La música es alegre, de un ritmo vivo. En la imagen, cuatro hilos [de arriba abajo: naranja, rojo, verde y morado] sobre un suelo blanco, cortados por su mitad, atraviesan el cuadro. El plano se inicia con un juego narrativo que transita desde un principio donde el fondo está enfocado [hilo naranja, nítido; morado, borroso] hasta un final donde el fondo está desenfocado [hilo morado nítido; hilo naranja, borroso].
Acto seguido sabemos el porqué de ese ejercicio de resalte del hilo morado; este hilo es el hilo conductor del relato. Estamos ya en el plano siguiente, uno cenital en el que ese hilo conductor [ahora intacto] se mueve entre otros hilos de diversos colores [todos ellos con un tajo]. Seguimos con un fondo blanco.
El hilo morado se mueve ahora hacia arriba del encuadre, hacia una suerte de horizonte de color azul. Cuando parece que ese horizonte ha sido superado, de repente irrumpen unas tijeras de color rojo y amarillo, y cortan por la mitad el hilo. En este punto del relato, el espectador le atribuye una causa [tijeras] a los efectos que hemos visto previamente [hilos cortados].
En el plano siguiente ya vemos en acción, al unisono, la causa y el efecto: las tijeras cruzan en diagonal el cuadro, desde el inferior izquierdo hasta el superior derecho, cortando cuatro hilos que atraviesan la imagen en diagonal opuesta. Entonces, los objetos que encarnan la causa y el efecto son diametralmente opuestos.
En el justo momento en el que la música aviva todavía más su ritmo, con la incorporación de una guitarra eléctrica, se produce otro enfrentamiento visual entre ambos objetos. Esta vez, las tijeras [con hambre de hilo, puesto que sigue haciendo el ademán de comer] atraviesa la diagonal desde arriba a la izquierda hacia abajo a la derecha, pero enfrente, en dirección contraria, le viene un ejército alineado de hilos de todos los colores. Esta vez, la unión de los hilos termina sepultando hasta la desaparición a las tijeras hambrientas.
Finalmente, los hilos se introducen en una urna de cristal, hasta que la llenan. Primero hemos visto la urna de lado; acto seguido, la hemos visto desde arriba, y después de un ligero movimiento de cámara hacia la izquierda, hemos visto la aparición del mensaje "Eman botoa!" [trad: ¡Da el voto!]. La segunda "o" de "botoa" es un ovillo de hilos de todos los colores.
A lo largo de toda la animación, en la esquina inferior derecha, siguiendo el modelo de mosca televisiva, hemos visto escrita la palabra Bildu [trad: Reunir] bajo su símbolo correspondiente.
Cuando la música cesa, todo se marcha a blanco con un único mensaje verbal centrado: bildu.info.
Después del spot de Aralar, el de Bildu. Llama la atención que las dos fuerzas abertzales de izquierdas que se presentan a las elecciones municipales del 22 de mayo hayan optado por los relatos de animación. El relato de Bildu, en contraste con el de Aralar, es mucho más sencillo. Presentado sin comentario verbal alguno, pretende que el espectador, solamente con las imágenes, asimile la historia que contiene.
La historia que contiene el relato electoral audiovisual de Bildu tiene una parte muy bella [la metáforas finas] y una parte bastante horrible [la metáfora gruesa]. Metáforas finas: la que expresa que la unión hace la fuerza, el ovillo de hilos de distintos colores [la diversidad ideológica de Bildu], la participación electoral y democrática [la urna], la música bella como síntoma de optimismo... Metáfora gruesa: las tijeras-España. Y en este caso [y en contraste al resultado de la narración del relato] una sola metáfora gruesa logra emponzoñar [y también minusvalorar] a todas las metáforas bellas que habitan el relato.
Las tijeras-España son prescindibles sobretodo por un motivo: no respeta al espectador, al lector del relato. O dicho de otra forma, con la metáfora visual tijeras-España, los autores intentan construir un espectador, digamos, mediocre desde el punto de vista intelectual. Porque las tijeras [sin tuneo españolista] como símbolo de agente co[a]rtador bastan para que la imaginación de quien lo vea le atribuya múltiples significados, y más todavía en unión [y confrontación] con la fragilidad de los hilos.
Atribuyéndole a las tijeras el único significado de España, Bildu se deja en la cuneta otras muchas tijeras co[a]rtadoras de derechos. Porque España no es el único problema de los ciudadanos de Euskal Herria. Los problemas de Euskal Herria cuyas soluciones [o, al menos, abordajes] están en juego en las elecciones venideras, son los mismos problemas [o muy similares] que los ciudadanos de Madrid, o que los de un pueblo de Toledo, o que los de cualquier barrio de cualquier ciudad andaluza: el paro, la corrupción política, la crisis económica, el abuso del sistema económico, los bancos, y un largo etcétera.
Entiendo que Bildu incluya entre sus problemas a España, en tanto que como Estado le niega a Euskal Herria desde su condición de pueblo y nación hasta su derecho a decidir libre y democráticamente su futuro, pero con las tijeras-España en su relato electoral audiovisual el mensaje que lanza es que el mayor enemigo de los ciudadanos vascos [y como tal, el primero susceptible de ser solucionado] es España, como si los problemas que tenemos aquí los ciudadanos de a pie se solucionaran solamente con la neutralización de esas tijeras. Mucho me temo que seguiríamos con los mismos problemas que tienen en cualquier punto del Estado.
Por todo esto, las tijeras-España hacen soez al relato; con unas tijeras a secas, hubiera resultado bello, por sencillo y creativo.
Pero en fin..., son los efectos secundarios de las prisas, de los atajos y de las simplificaciones. Al fin y al cabo estamos en periodo electoral, Bildu ha entrado en el juego democrático, y como actor del juego, está en su derecho de aturullar al electorado con mensajes de deglución rápida, con atajos que torpedeen al intelecto y simplificaciones que creen sensación.
6 comentarios:
Muy buen análisis, Kez... sólo una duda que me asalta, sin que sirva de idea propia afirmada, pero duda que genera el vídeo y leerte,... si la metáfora bella habla de las bondades de la unión... ¿por qué luego es una separación precisamente lo que se ofrece como panacea? y me equivoco, o ha sido un estado de derecho lo que hace que los hilos de colores tengan espacio en la urna? y ¿por qué no hay una tijera que gotee sangre, por ejemplo, también personaje de la metáfora fea?...
Atxutxones... alegres pero dubitativos...
Sin las tijeras-España seguramente seguiríais con los mismos problemas.
Mi pregunta es: ¿os resultaría más fácil solucionarlos sin la intervención de España? tal vez por eso en el video dan prioridad al problema de España sobre el resto.Es como si quisieran decir que ahí existe un problema (España) que agrava todos los demás puesto que las tijeras actuan antes de que las madejas entren en la urna, de lo que se desprende que todos los partidos entran en el juego político con las posibilidades de actuación mermadas.
Si ese es el mensaje que querían transmitir, creo que eran necesarios los colores de las tijeras.Si lo que querían era otra cosa, entonces se han equivocado.
Es solo mi opinión.
Saludos.
¡Hambre de hilo!..me encanta.
Estoy de acuerdo. La tijera sin tunear sería más justa, pero ocurre igual a todas las escalas.
Si consiguen que el enemigo sea solo uno el mensaje es más claro y llega más lejos, y si además ese enemigo no está en casa...¡Que felicidad!.
Le sacas mucho jugo a 30 segundos de vídeo...
;-)
Musutxuak, Kez.
(Respuesta a India, a un comentario que quedó publicado en esta misma entrada antes de que un problema de Google borrara entrada y comentarios):
Me acuerdo que decías que no era bello del todo cuando de la separación hacían pretensión política, o algo así. Y yo te decía [porque escribí el comentario pero no se publicó] que la belleza de la unión [la madeja de distintos colores] residía en la heterogeneidad. Aquí es difícil ver a partidos tan distintos agruparse, dando prioridad a los asuntos que los unen y dejando de lado, lo que los separan.
También decías que el Estado de Derecho de los colores de las tijeras era el que había permitido a Bildu presentarse. Y yo te decía que quien cumple la ley debe estar sí o sí, sin dar las gracias a nadie. Además,es un error pensar que en estas elecciones pueden cocncurrir todas las ideas y todos los partidos. Porque ahí está Sortu, ilegalizado a pesar de cumplir la Ley de Partidos a rajatabla. Así que de normalización nada; no está la cosa para ir dando las gracias por cosas que deberían ocurrir sin la intervención de nadie, y menos de los Tribunales.
Por eso termninaba diciendo que yo prefiero el Estado de Izquierdo... jeje.
Atxutxones, India,
Amanda, buena parte de los que vivimos aquí podemos pensar que el pueblo vasco tiene derecho a la autodeterminación, y que para la consecución de ese derecho, el principal escollo es España, su legislación y, sobre todo, su Constitución. Es evidente. Lo de las tijeras-España me parece soez porque respeta mucho más al espectador.
Los problemas que tenemos aquí son mu similares a los que teneis en Catalunya o en la meseta castellana,por poner dos ejemplos. Y esos problemas están ahí, independientemente de que el lugar se llame Euskal Herria, Catalunya, Islandia o Talavera de la Reina; son problemas de origen, digamos, supranacional.
Las tijeras-España son un atajo, es decir, una mecanismo según el cual se desvía la atención del espectador, desvirtuandola, como hacen buena parte de los partidos en periodo electoral, sin más..
Un saludo, Amanda,
Blue, el siguiente es el de Ezker Batua-Berdeak [Izquierda Unida-Los verdes], que seguro es el que más te gusta, jeje.
Musutxuak, Blue,
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