miércoles, 21 de abril de 2010

Ficcio-adjetivación de lo docu-sustantivo a través de los no-colores

A la izquierda, un color próximo al blanco; a la derecha, un color próximo al negro.


A la izquierda, el primer resultado de la búsqueda "mujer negra" en Google Imágenes; a la derecha, el primer resultado de la búsqueda "mujer blanca" en Google Imágenes.


A continuación, cuatro escalas de colores próximos al gris, llamadas escalas acromáticas, donde todos sus colores modulan entre  el blanco y el negro.


La escala de grises se llama acromática porque sus colores extremos, el blanco y negro, son acromáticos y se consideran no-colores. Los colores blanco y negro son, entonces, dos ficciones.


Las cosas así, decir que la representación gráfica de la izquierda corresponde a la fotografía de una mujer negra y que la de la derecha corresponde a la de una mujer blanca, supone, cuando menos, un salto ideológico que transita desde lo documental a la ficción.

Si estas dos ficciones en cuestión se colocan como adjetivos del sustantivo raza, es decir, raza blanca y raza negra, entramos en el mundo de una convención de poder y de significado asumida tanto por los adjetivadores (los blancos) como los adjetivados (los negros).

Dean McCannel, en su libro "Lugares de encuentro vacíos" cita un folleto de 1966 atribuido a Stokey Carmichael titulado "Power and racism", donde  se escribe lo siguiente relacionado con asuntos racistas en el EE.UU. de la época de los derechos civiles: 

Cuando la Lowndes County Freedom Organization escogió la pantera negra como símbolo, fue bautizada por la prensa (blanca) como el Partido de los Panteras Negras, pero al Partido Demócrata de Alabama, cuyo símbolo es un gallo, nunca lo han llamado el Partido de los Gallos Blancos. Nadie ha hablado nunca del "poder blanco" porque el poder en este país es blanco.


Quien adjetiva manda. En Estados Unidos se llaman afro-americanos (en doble sentido, de los blancos sobre los negros, y de los negros sobre sí mismos) a aquellos individuos de raza negra cuyos orígenes están en tierra africana. Nada que objetar, de no ser porque los estadounidenses cuyos orígenes hay que buscarlos en tierra europea no se llaman (en ninguno de los dos sentidos) euro-americanos; son americanos a secas, es decir, originarios del lugar.

El "Oxford English Dictionary" define así el color blanco:

Color producido por la reflexión, transmisión o emisión de todas las clases de luz en la proporción en que existen en el espectro visible completo, sin absorción sensible, siendo así completamente luminoso y exento de cualquier tono distintivo.

A estas alturas de hegemonía blanca, todos sabemos que el color negro es el antagonista del blanco y que ambas ficciones pueden ficcio-modular a cualquier docu-sustantivo. Según el "Diccionario de los Símbolos", de Jean Chevalier y Alain Gheerbrant, citado en artelena.wordpress.com, así se define el color negro:

Contracolor del blanco, el negro es su igual en valor absoluto. Como el blanco, puede situarse en las dos extremidades de la gama cromática, en cuanto límite de los colores cálidos y de los fríos; según su matiz o brillo, se convierte entonces en la ausencia o en la suma de los colores, en su negación o en su síntesis.

Simbólicamente es más frecuentemente entendido en su aspecto frío, negativo, asociado a las tinieblas primordiales, a la indiferencia original.

Expresa la pasividad absoluta, el estado de muerte consumado, es pues color de duelo, sin esperanza, sin posibilidades, como un silencio eterno, sin porvenir, color de condenación, el negro se convierte también en el color de la renuncia a la vanidad de este mundo.

En su aspecto más positivo representa el color de la tierra fértil y de las nubes henchidas de lluvia, de las aguas profundas que contienen el capital de vida latente. A menudo es el color de las diosas madres, grandes diosas de la fertilidad.

El blanco, de tan puro, no simboliza ningún aspecto negativo. Con el negro ocurre, en cambio, y en vista de lo que se ha escrito aquí, que basta con leer que hasta el cuarto párrafo no hay mención positiva del color en sí.

Sigamos jugando. A la izquierda, el primer resultado de la búsqueda "hombre blanco" en Google Imágenes; a la derecha, el primer resultado de la búsqueda "hombre negro" en Google Imágenes.


A la izquierda, el primer resultado de la búsqueda "raza blanca" en Google Imágenes; a la derecha, el primer resultado de la búsqueda "raza negra" en Google Imágenes.

A la izquierda, el primer resultado de la búsqueda "poder blanco" en Google Imágenes; a la derecha, el primer resultado de la búsqueda "poder negro" en Google Imágenes.


A la izquierda, un color próximo al blanco; a la derecha, un color próximo al negro.


En fin, nada más.

5 comentarios:

Blue dijo...

Aquí hay trampa. Me explico. Hay dos tipos de color: el color-luz y el color-materia, así que lo que es el blanco en color-luz lo es el negro en color-materia y viceversa; luego la definición más exacta es la del Diccionario de Simbolos.
Y respecto a lo "otro"...¿como se llaman a sí mismos los negros? ¿afroamericanos? Lo dudo. ¿Y cuando se refieren a nosotros como blancos ¿Lo hacen de manera "cariñosa"?
No olvides que nosotros en algunos sitios de EEUU no seríamos ni lo uno ni lo otro, seríamos "morenos"...que es lo mismo que decir mexicanos, indios, etc.
Ya no sé si me he plegado, me he desplegado o me he liado, ja, ja.
Pregunto ¿Por qué el cuadrado blanco es más grande? ¿Hay intencionalidad?
;-)
Saludos.

Kez dijo...

Hostias Blue, que se me había pasado que me habías escrito por aquí.

El cuadro blanco es más grande porque no encontré otros blancos y negros más igualados en tamaño, jajaja. Lo juro y perjuro...

Sobre cómo se llaman los "negros" a sí mismos, solamente digo que el adjetivo lo han puesto los "blancos", los que están en posición de dominio ideológico. Adjetiva quien manda: ese es el único mensaje de la entrada.

No te preocupes por si te pliegas o no [jeje, Blue con preocupaciones de dignidad]; tu condición reptil te hace escurridiza. Se te puede atrapar unos segundos pero enseguida escapas. Así no hay fin...

Un saludo,

Blue dijo...

Me creeré lo del cuadro...ja, ja.
La historia es así desde el Neolítico: dominadores y dominados. Nada nuevo bajo el sol.

Reptil no, por favor, en todo caso escurridiza como un pez, pero no abisal como tú, yo pececillo común de esos domésticos, los que están en una pecera.

Saludos, Kez.

Anónimo dijo...

interesantísimo artículo, como tantos otros de tu blog!!!

pero te quedaron algunas cosas en el tintero como que la adjetivación es bastante relativa en cuanto varía en función de las culturas. Por ejemplo en Japón el color blanco también tiene connotaciones negativas.

los no colores me recuerdan a las no-obras en el mundo del arte (que para eso soy artista de mierda), que espero que algún dia discutamos:

-¿los cinco minutos iniciales de 2001 una odisea del espacio se consideran obra o no obra, por el hecho de ser completamente negros?
- ¿4 minutos 33 segundos se considerarán música o no, por el hecho de ser silencio? ¿el silencio es música?
- ¿las obras de malevich son obras o no obras?

un saludito

Kez dijo...

Gracias, artista de mierda. Tienes razón sobre las diferencias simbólicas de los colores en función de las distintas culturas. Solamente que esta entrada, precisamente, establecía un crítica al ejercicio de adjetivación "blanca", es decir, la nuestra, la occidental...

El segundo hilo que abres es sumamente interesante. Yo también espero que algún día podamos discutirlo. El problema muchas veces radica en el propio nombre qué se discute; en este caso, arte, u obra de arte, u obra a secas. El cuadrado blanco sobre fondo blanco de Malevich es, y eso es seguro, una forma de comunicación expresiva. Supongo que el debate se encendería cuando se intentase dilucidar cuánto de arte, obra de arte, u obra a secas, puede albergar. No sé. Lo dicho, nos lo apuntamos como debate pendiente.

Un saludo [que sepas que mientras no me digas tu nombre te seguiré llamando, gustosamente, artista de mierda, jajaja].

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