jueves, 1 de diciembre de 2011

El guión de nuestro amo y señor

¿Qué puedo esperar así, desnudo y atado a esas cuatro estacas clavadas en el suelo? Apenas la descarga furiosa de múltiples latigazos contra mi cuerpo. 

Tengo más miedo que nunca porque nunca he visto tan enfadado al verdugo que yo mismo elegí para morir. Al tiempo, sé que está sobreactuando, porque la exageración le pone la polla tiesa a nuestro amo y señor.

No conozco a nuestro amo y señor. Tú tampoco. No lo he visto nunca. Tú tampoco. Pero sé que mi cuerpo le pertenece. Y todo el placer y todo el dolor que experimento a través de él.

Mi sangre también es suya. Y mis heridas, que nuestro señor no dará tiempo a que cicatricen porque ordenará mi ejecución antes, son sus marcas también.

Ya solamente espero a que nuestro amo y señor me dé muerte desde la atalaya desde la que siempre me ha observado. Pero antes quiero sentir el dolor de la tortura. Exageraré los gestos, porque sé que la sobreactuación excita a nuestro amo y señor.



Mi verdugo baila. Baila con los verdugos que te torturarán a ti antes de matarte. Los tres enlentecen caprichosamente el tempo de la ejecución; son los entreactos que tanto gustan a nuestro amo y señor.

Yo conozco el guión que tiene en la cabeza nuestro amo y señor. Tú también. Sabemos que todo va a ir bien. La interpretación calculada de nuestros papeles, en cada momento...: la acción de mi muerte, tu complicidad en los hechos, las posiciones de los personajes ayudantes, esos actores como tú y como yo... En definitiva, la escena coral tal y como la soñó nuestro amo y señor.

1 comentarios:

Blue dijo...

Vi esta película y otras de Pasolini, hace muchos años, cuando las salas de cine no estaban siempre ocupadas por espantosas comedias americanas.
No recuerdo nada. Recuerdo vagamente su cine, pero me temo que tendría que verlas otra vez para valorarlas mejor. Solo sé que me gustaban.
Musutxuak, Kez.

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