Siempre resulta difícil encontrarse en un periódico una joya como la que ha podido leerse hoy, 13 de Junio de 2010, en el diario "Público" en su versión impresa.
El hallazgo ha tenido lugar después de que uno haya sufrido una buena cantidad de paja contaminante mediática, que si Europa pierde la batalla en el mundo financiero, que si Noam Chomsky escribe sobre la amenaza real de la Flotilla de la Libertad, que si la derecha separatista da otra vuelta de tuerca a Bélgica, que si Cuba libera a un disidente y acerca a otros seis a sus casas y bla bla bla... Hasta que en la página 47, en una sección que se llama "Modos y Modas", que hoy ha protagonizado el vídeojuego "Super Mario Galaxy 2", ha aparecido la joya de oro en el hocico de cerdo.
Se trata de una mini-entrevista a Charles Martinet (que puede leerse aquí en su versión digital). Este señor es el actor que da voz a Super Mario, el personaje de vídeojuego que acaba de cumplir 30 años. La última frase de la entrevista, que es la última respuesta de Martinet, sobre las presuntas lecturas políticas del personaje en cuestión (el fontanero Mario Bross) termina con la frase "¡No tiene ideología: sólo juega!". Impagable.
¡¡¡La falta de ideología me da alas!!!
No he jugado nunca a este vídeojuego protagonizado por este personaje. Ni siquiera sé muy bien de qué va; solamente podría decir que hay que superar algunas pruebas que se van sucediendo en distintas pantallas. No importa, porque no se trata de subrayar, matizar o rechazar la afirmación de que nuestro personaje tenga o no tenga ideología.
Lo importante aquí es la extraordinaria capacidad adhesiva de esos dos puntos que unen las dos frases, "no tiene ideología" por un lado y "sólo juega" por otro. Y como ambas unidades gramaticales se implican entre sí hasta el punto de obtener una unidad superior cargada de sentido pedagógico y, claro, altamente ideológico.
También la bidireccionalidad de la frase me ha dejado fascinado. Se lea como se lea, asume el embriagante modelo bucle interminable, o una rotación sobre sí misma con una vida ya independiente y separada del sujeto emisor que la ha formulado y del objeto al que se refería.
¡Qué importa que Super Mario tenga o no tenga ideología! Al fin y al cabo es sólamente un personaje. Lo importante es que quienes jugamos (los hombres y mujeres libres de Occidente), es decir, los consumidores o usuarios de Super Mario en particular y de todos los productos pensados por las industrias del entretenimiento para que juguemos, no tenemos ideología porque, sencillamente, estamos jugando. O, precisamente porque no tenemos ideología, podemos jugar y divertirnos.
Ni en la sección "Opinión", ni en "Mundo", ni en "Política", ni en "Dinero", ni en "Actualidad", ni en "Ciencias", ni en "Culturas", ni en "Televisión más Comunicación", ni en "Deportes"... Porque todo esto es brocha gorda... Hoy la pedagogía fina nos ha entrado por la sección "Modos y Modas"; ha sido una fina aguja cuyo pinchazo apenas hemos notado.
¡¡¡Hasta la victoria siempre!!!
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