martes, 31 de julio de 2012

La Italia del Renacimiento

Hoy una amiga ha hablado en su casa de Cioran. El propio Cioran y el libro de las que las ha extraído las citas que mencionado, "Del inconveniente de haber nacido", me han hecho recordar un episodio de adolescencia. 

Yo estoy pasando un día de campo en familia, concretamente con una tía paterna, con su marido, y con dos de sus hijos, a los que acompañan sus dos novias, o esposas, ahora no recuerdo. Hemos comido en las faldas del Moncayo, la montaña más emblemática de la provincia de Zaragoza, a un paso de Navarra y a otro de Soria. Y ahora estamos de sobremesa.

J., la pareja de mi primo L., es quien lanza la pregunta: ¿en qué otra época os hubiera gustado vivir? Pregunta absurda, pienso yo, que tengo 16, a lo sumo 17 años, entre cinco y diez menos que mis primos y sus chicas. O juego tonto, quizás, creo yo, adolescente atormentado , tan lector de las ficciones de Ernesto Sabato [¡cómo olvidar la frase del maestro: "no hay animal que sufra más sobre la tierra que un adolescente atormentado"!] que a veces he jugado a confundirme a propósito con sus propios personajes, cogiendo unas cosas de Bruno, otras de Alejandra, etcétera.

¿Que en qué otra época me hubiera gustado vivir? Pregunta trampa que arrancará de todos los que contesten frases hechas, de eso estoy seguro. En ese momento, antes de que nadie responda, ya tengo pensada la respuesta, pero es, digamos para entendernos, una respuesta incómoda. Y no sé si esa respuesta cabe en ese aquí y en ese ahora. Me asusta, sobremanera, exponerme en exceso con familiares a los que apenas veo. Y no podría soportar que mis primos le comentarán algo a mis tíos, lo cual sería el acceso directo a que mi respuesta llegara a oídos de mi madre.

Mi primo L. responde que en la época romana. Subraya que siendo romano y no cristiano, que vivían muy poco por ser arrojados a las fieras. La confesión arranca las risas del foro. Yo también río, pero continuo cavilando sobre las consecuencias de mi respuesta. 

A., mi otro primo, dice que en la época medieval. ¿Por qué? se interesa al instante J. Porque le hubiera gustado ir a las cruzadas, responde. ¿Pero sabes bien lo que son las cruzadas?, le pregunta L. No, solamente sabe que miles de soldados salieron a matar moros... De nuevo risas. Yo también río pero estoy más nervioso... Doy un paso atrás: inventaré otra respuesta. ¿Cuál? ¡Qué se yo! La Italia del Renacimiento, me viene de primeras. ¿Y si me preguntan por qué...? ¡Qué sé yo...! En fin... Responde P.

P. es la chica de A, y dice que cuando el Imperio Egipcio, concretamente, en el reinado de Ramses II. ¿Por qué Ramses II?, le pregunto yo, mientras pienso en la respuesta de por qué la Italia del Renacimiento... Porque de aquella época son las construcciones más espectaculares... A. se acerca a P.: ¿y te hubieras casado con ese Ramses? Quien sabe, tuvo muchas mujeres... Más risas... Y yo sin saber por qué la Italia del Renacimiento.

J. dice que es mi turno, pero yo me niego, y le respondo que primero ella. Ella que no y yo que sí, que ella... ¡Maldita sea...! Yo ya debo estar rojo como un tomate... Cuando voy a decir la Italia del Renacimiento es ella quien dice que le hubiera gustado vivir en el Paleolítico... Los cuatro le miramos esperando una continuación... J. no sabe muy bien por qué; quiere pensar que fue entonces cuando comenzó todo. Especialmente está interesada en las pinturas de las cuevas de Santillana del Mar... Aquí es L. quien arranca la risa del grupo, cuando le dice a su chica que seguro que le hubiera gustado encontrarse con él en cualquier cacería de cualquier bisonte, con su taparrabos correspondiente... Yo río, sí... Pero también tiemblo... Porque mierda... ¡es mi turno!

Supongo que por no haber tenido tiempo de buscar una respuesta convincente a la pregunta de por qué la Italia del Renacimiento, por los nervios, ¡qué sé yo...!, pero les suelto la bomba atómica. Todavía colea el buen ambiente que ha provocado las otras intervenciones cuando les digo que no hubiera gustado vivir en ninguna época, ni en esta ni en ninguna... Silencio. J. me pregunta si estoy bien. Pero no entro al juego de buscar una respuesta. Es una broma... rectifico, me hubiera gustado en la Italia del Renacimiento. Ya sabéis, me gusta tanto el arte...

Cioran llegó a mi vida en la adolescencia tardía. Fue el fertilizante ideal para una tierra propensa a la maldición. Nunca he creído que haber nacido es una suerte de bendición. Más bien todo lo contrario, una maldición. En cualquier caso, la tragedia es nacer; y no morir. La muerte propia no existe, así que solamente está capacitada para supurarme la angustia de este cuerpo que se sabe muerto, y, al tiempo, asume que nunca lo estará. Es otro de los inconvenientes [es lo que pensé cuando mi amiga habló de Cioran esta mañana] de haber nacido. 

Lo cierto es que sigo creyendo así, como de adolescente, con matices, eso sí, pero ocurre que conforme el tiempo te va atravesando uno va inventando no una sino varias opciones B. Supongo que todos y cada uno de nosotros tenemos nuestras italias del renacimiento: es la coraza necesaria para que el pánico no cunda ahí fuera. Coraza o crema cosmética, a fecha de hoy es imprescindible. 

Suelo pensar que si llego a la vejez las respuestas incómodas me importarán menos. Ya no me asustará, por ejemplo, exponerme en exceso con las personas que quiera en ese momento. Y ya habrá llegado el tiempo de soportar el dolor de los demás escuchándote decir que nacer fue, además de un absurdo accidente, una auténtica tragedia.

Hace 2 años hice una autobiografía audiovisual en la que juego [y me enredo], precisamente, con la posibilidad de no haber nacido. Así lo escribo en los subtítulos:

Una infinidad de acontecimientos y combinaciones probables confluyen en una única posibilidad: mi nacimiento a las 00:40 del 21 de octubre de 1972. Si cualquiera de esos factores hubiera sido otro, yo nunca hubiera salido del limbo de los no nacidos. Lo mejor de contemplar la posibilidad de no haber nacido es sucumbir ante la idea embriagante de no haber muerto nunca. Esa es la idea de eternidad que no nos pertenece a los que hemos nacido.

Lo dicho, un inconveniente haber nacido, pero embriagante muchas veces, al fin y al cabo...



8 comentarios:

maaldi dijo...

No me hubiera importado nada no haber nacido, incluso no les hubiea echado en cara a mis padres que prescindieran de mis servicios una vez puesto en marcha el horno... Y no me parece que haya nada dramático ni depresivo en decirlo.
Ahora bien, no pasó. Y la cosa entonces cambia. Se puede elegir seguir o no. Y si decides continuar... hay que sacar el máximo provecho a todo siendo conscientes de cómo somos y dónde hemos caído.
Igual preferirías haberte quedado en el limbo de los no nacidos... Bueno, yo me alegro de que no fuera así.
Y lo que no entiendo de vuestro juego familiar es por qué todos mirásteis hacia atrás. Ningún tiempo pasado fue ni mejor ni peor, depende lo que te tocara en gracia... pero teniendo un futuro en el que puedes imaginarte lo que quieras... por qué no proponer otros mundos. Si es un juego...
Me voy a ver una serie, leer, dormir... Si me da tiempo... me has liao con esto de meterme aquí. Mecachis.

F.A. Giovanni dijo...

Me encanta el fragmento del tal Cioran y tus párrafos siguientes.
Decir esas cosas en la típica comida familiar puede significar toda una condena cuando eres jovencillo; pero tengo la impresión de que, en edad viejuna, no toman a uno mucho más en serio (aunque tú tampoco te intentas referir a eso). ¿La mejor franja para soltar la bomba atómica? La de los 45-55, cuando estás en el clímax de esas facetas -trabajo, familia...- socialmente consideradas importantes (digo yo, eh).
El vídeo, muy pesimista. Hora de descontaminarse. Elsa Punset, yo te invoco.

india dijo...

No sé cómo haces para decir tanto... y yo no encuentro la forma de decir nada sin abultar demasiado. Te leo y se me acumulan recuerdos que compartiría, pero esos recuerdos me vienen con necesidad de explicarse y si empiezo, me eternizo, y si me eternizo luego me siento culpable y sobre todo poco leal a lo que se supone que soy realmente.
Tengo que elegir entre esas anécdotas una de ellas,... a ver... cuál?
Mi primer "Cioran" que no era Cioran ni aún lo conocía, fue mi abuela materna (no era abuela "de sangre", aclaro por si es detalle importante) Ella me dijo un día que yo no debería haber nacido, dicho así suena a "pedazo de burra la señora"... pero no, todo tiene su razón de ser, y cuando se lo escuché decir, realmente ni me hizo daño ni me costó aceptar que tenía razón, o yo se la daba porque de hecho, ya lo había pensado antes de que ella me lo soltara. Los motivos eran reales, verdaderos y analizando, totalmente válidos. Es así. Sin embargo, a ella sí que le sorprendió que yo lo asimilara bien y no me enfadara ni le guardara rencor, lo que ya sí me pareció incoherente jeje
Del comentario que escribe maaldi, me encanta y me quedo cavilando en lo que dice de cómo no elegir un momento futuro en lugar de pasado... y sólo se me ocurre que quizás, si de hecho uno se sorprende de tener presente... sea que se hace un ejercicio raro optar por un futuro... nusé, se me ocurre... así en paranoia jaja
Ya me estoy excediendo en el comentario... mil disculpas.
El vídeo tuyo lo había visto anteriormente,... varias veces... y aún no me atreví a decir nada.
Mi coraza es de quita y pon, la pongo con facilidad y quitarla... me cuesta más, pero a veces encuentro con quién no me importa que vea lo que hay dentro.
Atxutxones, y gracias (comento con la India de los pelusalborotaos agradeciendo el amiga con enlace)

Blue dijo...

Yo yo te veo tan vivo, tan vivo, que parece que estuvieras viviendo varias vidas al mismo tiempo. ¿No será agotamiento?
;-)
Musutxuak, Kez.

maaldi dijo...

Vista la biografía audiovisual. Flashes mentales rápidos:
- ¿Por qué te cuesta tanto encontrar una firma con la que te sientas cómodo? Balazkiez, Kez Blablablaz, Balazkez... ¿Miedo a etiquetarte?
- Ahora entiendo por qué te gusta la palabra "faxistak"... porque te trae a la memoria las "x" que nunca tuviste!!!
- Falta una letra en una palabra del texto, no me digas cuál ahora mismo que ya sabes que hoy estoy a media neurona...
- Leyendo y viendo compruebo que has creado tu propia ideología... Como Stephen King que siempe sitúa sus tramas en Maine.
- Es una biografía marcada por la muerte y no por la vida.. Y se llama BIO-fía. No sé... de los seres queridos que ya no están, lo que menos me ha quedado ha sido su muerte e incluso sus últimos años. No creo que sea lo que les definió.
- La vida es accidental y la muerte inevitable. Compramos barco. Siguiente tema es: qué hacemos con la vida ya que con la muerte no hay nada que rascar... salvo pensar qué poder hacer por los que se quedan que te importan cuando ya no estés para que estén mejor. Y si no existen, ni eso.
- Crea vida, vive y compártela.
- Ah! Y no sólo nacer es accidental... A mí me emparanoia mucho más saber que salvo la familia, el resto de personas que me importan están en mi vida de forma accidental. Siempre he pensado que de tener otro apellido me hubiera sentado en otros asientos del colegio por ejemplo...
Bueno, voy a cenar. Mañana debatimos en el café.

Kez dijo...

maaldi, nuestros cafés, allí, son descafeinados. Además, no me gusta explicar (mucho) este tipo de vídeos. Con los textos me da un poco lo mismo. Sobre lo de la firma, solamente puedo decirte que no es miedo a la etiqueta, sino jugar a ser otro o, mejor dicho, a no ser este que escribe en este teclado, aquí y ahora... Y un detalle, mi familia es poco proclive a la ciencia-ficción, que somos de Castilla, chaval (lo digo por lo de haber elegido una época del futuro), jajaja. Ah! Que lo sepa todo el mundo, gracias por tu primer comentario en el Blog Abisal (ya estbas tardando, ;op)

Kez dijo...

India y Blue, me miráis con buenos ojos, ojos vivos, jajaja. Además, ya habíais visto la Autobiografía Audiovisual. Atxutxones y musutxuak,

Kez dijo...

F.A. Giovanni, pues no te creas que me falta mucho para entrar en la franja de edad que dices. Por eso soy más de Punset que de la Punsetita, jajaja. No, es broma, ni uno ni otra, ya sabes... Un saludo,

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