miércoles, 20 de enero de 2010

Obama, un año, un Nobel: the show must go on

Cuando hace un año Barack Obama tomó posesión de su cargo los hubo quienes solamente estuvieron atentos a su discurso verbal, en lo que sería el plano del contenido (donde había mucho cambio, pero con un optimismo muy rebajado ya con respecto a la campaña, y también con parecidas reflexiones "republicanas" con respecto a la familia, al patriotismo y a la religión, los tres pilares de la moral norteamericana) y los hubo quienes estuvieron más atentos a las imágenes arrojadas por el acontecimiento.

Desde esta segunda lectura, la formal, todo fue igual que las anteriores tomas de posesión de otros presidentes estadounidenses, exceptuando que esta vez entre el público había mayor cantidad de población de raza negra.

Otras cosas: lo mismo... La misma iconografía neoclásica; el mismo escenario, de abrumadoras proporciones, y bastante elevado sobre el auditorio; los mismos o muy similares rituales de juramento; y ya no digamos la proliferación de banderas, las mismas o quizás más número colocadas estratégicamente para obtener buenas composiciones en los planos de la retransmisión del acontecimiento; y sobre el actor protagonista... familia en mano y rodeado del "White Power"; una puesta en escena milimetrada para el espectáculo televisado.

Me pregunto si un año es suficiente para los apologetas del sistema democrático que andan sueltos por el mundo para que se hayan dado cuenta de que ni siquiera Obama, el líder "político" de la primera potencia mundial es capaz de hacer las reformas "políticas" propuestas en su programa electoral. La democracia es, precisamente, el paradigma "político" del Imperio, el arma arrojadiza con la que todo tiene que ser medido; es la referencia, el modelo "político", la teoría y la práctica. Pero... ¿qué piensan ahora de la democracia y del poder de decisión del pueblo norteamericano (ese gran damnificado de su propio Imperio) cuando asisten a las dificultades de Obama para reformar el sistema sanitario de su país?

¿Podrán llegar a la conclusión de que el Poder está en otro plano que no es el "político" o seguirán en sus trece que sí, que sí, que sí, "yes we can"? La fe en la democracia es tan integrista, tan centrípeta hacia esa historia utópica que llevamos contándonos a nosotros mismos desde la Grecia Antigua..., ese cuento-ficción en el que nosotros los votantes tenemos el poder de las decisiones y de los cambios... que es evidente que no vamos a destruir nuestras convicciones de un plumazo, aunque sean mentira. Sería como negarnos a nostros mismos nuestra civilización, tan hinchada de buena imagen en todos nuestros relatos desde sus cimientos griegos hasta el capitalismo avanzado de hoy...
 
Obama está incapacitado para hacer Política, porque está donde está para ofrecer espectáculo "político". Los que hacen Política apenas salen en los Medios de Comunicación y cuando lo hacen, no salen en calidad de Sujetos de Poder Visibles. Estamos llegando al corazón del Imperio, donde las multinacionales "imponen" un estilo de vida y los prestamistas "ayudan" a los ciudadanos a conseguirlo. Ahí está el Poder; y ahí reside el Imperio. Si Obama hubiera puesto en riesgo esas fuerzas de poder, esa aristocracia invisible hubiera movido los hilos necesarios para que a un "loco" se le disparara el arma justo cuando pasara por allí Obama.

El mensaje en Estados Unidos ha sido claro. Las diversas plataformas privadas sanitarias y todos sus satélites industriales subsidiarios no van a permitir que un señor cualquiera como Obama venga y se ponga a cambiar el modelo de negocio que satisface sus propias necesidades económicas. Ahora, los apologetas del sistema democrático pueden seguir afirmando que la democracia existe y que además funciona con corrección.

Perfecto, cada ciego con su palo. Algunos sabemos que los apologetas democráticos son precisamente los "negros" del Imperio, tan recurrentes en este blog. Para los despistados, los "negros" del Imperio son los fabricantes de la opinión pública. Son los intermediarios del espectáculo, los comerciales que nos venden la moto constantemente sobre los beneficios de consumir fuerza centrípeta. Son nuestros medios de comunicación. ¿Y de dónde sacan la pasta?, de una mano que no se muerde.

Obama, un año, un Nobel: the show must go on

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