Dos únicos elementos visuales: un escenario [fondo], una playa, y un objeto [forma], un ordenador. Y dos únicas fuentes sonoras: un ruido ambiental [sintético] y un comentario en off [natural]. En suma, el relato que plantea el cortometraje "Kitoko" se basta de cuatro decisiones formales que, además de contar lo que cuentan, rinden tributo al axioma narrativo [tan poco respetado] de "menos es más".
La historia que encierra tan escasa arquitectura está contenida en la voz del personaje protagonista: un joven congoleño reflexiona sobre las posibilidades que se abren en su vida después de encontrarse un ordenador antes de empezar su jornada laboral. El resto lo pone la imagen, que, en este caso, queda subordinada a la supremacía del comentario [no confundir aquí subordinación con innecesariedad].
"Kitoko" [trad: Regalo] fue el trabajo documental que ganó el Primer Concurso de Cortos Komunica Sur [Edición 2010], organizado por la Asociación Euskadi-Cuba. Según los propios convocantes, el principal propósito del certamen era el de "abrir espacios de reflexión sobre la realidad social, política, económica y cultural, tanto de los países del Sur como del Norte, con el fin de fomentar vías de expresión y comunicación no mediatizada, al margen del pensamiento homogéneo presente en la mayor parte de los medios de comunicación".
Se ha recalcado en el párrafo anterior lo de fomentar vías de expresión y comunicación no mediatizada, porque es desde ahí precisamente desde donde se impulsa la potencia de "Kitoko". Porque "Kitoko" aborda el tema de la migración africana hacia tierras europeas desde un punto de vista antagónico al que nos proponen nuestros medios de comunicación masiva. Y frente a la saturación imperante, sus autores proponen la austeridad y el minimalismo; frente a la descarada confusión que solamente enturbia, nos encontramos con un ejercicio de estilo donde predomina la necesidad de un enfoque; frente al ruido ensordecedor, contraponen la claridad discursiva; y frente a un panorama mediático-informativo donde ya no sabemos qué es el fondo y cual es la forma, digerimos una forma separada de su fondo. En resumen, porque frente a la contaminación [esa infección asquerosa que sudan las multinacionales], "Kitoko" nos regala la salubridad...
Y ese es uno de los lugares, precisamente, que tiene que ocupar el llamado cine de no-ficción, que no es otro que detrás [o en frente, para delatarlas] de las cámaras de televisión de las grandes cadenas y agencias de noticias internacionales, apuntando [encuadrando] en el sentido contrario, en una labor continua de mostrarnos el contraplano que las grandes empresas de la comunicación se niegan a mostrarnos por pura rentabilidad económica del objeto grabado o filmado.
Por eso me gusta "Kitoko", porque ese lugar desde el que proyecta su discurso me [re]define como espectador; es decir, que me obliga a sentarme en otro lugar que no sea un cómodo sillón [ese complemento de la asimilación masiva de conocimiento audiovisual que todos tenemos enfrente de nuestras máquinas expendedoras de imágenes].
Además de todo lo dicho, los guionistas de "Kitoko", Leyre Cotilla [Electronicc] y José Luis Rodríguez [Xox], son mis amigos. Ellos dos también son los codirectores de la pieza, junto a Alejandro Laviada, que se encargó al final de las labores de edición. La voz del protagonista es de Simone Pierre Talula.
Con la ficha técnica terminan las palabras. He aquí "Kitoko" (2010):
Y ese es uno de los lugares, precisamente, que tiene que ocupar el llamado cine de no-ficción, que no es otro que detrás [o en frente, para delatarlas] de las cámaras de televisión de las grandes cadenas y agencias de noticias internacionales, apuntando [encuadrando] en el sentido contrario, en una labor continua de mostrarnos el contraplano que las grandes empresas de la comunicación se niegan a mostrarnos por pura rentabilidad económica del objeto grabado o filmado.
Por eso me gusta "Kitoko", porque ese lugar desde el que proyecta su discurso me [re]define como espectador; es decir, que me obliga a sentarme en otro lugar que no sea un cómodo sillón [ese complemento de la asimilación masiva de conocimiento audiovisual que todos tenemos enfrente de nuestras máquinas expendedoras de imágenes].
Además de todo lo dicho, los guionistas de "Kitoko", Leyre Cotilla [Electronicc] y José Luis Rodríguez [Xox], son mis amigos. Ellos dos también son los codirectores de la pieza, junto a Alejandro Laviada, que se encargó al final de las labores de edición. La voz del protagonista es de Simone Pierre Talula.
Con la ficha técnica terminan las palabras. He aquí "Kitoko" (2010):
Aunque antes de cerrar la entrada me gustaría lanzarles a Xox y a Leyre, y al resto de lectores, dos preguntas:
[Para Xox y Leyre] ¿Por qué decidisteis poner el ruido ambiental sintético en vez del sonido ambiental natural de la playa?
[Y para todos los lectores que quieran comentar]: ¿Es realmente "Kitoko" una historia documental?
6 comentarios:
Si entendemos por historia documental una historia que puede estar basada en hechos reales, sí. Aunque formalmente no se corresponde con lo que yo entiendo por un documental.
Eso es lo que puedo aportar desde mi ignorancia.
El corto me gusta.
Menos es más & "Small is beautiful"
Saludos.
Sobre la ignorancia, Blue, aquí nadie la porta, excepto los del insulto fácil [ver último comentario]. Y tú muchísimo menos, lectora y comentadora más fiel de todos los que ha tenido el Blog Abisal en sus 10 meses de vida.
Y sobre el debate abierto en la pregunta de si "Kitoko" es o no es un documental, vamos a esperar unos días a ver si se anima el patio y ya diré algo...
Un saludo, Blue.
Buenos días Kez,
Lo primero y más importante es agradecerte este precioso texto, nos alaga y abruma a partes iguales (lo pegaremos en nuestro corcho en Madrid, no es broma).
En segundo lugar y para contestar a tu pregunta te diremos que hay varios motivos para el empleo de este tipo de sonido.
Por un lado existen razones prácticas y de medios, los cuales nos impiden obtener un sonido limpio del viento. Por otro lado hay una premeditada intención de que el ruido no sea del todo agradable, digamos que se busca producir un cierto grado de desasosiego que un sonido ambiente más suave (por no decir ya una sinfonía) acabaría por desbaratar.
Finalmente y la intención principal del sonido sintético, consiste en trasladar al espectador al lugar donde se encuentra nuestro protagonista. Una cierta ensoñación y fantasía, que se torna perversa en tanto que nosotros conocemos la realidad del "regalo" que se le ha hecho.
Espero que estas lineas aclaren un poco tu pregunta y, si no, aquí estaremos para contestar a cualquier otra cuestión que surja.
Un abrazo!
Gracias Xox y Leyre, por responder[nos]. Me imaginaba lo de los problemas técnicos de registrar el sonido de la playa con resultados óptimos. Y la explicación del ruido sintético completa [aunque se intuya en el visionado]la lectura del corto.
Ahora teneis que mojaros en la otra pregunta [y también vuestro compañero Alejandro, si quiere].
Un saludo, Xox y Leyre,
En primer lugar, sentimos habernos retrasado tanto en responder (cosas del estrés de la gran ciudad, estos son nuestros primeros días libres desde que vinimos).
Kitoko fue concebido como un cortometraje de ficción y no como un documental, puesto que no está basado en ninguna historia personal real. Sin embargo, representa una situación que todos sabemos que existe: hay muchos pobres porque hay pocos ricos. Y curiosamente, se extienden mejor por el mundo los "valores" del millonario (avaricia, envidia o ansia de poder) que los de la gran mayoría (clases medias, pobres o más pobres), como la cooperación en sociedad para que al menos, a nadie le falte su casa, su comida o su cualquiercosa básica.
Mi profesor de religión del colegio me parecía un idiota. Pero me hizo pensar cuando nos dijo que ser buenos era tan malo como ser egoístas. Porque siempre hay uno que se aprovecha de otro en esa relación. Nos dijo que fuéramos justos y tendríamos la conciencia tranquila siempre. Creo que el ser humano es egoísta por naturaleza. La sociedad está fatal, en vez de tener lo que uno quiere, se quiere lo que quiere el otro. Y para ejemplo, un botón. Un pescador del Congo no puede querer ver una foto de la Estatua de la Libertad antes que todas las millones de cosas del mundo que conoce, porque no. No cuadra. Simplemente, le han hecho creer que es lo que quiere.
Laurent, el protagonista de Kitoko, plantea que ha trabajado menos de la cuenta y ha dejado de ayudar a su familia porque ha estado pensando en el ordenador. Por un lado, su familia venderá, por ejemplo, cinco pescados menos ese día. Por el otro, y aunque no lo sepa, no aprenderá nada con el ordenador porque es una mierda. Los dos lados son malos. Ricos 2 - Pobres 0. Pues así, sucesivamente, va haciéndose grande la diferencia y es lo que tratamos de plasmar con un cortometraje de ficción que con apariencia de documental. Pensamos que podía concienciar mejor a los espectadores.
Espero haber respondido a la pregunta y de nuevo, gracias por ayudarnos. Me alegra mucho saber que hay gente como tú, que tiene tiempo para escuchar a otros.
Pensabas que nos habíamos olvidado eh, jeje. Pues no, el día 26 vamos a ir a presentar Kitoko a la semana joven de Logroño y no queremos acudir sin saber que opina sobre la "documentalidad" del corto, como el crítico que más amplia e interesantemente se ha pronunciado sobre el proyecto.
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