingrato este de contar cuentos. Y el Imperio sabe muy bien (cabe sospechar que quizás sus "negros" no lo sepan tan bien) que quien detenta el poder es quien es capaz de contar historias y, sobre todo, de hacerlas creíbles. Esta capacidad de propaganda no empieza en Hollywood con su incesante bombardeo de ficciones siempre verosímiles: cada Imperio ha sabido contar, haciendo uso de las tecnologías del momento, las historias adecuadas para justificar todo tipo de acciones y violaciones.

Al Qaeda, esa abstracción, esa marca, o lo que sea si es que existe, ha tardado poco en reivindicar la acción del pringado. Así nos lo han contado nuestros "negros" una vez que han comprado la información al Imperio (porque la exclavitud nunca ha sido gratuita) a alguna de sus multinacionales de agencias de noticias. Todos hemos sido avisados a través de sus imágenes y de sus palabras: Al Qaeda o lo que sea si es que existe ha prometido más acciones similares y el pringado, que por lo visto sabe hablar, según las mismas fuentes, ha advertido que hay más pringados que están siendo instruídos en Yemen. Obama, por su parte, con poder de invadir un país pero incapaz de reformar el Sistema Sanitario del suyo propio ha dejado caer que si Yemen sigue dando cobijo a los proveedores de calzoncillos-bomba tendrá que tomar medidas... Causa-efecto-causa-efecto-causa-efecto... y bla bla bla.
 
Mientras todo este ruido tiene lugar, el aeropuerto de Amsterdam se prepara para instalar en sus escáneres una tecnología que no asegura al cien por cien la detección de calzoncillos forrados de explosivos. ¡Qué cosas!