viernes, 29 de octubre de 2010

Aujourd´hui, maintenant, ensemble [Hoy, ahora, juntos]


2007

2010

2002

miércoles, 27 de octubre de 2010

Los etarras sado-masoquistas y los guardia-civiles humoristas




Primer párrafo de la información en 20 minutos:

Los guardias civiles juzgados en San Sebastián por maltratar a los etarras que volaron la T-4 de Barajas, Igor Portu y Mattin Sarasola, durante su detención y traslado han sugerido este lunes que las lesiones que sufrieron los terroristas se produjeron durante su arresto, al que se resistieron violentamente.


Primer párrafo de la información en Gara:

Quince hombres sin rostro se sientan desde mañana en el banquillo del tribunal de Donostia. Se trata de los guardias civiles implicados en la detención de Igor Portu y Mattin Sarasola y están acusados por torturas. Pertenecen a la élite anti-ETA del cuerpo: al Grupo de Acción Rápida (GAR) y al servicio de Información de Intxaurrondo. Hay cabos, sargentos, guardias, etcétera, pero el rango más alto es el de teniente. El juez ha dado la orden de que no entren cámaras, algo que contrasta con el reciente juicio en la Audiencia Nacional contra Igor Portu y Mattin Sarasola, que se emitió en directo por varios canales de televisión.


Último párrafo de una información de Amnistía Internacional, relacionada con un balance sobre los Derechos Humanos en España:

Durante años, Amnistía Internacional ha condenado los graves abusos contra los derechos humanos cometidos por ETA. La organización ha pedido en numerosas ocasiones a ETA el cese total de los atentados, las amenazas y el hostigamiento a amplios sectores de la población, especialmente en el País Vasco y Navarra. No puede haber impunidad para los graves abusos de derechos humanos cometidos por ETA, pero también deben ser investigadas las violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad, tal como han recomendado el Relator de Naciones Unidas contra la Tortura y el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura. En cualquier caso debe respetarse el derecho a obtener verdad, justicia y reparación para todas las víctimas.


Algunas palabras escritas en el Foro de la Guardia Civil, con motivo de un hilo abierto a partir de una información de Gara en la que varios detenidos acusados de pertenecer a ETA relatan los episodios de malos tratos, según les gusta decir a unos medios, o de torturas, como prefieren llamarlos otros*:

 *Para la transcripción se han corregido algunas faltas ortográficas que había en los textos originales. Entre paréntesis, junto al nick, se escribe el rango militar que se indica encima de cada avatar de los usuarios del foro. Solamente se han escogido las entradas más escabrosas [en su acepción "que roza lo inconveniente o lo inmoral"] de las tres primeras páginas.
 
Depeche [coronel]: "Fusilados tenían que estar, esos perros asquerosos cobardes. Cuatro hostias y al paredón, torturas ni hostias, y milongas que cuentan estos andrajosos analfabetos".

Neuss [sargento]: "Poco me parece todo lo que les puedan hacer a estos mal nacidos, se merecen eso y muchísimo mas, ¡qué asco!"

Gattuso [teniente]: "¡Cómo no va a haber tocamientos! Si todas las etarras estas son como las modelos de Victoria Secret".

"Está claro que las instrucciones que tienen al ser detenidos son denunciar torturas....Bolsa, tocamientos, perder el conocimiento, asfixia..., la pena es que en nuestras instrucciones no ponga la frase fusilamiento al amanecer".

Xabi81 [cabo 1º]: "Son unos mierdas, y además, los jueces saben de sobra las consignas que estos descerebrados reciben de la ilegalizada Izquierda Abertzale, y que son capaces de autolesionarse para denunciar maltrato. Afortunadamente los compañeros que se ven involucrados en este tipo de farsas acaban absueltos, es lo justo".

John Locke [comandante]: "¡Tocamientos en la vagina dice la muy puta...! Un palo por el coño te metía yo hasta que te saliera por detrás..."

Flequi [guardia 1º]: "(...) Estoy de acuerdo con vosotros, que hay que tener escrúpulos para realizar tocamientos a alguna de esas monas, que deberían estar en el zoo dentro de una jaula comiendo pipas".

Delta [teniente coronel]: "Y yo que soy de la opinión que lo mejor era castrarlos..., no por nada más que por el bien de la humanidad".


A continuación [para evitar malentendidos], quien escribe vuelca el párrafo del texto de Amnistía Internacional de más arriba, pero [rescrito] en primera persona: 

Condeno los graves abusos contra los derechos humanos cometidos por ETA. Como ciudadano, reclamo a ETA el cese total de los atentados, las amenazas y el hostigamiento a amplios sectores de la población, especialmente en el País Vasco y Navarra. No puede haber impunidad para los graves abusos de derechos humanos cometidos por ETA, pero también deben ser investigadas [y castigadas, añado] las violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad. En cualquier caso creo que debe respetarse el derecho a obtener verdad, justicia y reparación para todas las víctimas.


Ante una hipotética pregunta del porqué aquí se habla de la violencia ejercida por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad españolas [contra los detenidos de ETA, contra los detenidos acusados de formar parte de ETA y contra periodistas, integrantes de asociaciones, y de otros colectivos acusados de estar en el órbita ideológica y de acción de ETA] y no sobre la violencia ejercida por ETA [sobre las sociedades vasca y española, sobre sus Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y sobre periodistas, intelectuales y otros colectivos acusados de "colaboracionistas"], la respuesta es la siguiente:

Solamente hay una razón y es porque esa es una violencia que, sistemáticamente, España, sus gobiernos y sus medios de comunicación masivos [nos] niega a los españoles.

lunes, 25 de octubre de 2010

Intereconomía: el miedo y la risa


Resultado de la I Encuesta a los lectores abisales: ¿Contra qué televisión quieres que escupa próximamente el Blog Abisal? [sobre 28 votos totales]. Y el escupitajo es para [...(redoble de tambores)...] INTERECONOMÍA TV.

1ª.- Intereconomía TV / 12 votos
2ª.- La Sexta / 11 votos
3ª.- Tele 5 / 4 votos
4ª.- Veo TV / 1 voto
5ª.- La 10 / Ningún voto

NOTA 1: Esta entrada se va a elaborar con dos condicionantes previos: no usar ningún insulto y no escribir la palabra ultraderecha [ni sinónimos como fascismo, ni ninguna de sus palabras derivadas]. Ya que me habéis sometido a este castigo, amigos/as lectores/as, dejadme, por lo menos, jugar un poquito.

NOTA 2: Tengo que reconocer que yo quería que ganase La Sexta. Eso explica por qué la ubiqué en el último lugar de las opciones y por qué fue la única con una línea editorial "progresista" de entre todas las que se podían votar. ¿Intento de manipulación? Sí. Pero al final, como veis, he perdido; por contra, Intereconomía TV ha ganado. En la próxima encuesta [que ya está en la columna derecha del Blog Abisal] agudizo el ingenio para orientar vuestro voto hacia mis necesidades narrativas.

A los que votasteis, muchas gracias por participar.


Recuerdo como hace unos años hacía el ejercicio de sintonizar la COPE en sus años más pasados de rosca [me pregunto en qué se convierte un delirio cuando se pasa de rosca] para escuchar a Jiménez Losantos. En aquella época solamente él y algún compañero de la cadena episcopal [sobre todo Cristina López Schlichting y César Vidal] tenían la virtud de hacerme reír al mismo tiempo de hacerme sentir miedo. Entonces solamente la COPE albergaba este tipo de showmans y charlatanes capaces de ofrecerte esas dosis tan potentes de ideología-espectáculo; pero ahora al circo mediático [gracias a las concesiones de las licencias del gobierno Aznar] le han crecido los enanos, ¡y de qué manera! Intereconomía TV en pleno y gran parte de Veo TV asume ya este tipo de perrodismo radical [saludos, José Luis Ibáñez, un antiguo profesor de Universidad].

Intereconomía TV hace de la opinión su estandarte. Ante esto no habría nada que objetar si no fuera porque esa opinión [legítima] se produce en un vacío informativo. A decir verdad ningún grupo mediático antepone la información a la opinión. De manera sutil todas las cadenas de televisión salpican su parte informativa con la línea editorial [la ideología] propia de la cadena. Pero hay grados y grados, e Intereconomía TV está en el extremo más sucio de la escala. Lo peligroso de esta dinámica empresarial comunicativa [que antepone la creación de una opinión pública cargada de opinión mucho más que de información] es que, dinamitando el paso intermedio [la información con pretensiones de objetividad] que hay entre los hechos y las opiniones, lo que haces es generar una opinión pública pseudo-analfabeta, que se mueve como pez en el agua en el terreno de las emociones pero que naufraga en el terreno de los razonamientos. Sí, lanzar a tus espectadores un sinfín de torpedos opinativos sin un impulso informativo previo [contexto, antecedentes, previsiones, con fuentes contrastadas, etcétera], es una estrategia sensacionalista elevada a la enésima porquería. El propósito es evidente: mantener cargada [ideológicamente] a su audiencia, sin respiro, y, por supuesto, desinformada.

La RAE define el término debate [en su segunda acepción] como contienda, lucha, combate [la primera deja escrito el sinónimo controversia: discusión de opiniones contrapuestas entre dos o más personas]. Si nos atenemos a la definición de la RAE, entonces, en Intereconomía TV no hay lugar para el debate, y mucho menos para el debate ideológico. En Intereconomía TV a falta de debates, buenas son las tertulias [tertulia: reunión de personas que se juntan habitualmente para conversar o recrearse]. Y cierto también, es legítimo hacer de la tertulia tu formato televisivo estrella, pero cuando en vez de poner a tertulianos sueltas a los perros para ladrar su perrodismo, su perroverdad o su perrolibertad, la cosa cambia, y mucho.

Pongamos como ejemplo "El gato al agua", la tertulia de prime-time de Intereconomía TV, en la que cada noche se produce una orgía homo-onanista-intelectual, pero una orgía sin tocamientos, que ellos son muy católicos. Cada uno desde su sitio se la sacude bajo la atenta mirada de los demás, que asisten expectantes al ejercicio de amor propio del que ladra. La competición no tarda en parecerse a una serie de pajas por turnos, en el que gana quien ha expulsado su semen más lejos: es el que se lleva el gato al agua, el trofeo de esta tertulia, gracias a la inestimable ayuda de los cachorros espectadores, que han llamado para votar por la sacudida más espectacular.

Se trata sin duda del triunfo de la libertad individual [uno de los valores sagrados de la cadena]. Porque en el "El gato al agua" nadie folla con nadie, nadie da placer a nadie, y porque nadie está interesado en escuchar algo que no le sea propio y que pudiera conducir al roce o al acto intelecto-sexual entre diferentes, en lo que sería realmente un debate, según la definición de la RAE y lo que entendemos casi todos. Cosas de los inter-profetas católicos...

Otras dos figuras, además de los tertulianos, que no pueden faltar en este tipo de programas, son la del moderador y la del tertuliano sado-masoquista. Sobre el moderador sobra con decir que es un homenaje de la cadena al viejo formato de tertulia, que incluía al moderador. Dicho de forma rápida, en "El gato al agua" y en otras party-[tea]rtulias de Intereconomía TV no se precisa de la figura del moderador; porque quien dice serlo se masturba igualmente. La otra figura es la del sado-masoquista, una figura que, todo hay que decirlo, cada vez se ve menos en Intereconomía TV, para desgracia del espectáculo que ofrece [véase este espectáculo todavía en las tertulias de Veo TV]. El tertuliano sado-masoquista suele ser un señor socialista con cara de pringado, al que todos los tertulianos onanistas apuntan con sus pistolas para convertirle en doblemente pringado. El juego que da [valga la redundancia] un socialista sadomasoquista en estas tertulias resulta esperpéntico, similar al que podría derivarse de la acción de llevar a una prostituta a una fiesta de adolescentes borrachos descerebrados que llevan meses sin follar. Por qué lo hará, por qué accederá a perder la dignidad de tal manera. La respuesta en ambos casos de prostitución es la misma: por dinero. Cosas de los sadomasoquistas socialistas...

Lo dicho hasta ahora estaría en el plano de la orgía. El contraplano, por su lado, arrojaría una tercera figura, no menos importante: el espectador en su casa. El espectador-tipo de Intereconomía TV también es ultra-onanista [seguramente ya lo fuera antes de la aparición de la cadena] y se la menea con orgullo patrio. Se ríe con estruendo de las gracias y peripecias manuales de los que piensan como él. Lo más asombroso del espectador-tipo de Intereconomía TV es que para reírse no le hace falta el cerebro.

Es la embriagante rotación sobre sí misma de la libertad, la libertad que tienen en la boca constantemente los dueños, productores, periodistas, tertulianos y espectadores de Intereconomía TV, y que les convierte en auténticos animales rumiantes.


PLANO



CONTRAPLANO


domingo, 24 de octubre de 2010

Selección 4 / Puedo escuchar las canciones más tristes esta noche


Untitled_1, Sigur Rós (2002)




Monochrome, Yann Tiersen (1998)




This mess we´re in, P.J. Harvey y Tom Yorke  (2000)




These days, Nico (1967)


 

Show, Beth Gibbons & Rustin Man (2002) 
[Esta canción no se ha encontrado en el reproductor de costumbre; mil perdones, pero esta selección, esta noche, tenía que terminar así]

miércoles, 20 de octubre de 2010

Menos es más: he aquí "Kitoko"

Dos únicos elementos visuales: un escenario [fondo], una playa, y un objeto [forma], un ordenador. Y dos únicas fuentes sonoras: un ruido ambiental [sintético] y un comentario en off [natural]. En suma, el relato que plantea el cortometraje "Kitoko" se basta de cuatro decisiones formales que, además de contar lo que cuentan, rinden tributo al axioma narrativo [tan poco respetado] de "menos es más".

La historia que encierra tan escasa arquitectura está contenida en la voz del personaje protagonista: un joven congoleño reflexiona sobre las posibilidades que se abren en su vida después de encontrarse un ordenador antes de empezar su jornada laboral. El resto lo pone la imagen, que, en este caso, queda subordinada a la supremacía del comentario [no confundir aquí subordinación con innecesariedad].

"Kitoko" [trad: Regalo] fue el trabajo documental que ganó el Primer Concurso de Cortos Komunica Sur [Edición 2010], organizado por la Asociación Euskadi-Cuba. Según los propios convocantes, el principal propósito del certamen era el de "abrir espacios de reflexión sobre la realidad social, política, económica y cultural, tanto de los países del Sur como del Norte, con el fin de fomentar vías de expresión y comunicación no mediatizada, al margen del pensamiento homogéneo presente en la mayor parte de los medios de comunicación".

Se ha recalcado en el párrafo anterior lo de fomentar vías de expresión y comunicación no mediatizada, porque es desde ahí precisamente desde donde se impulsa la potencia de "Kitoko". Porque "Kitoko" aborda el tema de la migración africana hacia tierras europeas desde un punto de vista antagónico al que nos proponen nuestros medios de comunicación masiva. Y frente a la saturación imperante, sus autores proponen la austeridad y el minimalismo; frente a la descarada confusión que solamente enturbia, nos encontramos con un ejercicio de estilo donde predomina la necesidad de un enfoque; frente al ruido ensordecedor, contraponen la claridad discursiva; y frente a un panorama mediático-informativo donde ya no sabemos qué es el fondo y cual es la forma, digerimos una forma separada de su fondo. En resumen, porque frente a la contaminación [esa infección asquerosa que sudan las multinacionales], "Kitoko" nos regala la salubridad...

Y ese es uno de los lugares, precisamente, que tiene que ocupar el llamado cine de no-ficción, que no es otro que detrás [o en frente, para delatarlas] de las cámaras de televisión de las grandes cadenas y agencias de noticias internacionales, apuntando [encuadrando] en el sentido contrario, en una labor continua de mostrarnos el contraplano que las grandes empresas de la comunicación se niegan a mostrarnos por pura rentabilidad económica del objeto grabado o filmado.

Por eso me gusta "Kitoko", porque ese lugar desde el que proyecta su discurso me [re]define como espectador; es decir, que me obliga a sentarme en otro lugar que no sea un cómodo sillón [ese complemento de la asimilación masiva de conocimiento audiovisual que todos tenemos enfrente de nuestras máquinas expendedoras de imágenes].

Además de todo lo dicho, los guionistas de "Kitoko", Leyre Cotilla [Electronicc] y José Luis Rodríguez [Xox], son mis amigos. Ellos dos también son los codirectores de la pieza, junto a Alejandro Laviada, que se encargó al final de las labores de edición. La voz del protagonista es de Simone Pierre Talula.

Con la ficha técnica terminan las palabras. He aquí "Kitoko" (2010):


Aunque antes de cerrar la entrada me gustaría lanzarles a Xox y a Leyre, y al resto de lectores, dos preguntas:

[Para Xox y Leyre] ¿Por qué decidisteis poner el ruido ambiental sintético en vez del sonido ambiental natural de la playa?

[Y para todos los lectores que quieran comentar]: ¿Es realmente "Kitoko" una historia documental?

martes, 19 de octubre de 2010

Ametralladora

La primera imagen apenas dura tres segundos. Corresponde a una gran ciudad de noche vista a través de un cristal: varios edificios de gran tamaño albergan en su interior infinidad de habitáculos de los que solo advertimos su luz. También podemos ver las luces de la calle. El resto es oscuridad. Precisamente la superficie de la imagen arroja un conjunto pictórico donde se juega con ese contraste de luz y oscuridad: no se ve nada, pero se entiende todo. El caos de la composición es inaprehensible pero no tardamos en asumirlo como propio: es la mirada de un urbanita, es nuestra mirada, y ese paisaje nos pertenece, aunque no le pongamos nombre. Aunque a decir verdad lo más llamativo de la imagen no es el paisaje urbano, sino el cristal a través del cual lo digerimos. Ese cristal nos ubica dentro de uno más de esos habitáculos que dibujan con su luz el cuadro abstracto de cualquier noche urbana. 

Y casi sin tiempo para posarnos sobre ese paisaje urbano, un movimiento brusco de la cámara hacia el contracampo de la gran ciudad nos arroja a un interior oscuro donde dos músicos y una cantante van a empezar su función. Este movimiento de cámara es el único del videoclip; es decir, ya no hay vuelta atrás: no volveremos a ver la ciudad, nos quedaremos dentro para siempre [los 4 minutos y 43 segundos que dura la canción]. Por eso este viaje que nos propone el videoclip desde lo exterior hacia lo interior, a través de un simple giro de cámara, se convierte en el de mayor densidad comunicativa, en un momento pregnante donde todo el significado que resta por asimilar se concentra y se sintetiza en ese brusco golpe que nos empuja hacia dentro.

La violencia del giro visual nos conduce a otra violencia, la sonora, en la que un ritmo rudo, áspero, pesado, procedente de una percusión sintética [Machine gun / trad: ametralladora], arrolladora, avasallante, destroza el silencio [un silencio eléctrico] inicial. La cadencia del ritmo se repite una y otra vez, con una estructura cuyos golpes de ruido parecen surgir a destiempo, resquebrajados, desentonados... El siguiente sonido que entra es ya la voz de la cantante, una voz preciosa, sensible, casi susurrante. En ese momento hay dos fuentes de sonido [la voz y la percusión] que van cada una por su lado, y que comunican y significan cosas distintas por separado. Sin embargo, juntas, una al lado de la otra, en compañía, suman un tercer significado, sin contar todavía con el contenido verbal extra que aporta la letra que se interpreta. Después se añade una tercera fuente [notas sostenidas de teclado] que refuerza el camino emprendido por la voz cuando transita por lo que podemos llamar el estribillo.

La primera parte de la canción es subyugante, y lo es gracias a la peculiar interrelación que guardan la percusión y la voz, y que va más allá del simple juego de contrastes entre la rudeza [de los golpes] y la delicadeza [de la voz]. Esta dicotomía descubre otras como fuerte/débil, lo duro/lo blando, lo racional/lo emocional..., atributos que puestos de la manera que están en la canción apuntan a una irremediable exclusión mutua. Sin embargo, lejos de repelerse entre sí, ambas fuentes sonoras no tardan en coaligarse a través de lo que guardan en común: su fragilidad. Es cuando el conflicto interior que se verbaliza en la letra se refleja en ese ritmo atosigante que parece no poder desencallarse y viceversa.

Quizás por esa cualidad, cuando el hilo-llanto de la voz de la cantante llega a su fin [sin que el conflicto se haya resuelto] la percusión, sin su compañía verbal, se recrudece y se expresa todavía más rabiosa. Como si la música se hubiera puesto la tarea de terminar el trabajo de la voz, el cuerpo de la música empieza a descomponerse en el minuto 3.18. En ese punto se activa una primera variación del tono que se culmina en el 3.35, cuando el desvarajuste y el destiempo ya están orquestando un final que apunta a la desintegración total de la canción. Pero no [ese final hubiera supuesto la negación de la propia comunicación, la inmolación y la derrota], porque en el 3.53 un teclado se superpone como banda sonora redentora, al mismo tiempo que la percusión original se recompone.

La canción resucita: ha necesitado romperse para reconstruirse. El último teclado anuncia la transformación final que desencalla [sin destino conocido] el conflicto emotivo-verbal planteado más atrás. Si la cantante volviera al tema ya lo haría desde otra posición, toda vez que la música ya ha iniciado un vuelo apologético de redención interior que ha reinventado ese final no previsto al que nos somete la canción.

Machine Gun - Portishead (2008)

I saw a saviour, a saviour come my way. I thought I'd see it at the cold light of day but now I realise that I´m only for me.

If only I could see you turn myself to me and recognise the poison in my heart.
There is no other place no one else I face remedy, we´ll agree, is how I feel.

Here in my reflecting, what more can I say? For I am guilty for the voice that I obey. Too scared to sacrifice a choice chosen for me.

If only I could see you turn myself to me recognise the poison in my heart.
There is no other place no one else I face. The remedy, to agree, is how I feel.


Machine Gun, un extrait de Third, le prochain... por Nouvelobs




Así es como hemos asistido a un acto comunicativo en el que tres seres humanos, desde dentro de un habitáculo oscuro de paredes blancas han interpretado su canción, en directo. El tratamiento visual de ese habitáculo interior [el juego de contrastes, y la escasa y azulada gama cromática] rima con el paisaje urbano con el que arranca la historia.

Hemos observado como los planos son planos sin movimiento, excepto el plano medio que encuadra a la cantante de frente, que tiene un balanceo nervioso [con problemas de enfoque], solidario, en todo momento, con el contenido verbal de la letra y con el devaneo psíquico y físico de quien lo canta. También [en el minuto 3.05] el plano detalle de las manos manipulando las baquetas electrónicas se ha roto hacia arriba cuando ha hecho lo propio la canción. El resto, como se ha visto, quietud absoluta.

También hemos sido testigos de como los tres personajes están rodeados de máquinas que emiten luces y sonidos. Y de amplificadores y micrófonos. Y de infinidad de cables por los que circulan todos los datos sonoros que habitan en la canción. Podría afirmarse que dentro del habitáculo hay una cierta comunión entre los humanos y las máquinas. Además, esta presencia tecnológica [la visible] cohabita con la otra [la invisible]: las siete cámaras que conforman el dispositivo previsto para captar el evento en tiempo real, y que han correspondido a los siete planos, o a los siete puntos de vista que se han ido encadenando en un ritmo visual semi-automático, que se antojaría tedioso e insignificante si jugásemos a ver el videoclip sin audio.

En definitiva, la imagen nos ha proporcionado el retrato de tres personajes que están, literalmente, cercados, engullidos, avasallados, por diferentes máquinas a través de las cuales van a expresarse y a través de las cuales vamos a observarlos. Es evidente que la burbuja tecnológica que los rodea también los protege, pero esa comunión humano-tecnológica arriba mencionada no es, ni de lejos, satisfactoria.

Portishead es uno de los pocos grupos musicales que documentan fielmente el desasosiego postmoderno [también podríamos citar a Radiohead]. En particular, Portishead ha construido la totalidad de sus canciones desde ese patrón doble de asfixia y protección, a todas luces esquizoide. Y la canción "Machine Gun", y el videoclip, responden a este mismo patrón. Ese patrón o sello Portishead no surge por generación espontánea, porque es el sello propio de la sociedad occidental contemporánea en la vivimos, que es urbana, desarrollada, hipertecnologizada, y también, altamente esquizoide [la libertad y la reclusión, el miedo y la seguridad, la asfixia y la protección, etcétera].

Precisamente uno de los síntomas de la molestia existencial [y que indica la presencia de fuerzas internas contrapuestas] es la angustia. Y es la misma angustia que canta Beth Gibbons en esta canción: la angustia de la elección, o el vértigo que provoca la angustia de la libertad en los términos kierkegaardianos, y la consiguiente parálisis [postmoderna] que nos caracteriza a todos nosotros como ciudadanos occidentales libres pero sin capacidad de elección.

viernes, 8 de octubre de 2010

La pelota vasca: la piel contra la piedra (Julio Medem, 2003)

Hasta el estreno de su película documental, “La pelota vasca: la piel contra la piedra” (2003), Julio Medem solamente había escrito y dirigido cine de ficción:  “Vacas” (1992), “La ardilla roja” (1993), “Tierra” (1996), “Los amantes del circulo polar” (1998) y “Lucía y el sexo” (2001); además de algún cortometraje previo, también de ficción. Fue precisamente gracias a los beneficios obtenidos de su última ficción hasta ese momento, “Lucía y el sexo”, que Julio Medem pudo auto-producirse el documental, a través de su productora Alicia Produce, con la participación en el proyecto de EiTB y Canal Plus.

Un poco de historia. “La pelota vasca” constituyó un éxito más que notable en cuanto a cifras de recaudación. Tres años antes José Luis Guerín, con su película "En construcción" (2000), había abierto una grieta documental en los circuitos comerciales, siempre ávidos de ficción, y Julio Medem, con su documental, la ensanchaba superando con creces los números de la película de Guerín. Las causas del éxito pueden ser varias, entre ellas el hecho de que Julio Medem ya se había creado un público gracias a sus films de ficción anteriores, pero sobre todo, la principal fue la feroz y desmesurada propaganda en contra que la extrema derecha española desarrolló desde antes del estreno de "La pelota vasca" hasta el día de la ceremonia de los Goya en 2004 [donde estaba nominada a la mejor película documental].

La película pretende hacer un ejercicio "objetivo" sobre el conflicto político vasco y de cómo la cosa salpica a otros ámbitos como el social, el cultural o el lingüístico. Se ha entrecomillado objetivo porque la tesis de trabajo de "La pelota vasca" parte del reconocimiento mismo de que ese conflicto político existe, algo en lo que no estaban de acuerdo, precisamente, los que se negaron a participar en el proyecto [los representantes de partidos, asociaciones y víctimas vinculados a la derecha ideológica y partidista española]. Y se ha puesto objetivo también, aunque sea entrecomillado, porque el resultado sí dibuja un mosaico global donde se representa, sobre todo, la complejidad del conflicto que protagoniza la película a través de las declaraciones de sus protagonistas. 

"La pelota vasca" está compuesta en su mayor parte de los testimonios de personas ubicadas en todo el arco ideológico [excepto los que se han comentado más arriba], sobre todo en el ámbito de Euskal Herria, pero también llegadas desde el conjunto de España y del extranjero. Esos testimonios quedan secuenciados unos detrás de otros en un montaje cuyo jugo es la esencia metafórica que arranca desde el mismo subtítulo del largometraje [La piel contra la piedra]. De esta manera, está servido un duelo dialéctico entre las diferentes maneras de vivir y pensar el conflicto político vasco. Además de las intervenciones de los distintos personajes, Julio Medem inserta otros documentos audiovisuales que ayudan a entender el tema de su propuesta.

Independientemente de su valor artístico, que puede cuestionarse, la valía de "La pelota vasca" radica en su dimensión social, como herramienta de discusión y de reflexión acerca de la naturaleza del conflicto vasco, que puede proporcionar algunas claves de, primero, reconocimiento del otro, y segundo,  acercamiento entre las posturas confrontadas. Por eso se da a ver hoy en el Blog Abisal, siete años después de su estreno, porque aquí y ahora, es tiempo de discusión y reflexión, después de los últimos movimientos políticos producidos, negados [porque siete años no son nada] por los mismos que en su momento sabotearon el documental de Julio Medem.

He aquí "La pelota vasca: la piel contra la piedra" (2003):

jueves, 7 de octubre de 2010

Tengo un problema: necesito soluciones

¿Conocíais a Maureen "Mau" Tucker? Es la mujer anciana que sale en el minuto 2.40 de este vídeo [imágenes de 2010].



Viaje al pasado [imágenes de la segunda mitad de la década de los 60]. Maureen "Moe" Tucker es la mujer joven que está sentada en el suelo, aporreando la batería, con un jersey blanco.



Os cuento. Esta mañana, después de dejar a mi hijo en el colegio, me he tomado un café en el bar de todos los días. El único periódico sin lector era "El País" y he empezado a leerlo como tengo por costumbre leer todos los periódicos, desde atrás hacia adelante, y a toda hostia. Pero de repente, dos o tres páginas ojeadas, una fotografía del grupo de rock "The Velvet Underground" me ha hecho detenerme en la noticia donde estaba insertada (Sección "¿Gente?"); es esta: De batería de la Velvet a líder del Tea Party, con subtítulo "Moe Tucker se ha convertido en el gran azote de Obama".

Hace un par de años me compré una camiseta de "The Velvet Underground", una cuya fotografía serigrafiada es, precisamente, la misma que acompaña a la noticia del "El País". Y, conjunción nefasta de astros, esta mañana me había puesto esa camiseta. Así que una vez recuperado de la información que ubica a la que fue batería de la banda "The Velvet Underground" en la agrupación ultraderechista norteamericana "Tea Party", he pensado que tenía un problema.

LA FOTOGRAFÍA

Moe Tucker es la segunda por la izquierda, la única mujer que se asoma entre esos tres hombres (Sterling Morrison, Lou Reed y John Cale), la única sin gafas de sol, la única cuya mirada colisiona con la del observador. 


¡Qué putada!, ha sido lo primero que he pensado: tengo en mi camiseta una imagen de juventud de una fascista. Sí, de primeras, quizás aturdido de la hostia, reconozco que me he puesto un poco nervioso. Y de ahí a las soluciones absurdas media solamente un paso. Entonces, acto seguido, para no ser descubierto, he subido la cremallera de mi cazadora. Pero absurdo o no, ese gesto me ha protegido de una vergüenza que todavía no había racionalizado; ha sido un eficaz remedio de primeros auxilios. 

De camino a casa, menos aturdido ya, he pensado que ni dios de los que me he cruzado por la calle a esas horas primero, conoce a "The Velvet Underground", segundo, conoce al "Tea Party", y tercero, probabilidad del todo nula, es capaz de asociar la imagen de la joven de mi camiseta con las actividades ultras del "Tea Party". Aún así no me he bajado la cremallera. Estas cosas, estos comportamientos, ocurren cuando alguien se siente sucio, y no hay objetividad ni planteamiento racional que te desencalle de la grieta subjetiva por la que se desagua cualquier intento de devolver a la situación sus niveles normales de sentido común.

Entonces la pregunta es que qué demonios hago con la camiseta. Esta camiseta que tengo puesta aquí, ahora, en casa, mientras escribo esto. ¿Manipular la fotografía hasta convertir el espacio que ocupa Moe Tucker en fondo negro? ¿O realizar un acto político según el cual tache el rostro de Moe Tucker con una equis roja, añadiendo debajo un mensaje en contra del "Tea Party"? ¿O mejor no volver a ponerme la camiseta? ¿La conservo como recuerdo o se la regalo a [Ernesto] Jesús Neira?

No sé, estoy perdido, necesito soluciones. 


BONUS TRACK

De los otros tres componentes de "The Velvet Underground (no se cuenta con Nico, cantante ocasional del primer disco), solamente Sterling Morrison ha ido más allá que Moe Tucker en su recorrido vital: Sterling Morrison murió en 1995. Los otros dos, Lou Reed y John Cale, han seguido sus respectivas carreras discográficas hasta nuestros días. 

Y como la cosa va de látigos, ahí va el tema "Venus in furs", de Jonh Cale [que el Blog Abisal dedica a la mujer anciana que sale en el minuto 2.40 del vídeo que encabeza esta entrada].

 

miércoles, 6 de octubre de 2010

¿Qué hacemos con lo de Vladimir Tatlin?

Los actores que interpretan a Vladimir Lenin, León Trotsky, Lev Kámenez, Iósif Stalin y Nikolai Krestinsky se sentarán alrededor de una mesa en una habitación decorada según los criterios de los documentalistas. Los actores y el espectador deberán intentar, en la medida de lo posible, suspender su incredulidad para ubicar la historia en 1919, en uno de esos grandes despachos de altos techos de algún palacio que dos años atrás todavía eran propiedad de la aristocracia zarista.

Los cinco actores estarán sentados alrededor de una mesa cuadrada e interpretarán el momento de una reunión en la que se habrá de disertar sobre varios temas que afectan al buen desarrollo de la revolución recién nacida. Los cinco actores, también, serán debidamente informados sobre lo que fue el Politburó: un pequeño grupo elitista diseñado para ser el principal órgano de toma de decisiones y control sobre el Comité Central Soviético. Cuando se inicie la acción, estarán en el último asunto del orden del día, según apunta el guión. Acción.

El actor que interpreta a Krestinsky, que hará las veces de coordinador interno, lanzará la última pregunta:

- ¿Qué hacemos con lo de Vladimir Tatlin?

En este punto, los actores que interpretan a Lenin, Trotsky y Kámenez resoplarán, exagerando un gesto cansino, cada uno según el carácter de su propio personaje, y acto seguido murmullarán asuntos inaudibles para el espectador. El actor que interpreta a Stalin, sin embargo, deberá mantenerse impertérrito, a lo suyo, sin mostrar ningún interés en la pregunta que ha hecho el actor que interpreta a Krestinsky.

Sería importante que la situación aquí se mantuviera en un plano general en el que los tres actores que interpretan a Lenin, Trotsky y Kámenez farfullasen un tanto nerviosos, mientras que el actor que interpreta a Stalin sobreactuase los tics propios del autismo que la construcción previa de su personaje le ha asignado. Por su parte, el actor que interpreta a Krestinsky se mantendrá a la espera, una vez lanzada a la reunión el último punto del día. Así un minuto, un minuto y medio como máximo, hasta que el actor que interpreta a Stalin respondiese así, con el tono de quien juzga más que pregunta.

- ¿Quién es Vladimir Tatlin?

Los tres actores que interpretan a Lenin, Trotsky y Kámenez se callarán al instante. Y escucharán como el actor que interpreta a Krestinsky empieza a hablar del asunto, contestando al actor que interpreta a Stalin.

- Hablamos del encargo que le hizo el Comisariado Soviético de Cultura a Vladimir Tatlin para diseñar el edificio donde organizaremos los actos de la III Internacional...

El actor que interpreta a Stalin, todavía a lo suyo, habrá de cortar de raíz la exposición del actor que interpreta a Krestinsky. El espectador deberá saber, aquí y ahora, por el tono y por la mirada del actor, que la respuesta ha crispado al actor que interpreta a Stalin.

- Camarada Krestinsky, no sé si no me he explicado bien. He preguntado que quién es Vladimir Tatlin.

Esto está escrito también: un silencio abrumador caerá sobre la escena. Y se volverá al plano general. El actor que interpreta a Lenin se levantará y le hará un masaje de relajación cervical al actor interpretado por Stalin, mientras explique para todos quién es Vladimir Tatlin.

- Camarada Stalin, Vladimir Tatlin es uno nuestros artistas revolucionarios de mayor prestigio. Es un pintor y escultor que no levanta ninguna sospecha, si es eso lo que usted, camarada, quería saber...

El actor que interpreta a Trotsky interrumpirá el discurso del actor que interpreta a Lenin. El actor que interpreta a Stalin dirigirá su mirada hacia el actor que interpreta a Trotsky. Resulta esencial que le mire de muy malas maneras, con rencor, con odio, no sé, sin esconder ni a los otros cuatro actores ni al espectador la molestia que le ha producido dicha interrupción. El actor que interpreta a Lenin entonces, astutamente, incrementará la fuerza de su masaje en la espalda del actor que interpreta a Stalin. Todos mirarán con atención al personaje que interpreta a Trotsky, excepto, evidente, el actor que interpreta a Stalin, que habrá vuelto a su posición de autista.

 - Vladimir Tatlin es uno de nuestros ilustres representantes. ¿Ha oído usted hablar, camarada Stalin, del constructivismo? ¿No conoce usted, camarada Stalin, a Malevich, Rodckenko, Kandinsky y Gan Lissitzky? Son nuestros artistas, camarada Stalin, ubicados todos ellos en la vanguardia de la vanguardia mundial. El edificio que ha diseñado Tatlin para nuestra III Internacional Comunista, camarada Stalin, está llamado a ser el símbolo soviético del vanguardismo arquitectónico de nuestro tiempo.

El actor que interpreta a Stalin se girará malhumorado hacia su espalda, donde está el actor que interpreta a Lenin. Le hará un gesto de menosprecio sobre lo que ha escuchado, y le dirá, con sarcasmo, lo siguiente:

- Camarada Lenin, me pregunto de qué manera podría yo perder los nervios si no estuviera usted aquí para calmármelos.

Todos los actores le reiran esta gracia al actor que interpreta a Stalin. La carcajada será exagerada por sobreinterpretada, es decir, que el espectador deberá ser consciente de ese plus de sobreactuación al mismo tiempo que percibirá que el actor que interpreta a Stalin no se entera de la misa la mitad. En este punto es el actor que interpreta a Kámenez el que rescatará el hilo del tema.

- Camaradas, estamos ante un proyecto fantástico. Nuestro artista revolucionario Tatlin ha pensado a lo grande para organizar la III Internacional en un edificio cuya estructura se proyecta hacia el futuro, hacia el progreso. No hay mejor mensaje propagandístico revolucionario al mundo que la construcción del edificio que ha diseñado Vladimir Tatlin. Es nuestro deber informar al Comité Central para que ordene sin más demora la puesta en marcha de la obra.

Está apuntado que aquí otra vez hay un silencio significativo, en el que los actores parecen digerir la información recibida. El actor que interpreta a Lenin  abandonará la espalda del actor que interpreta a Stalin que proseguir su mensaje en la cabeza, mientras que los otros tres le miraran esporádicamente de reojo esperando la respuesta del actor que interpreta a Stalin. 

Y así hasta que el actor que interpreta a Krestinsky sugiera ver el dossier audiovisual que el mismo Tatlin trajo el día de la presentación del proyecto y dejó entregado en la Secretaría del Comisariado Soviético de Cultura. El actor que interpreta a Stalin le preguntará al actor que interpreta a Lenin que qué es un dossier audiovisual, pero querrá responder el actor que interpreta a Trotsky; cuando lo haga, nadie le escuchará, porque la proyección del dossier audiovisual ya se habrá iniciado. El actor que interpreta a Lenin habrá dejado de masajear al actor que interpreta a Stalin (cuyo impecable peinado ha devenido en humorístico despeinado) y todos seguirán la proyección con sumo interés, al mismo tiempo que el espectador.



Después de esto, otro silencio, tan significativo como el anterior pero mucho más largo. Todos los actores enseguida habrán vuelto la cabeza hacia la mesa, excepto el actor que interpreta a Stalin, que permanecerá mirando a la pantalla en negro un buen rato. En esa posición, el actor que interpreta a Stalin formulará, gritando, la siguiente pregunta:

- ¿Alguien ha entendido esta mierda o soy el único imbécil que no se entera de nada?  

El actor que interpreta a Lenin se levantará con la intención de volver al masaje del actor que interpreta a Stalin, pero el actor que interpreta a Stalin rechazará, con gestos grandilocuentes, la oferta. Los actores que interpretan a Kámenez y Krestinsky levantarán la mano respondiendo tímidamente a la pregunta, mientras que el actor que interpreta a Trotsky afirmará con un gesto de la cabeza. Todavía mirando hacia la pantalla en negro, el actor que interpreta a Stalin volverá a hablar.

- Puta mierda de artistas. ¿Pero qué hostias se creen? Esto es una puta mierda abstracta pinchada en un palo burgués.

El actor que interpreta a Trotsky querrá decir algo para tranquilizar al actor que interpreta a Stalin, pero el actor que interpreta a Lenin abortará el intento y será él quien intente mitigar el desconsuelo del actor que interpreta a Stalin.

- Quizás haya que explicarlo mejor, camarada Stalin. Los tres cuerpos geométricos superpuestos, el cilindro, la pirámide y el cilindro más pequeño están dentro de una estructura de acero y malla helicoidal de color rojo. Los tres volúmenes son acristalados, y tendrían por función albergar distintas salas de reuniones, oficinas de la III Internacional y, arriba del todo, un Centro de Comunicaciones, con altavoces, antenas de teléfonos y de radios.

- Y junto a los altavoces de arriba - añadirá el actor que interpreta a Trotsky, en tono "sabelotodo" - habrá un sistema de proyección nocturno, con una pantalla de cine de proporciones descomunales, en los que se proyectarán, visibles desde abajo, infinidad de eslóganes e imágenes revolucionarias.

- Y no solo eso - proseguirá el actor que interpreta a Krestinsky -. Según dejó dicho el mismo artista Tatlin cuando visitó el Comisariado Soviético de Cultura, los tres cuerpos geométricos se moverán en rotación sobre su eje con distintas frecuencias: una vuelta por año el cilindro grande, el de abajo; una vuelta al mes la pirámide o cono central; y una vez al día el cilindro superior, el pequeño.

- Pero lo más importante , camarada Stalin - concluirá el actor que interpreta a Kámenez -, es la altura del edificio, superior a la torre Eiffel. Estamos en disposición de demostrarle al mundo que nosotros los comunistas estamos un paso por adelante del mundo burgués capitalista.

Finalmente, el actor que interpreta a Stalin se girará sobre sus compañeros de Comité y les sonreirá con un gesto inaudito hasta ahora.

- Camaradas, ya está bien de tanto paripé, estoy cansado. Votemos.

El actor que interpreta a Krestinsky cogerá el testigo y en su papel de coordinador explicará al resto de actores el procedimiento de voto a voz alzada.  Empezará él mismo.

- Yo voto que no. Es evidente que esta construcción no se ciñe a los cánones estéticos de nuestra revolución.

- Yo voto que sí - votará acto seguido el actor que interpreta a Trotsky -. Es evidente que esta construcción sí se ciñe a los cánones estéticos y, más importante aún, ideológicos y propagandísticos, de nuestra revolución.

- Yo voto que no - dirá el actor que interpreta a Kámelez -. Reconozco que me había dejado llevar por la inercia fantasiosa a la que te someten los artistas con sus ocurrencias. Esto es una puta mierda abstracta pinchada en un palo burgués.

- Yo voto que no - sentenciará el actor que interpreta a Lenin - y pido al comité que me perdone las razones de mi voto: tengo vértigo.

- No hay quien os entienda, camaradas - dirá el actor que interpreta a Stalin -. Yo voto que sí. Camarada Trotsky, por una vez estamos de acuerdo. Contra su voto, camarada Lenin, no objeto nada: tiene usted unas manos que son música para los nervios, pero ustedes dos, camaradas, Kámenez y Krestinsky, me temo que tienen una opinión tergiversada sobre este edificio. Este artista aboga más por el término revolucionario "edificación", que por el término burgués "estructuración" y creo que edificar supone cambiar el mundo, generar dinámicas nuevas y transformaciones sociales a través de la arquitectura.

El actor que interpreta a Trotsky aplaudirá entusiasmado, mientras que los actores que interpretan a Kámenez y a Krestinsky reaccionarán al mismo tiempo: abandonarán el decorado, desprendiéndose de sus respectivas barbas postizas.

- Trabajar con este tío es imposible. Está como una puta cabra.

El actor que interpreta a Trotsky se acercará al personaje que interpreta a Stalin, y le dirá algo al oído, en tono conciliador.

- Camarada Stalin, usted no es el camarada Stalin, es un actor que interpreta al camarada Stalin.

El actor que interpreta a Stalin dará un soberano golpe en la mesa, a puño cerrado. Este es el momento más crítico de la actuación porque al tiempo que el actor que interpreta a Stalin da el golpe en la mesa se le deberá caer el bigote. Cuando lo vea, el actor que interpreta a Stalin sacará una pistola de su cartuchera y le pegará un tiro en la frente al actor que interpreta a Trotsky.

- ¿Pero quien demonios se cree este desgraciado para decirme que soy un actor? - preguntará fuera de sí el actor que interpreta a Stalin, mientras intenta colocarse el bigote en su sitio.

El actor que interpreta a Lenin se acercará al actor que interpreta a Stalin. Le arreglará un poco el desaguisado de su cabeza y le ayudará a ponerse recto el bigote.

- Camarada Lenin, lo que yo no había entendido era el dossier audiovisual, con esa absurda voz en inglés y la fecha del 2007. ¿Es eso lo que los artistas llaman futurismo?

- Relájese camarada Stalin, guarde usted fuerzas para el futuro y olvídese del futurismo. Lo importante ahora es cómo le comunicamos a Tatlin que hemos rechazado su propuesta.

- Camarada Lenin, le diremos, primero, la buena noticia, que, tal y como dijo nuestro malogrado camarada Trotsky, es evidente que esta construcción sí se ciñe a los cánones ideológicos y propagandísticos de nuestra revolución, pero, sintiéndolo en el alma, y ya es mala suerte para el pobre Tatlin, le diremos después que usted, camarada Lenin, tiene un severo problema de vértigo incompatible con el proyecto.

Y así será el final.


NOTA: Algunas de las palabras puestas en boca de los personajes han sido parcialmente copidas de esta página que habla del CONSTRUCTIVISMO.

sábado, 2 de octubre de 2010

Selección 3 / Puedo escuchar las canciones más tristes esta noche


"To bring you my love", P.J. Harvey (1995)



 
"The dead flag blues", Godspeed You! Black Emperor (1998)




"Mistress", Red House Painters (1993) 
 



"Cinder and smoke, Iron and Wine (2004)
 



"The Rip", Portishead (2007)