domingo, 20 de febrero de 2011

La ideología de los pavos



Justin Bieber [I]: "Tengo la obligación de plantar pequeñas semillas entre mis fans. No les voy a decir que necesitáis a Jesús, pero al final de un concierto sí digo Dios os ama"




Vi la noticia en la televisión hace algunos días: unas declaraciones polémicas de Justin Bieber para una revista musical podrían hacer enfurecer a parte de sus fans. Recuerdo que lo primero que pensé es que qué tontería; pero después pensé en las fans, incapacitadas como sujetos para cuestionar a sus ídolos, de la misma forma que lo están los devotos en relación a sus dioses. Ahí había un principio de reflexión para verter en el blog, cuyo tema, pensé, no tendría por menos que ser la manifestación más extrema [y también más espectacular] de uno de los efectos de la sociedad del espectáculo: la histeria de las fans.

Cuando me puse al tema, la dispersión no tardó en llegar. El error, ahora lo tengo claro, fue documentarme sobre lo que había dicho y sobre quién era Justin Bieber. Las fans entonces pasaron a un segundo plano y me distraje pensando que Justin Bieber [esto es, lo que piensa, lo que es, lo que canta, etcétera] es la constatación de un cambio de ciclo que nos conduce a una sociedad mucho más conservadora, mogigata y miedosa.

Las declaraciones de Justin Bieber que la televisión calificó como polémicas [y que yo tomé como el pensamiento de un muchacho de su época, o las creencias de un ídolo de las masas adolescentes occidentales, desde Alaska hasta Moscú] me despertaron la curiosidad sobre qué clase de declaraciones hicieron en su juventud Bob Dylan, Lou Reed, Patti Smith y otros que a finales de los años 60 [cuando en Occidente se estaba cultivando el conato de revolución que supuso el mayo francés del 68] eran ya ídolos de masas al tiempo que podían presumir de una juventud incipiente, como es el caso de Justin Bieber en la actualidad. Las palabras de Dylan, Reed y Smith eran la muestra de una actitud transgresora ante la vida, que, pose rockera o no, suponían un ataque a la entonces sociedad conservadora [y tediosa] que había forjado la burguesía occidental a través de sus regímenes democráticos.

De pronto [cuando ya ni me acordaba del tema de las fans] me cuestioné la naturaleza de las declaraciones de Justin Bieber. ¿Acaso sus declaraciones sobre la religión, sobre el sexo y sobre el aborto no son hoy transgresoras? Y digo tan transgresoras como las fueron en su momento las de Dylan, Reed y Smith. En un panorama socio-político en el que la religión estaba yendo en declive, la sexualidad empezaba a darnos las primeras alegrías y habíamos logrado, al menos, descriminalizar el aborto..., no hay duda de que sí, de que las palabras de Bieber son pura transgresión. Ni siquiera cabría llamar a Bieber como el anti-transgresor, por contraste a la transgresión de los viejos rockeros: Bieber es, con todas las de la ley, y en igualdad de condiciones con los viejos rockeros, transgresor. Entonces no había nada que contar. La certeza de que Bieber era un transgresor de nuestros tiempos deshizo mis intenciones de escribir una entrada tirando del hilo de sus declaraciones..., hasta que, en un momento de distracción que tuvo lugar horas después de todo esto, se me apareció el fantasma de Frank Zappa.

El recuerdo de Zappa desencalló la reflexión al introducir una variable que distingue a los viejos rockeros de los nuevos como Justin Bieber: los viejos rockeros tenían conciencia de su propia ideología. Sus vestimentas, sus peinados desaliñados, sus canciones, sus letras, todo [sabían que incluso escupir o tocarse los huevos en el escenario era un hecho político] estaba imbuido de ideología, de una suerte de acción contra la reacción.

Frank Zappa [I]: "El cristianismo es una religión anti-intelectual. No quieren que seas inteligente. Así que sé un estúpido imbécil y tienes el cielo ganado"
 


Justin Bieber [II]:"No creo que debieras tener sexo con cualquiera que no ames. Creo que sólo deberías esperar por la persona de la que estás enamorado"



Ya no hay vuelta atrás: hay reflexión y se la debo al rockero Frank Zappa.

Primer impulso: me veo cinco vídeos de Justin Bieber, de los cuales selecciono tres [un vídeo-clip, un juego y una persecución de fans]; me leo la entrevista donde Bieber dice lo que dice y selecciono las tres partes que me parecen más significativas. Segundo, vinculo cada declaración a un vídeo; es cuando decido que la entrada tiene tres bloques, cada uno de los cuales se abrirá con cada uno de estos tres vínculos palabras-imágenes de Bieber. Tercero: busco tres frases de Zappa que toquen, aunque sea de manera tangencial, temáticas similares a las tres que he seleccionado de Bieber; las encuentro y decido terminar cada bloque con cada una de ellas [así saldo mi deuda con el reavivador de esta entrada].

Cuarto impulso: preciso el tema, que es la conciencia de la ideología propia como diferencia principal entre las dos transgresiones, las de los viejos y las de los nuevos rockeros. Quinto: debido a la complejidad del tema, valoro la posibilidad de no incluir contenido verbal propio, elaborando la reflexión, por así decirlo, como un diálogo en bruto entre la transgresión de Zappa y la transgresión de Bieber, y decido que no; entonces..., o incluyo contenido verbal propio o no hay entrada. Sexto [el anti-impulso]: procrastino [o realizo una de las más nobles artes: la postergación].

Séptimo impulso: diseño la forma de la entrada sin conocer su contenido y le asigno a cada bloque tiempos verbales diferentes, pasado para el primero, presente para el segundo y lo que yo llamo futuro incierto para el tercero. Octavo: en busca de inspiración, revisiono los tres vídeos elegidos de Justin Bieber, que no me arrancan ningún comienzo pero que, sin embargo, me sugieren un título que acepto de primeras, "La ideología de los pavos". Noveno: en busca de inspiración, vuelvo a Frank Zappa, e indago entre sus letras, frases o vídeos, que no me arrancan ningún comienzo pero que, sin embargo, me sugieren un cierre para la reflexión que acepto de primeras, la fotografía de Zappa mientras caga.

Décimo impulso: comienzo a redactar la entrada con toda la incertidumbre sobre el contenido, con la única certeza de que en el tercer bloque habré de preguntarme muchas cosas.

Frank Zappa [II]: "Muchas cosas erróneas de la sociedad deben ser atribuidas a que la gente que hizo las leyes tenía un mal ajuste sexual" 



Justin Bieber [y III] "No creo en el aborto. Creo que un embrión es un humano. Es como matar un bebé. ¿En caso de violación? Creo que es triste, pero todo pasa por una razón"



Habré de preguntarme, por ejemplo, si Justin Bieber está cargado ideológicamente a la manera post-moderna, que niega, precisamente, el hecho de tener ideología. Como si ese peinado que luce Bieber estuviera libre del pecado de ser portador de una ideología determinada...; como si ese vestuario, esa forma de moverse, esa forma de cantar, eso mismo que significan las letras de sus canciones y sus creencias polémicas vertidas en la revista de música..., fueran gratuitos o surgidos por generación espontánea; como si él mismo, extraído del espectáculo que cree protagonizar y que proyecta al mundo entero, y reconvertido en un adolescente más de esos que pululan a la última por las calles de nuestras ciudades desarrolladas, no fueran un producto de su tiempo, una ideología hecha carne, forma y contenido.

Habré de preguntarme, también, en cómo, de otra manera que no encierre toda la potencia de una ideología que pretende invisibilizar la misma ideología, los medios de comunicación están incapacitados para dejar ver lo que ocurre por debajo de la superficie de los relatos que nos cuentan. Ese relato mínimo, superficial, agarrado a la única variable que cataliza a las masas, la espectacularidad, y que consiste en una sola causa [las declaraciones polémicas de Justin Bieber] que puede producir un solo efecto [el malestar de alguna de sus fans], está sobre-saturado de ideología, sobre todo a partir de lo que no se cuenta de esas imágenes con las que nos bombardean.

Habré de preguntarme, volviendo a Bieber, qué clase de ignorancia voluntaria es esa de la que se desprende que una de las más grandes expendedoras de espectáculos a nivel mundial, la factoría Disney, carece de ideología. Mickey Mouse y demás personajes animados, sus películas, sus historias, y todos y cada uno de los productos de merchandasing de Disney [donde se incluye el producto Justin Bieber] son el resultado de una maquinaria más que solvente a la hora de construir relatos y de, sobre todo, hacerlos creíbles. Y no hay historia sin ideología. Si además de eso, el relato explicita que carece de ideología, puedes estar seguro de que la densidad ideológica del producto es formidable. Las cosas así, Disney no solamente tiene ideología, sino que la transmite incesantemente a través de sus múltiples productos expuestos en los escaparates de todo Occidente. Nunca hubiera sido un Imperio [ni Disney ni otras multinacionales de la industria del entretenimiento] si esa ideología proyectada no hubiera sido asimilada por la mayoría de ciudadanos que hoy ya se consideran libres del pecado ideológico.

Y cómo no, habré de preguntarme si no es una exageración plantear el ejercicio de comparación de los nuevos y viejos rockeros en los términos propuestos. Habré de andar con cautela a la hora de ensalzar una época pasada al tiempo que desprestigie la presente. Habré de preguntarme si en la década de los 60 no habría también elementos menos subversivos, desde el punto de vista de los cuenta relatos oficiales. Quizás si hubiera en aquel tiempo un Justin Bieber contemporáneo de Dylan, Reed y Smith; pero lo seguro es que hoy no hay Dylans, Reeds y Smiths contemporáneos de Justin Bieber. Lo cierto es que en todas las épocas ha habido pavos, pero en los sesenta eran capullos antes que flores [Dylan es un ejemplo] y ahora son flores antes que capullos [véase Beaber ahora y Beaber dentro de unos años]. El mundo al revés.

En fin. Y habré de llegar a la conclusión, otra vez, de que el rock nunca fue revolucionario, antes al contrario; y a pesar de todo, habré de tomar partido por los viejos rockeros, quizás solamente porque ellos sí eran conscientes de que todo lo que hacían llegar a la superficie de sus relatos había sido impulsados desde un trampolín ideológico que, por supuesto, nunca escondieron [al menos Frank Zappa].

Frank Zappa [y III]: "Sin desviarse de la norma, el progreso es imposible"


13 comentarios:

Blue dijo...

Muy bueno...Kez, el diseccionador.
Falta saber si el pavo este habla por su boca o por boca de otros. Yo lo veo muy poco "hecho" para hablar sobre nada.
Saludos, pecador.
;-)

India dijo...

Y a mí que de fondo,mientras leía,se me ha pegado al cerebelo la canción de El Rey León "El ciclo de la vida"...influencia de los dos minipavos que tengo en casa,supongo...
Pues mira,lo mismo estoy en esa edad repelentemente adulta jijiji porque yo los "mensajes" de los de mi época,Zappa,Smith...pues los leía cuando yo era más joven que ellos,claro...entonces,escuchar la ideología de un imberbe que,como dice Blue,me parece poco "hecho" para hablar con demasiado fundamento de nada,excepto de ipods,wiis y demás...que seguro me da mil vueltas jijiji...pues como que nifúnifá...
Eso sí,a tu post lo marco en Está bien ;)
Atxutxones!!!jijiji

fiorella dijo...

Por lo general los niños que salen de la fábrica Disney,canten,bailen o actuen o todo junto, siempre en algún momento y preferentemente de alta popularidad salen con discursos morales. Evidentemente que es parte del marketing de la factoría y que concuerda con los valores más rancios norteamericanos. Luego, espero que no, sucede que el chico o la chica crece y se desmadra totalmente. Los Dylan, Patti Smith,Zappa,J.Baez,Peter Seger y tantos otros a su manera eran una alternativa donde se criticaba esos valores.No creo en que todo tiempo pasado fue mejor, cada época tiene lo suyo.Un beso

F.A. Giovanni dijo...

Hace tiempo conversaba con un amigo sobre el origen de los/las pop-stars recientes. Llegamos a la idea de que no, que ni de coña es el aspecto musical de Hannah Montana, Jonas Brothers, Justin Bieber, Britney Spears, Lady Gaga y un largo etcétera lo que encumbra a estos a la fama y a estar en boca de todo el mundo. Por encima de todo son productos comerciales que, como dice fiorella, van irremediablemente acompañados de una ética y una ideología determinadas. En cambio, pasas la mirada por otras décadas, y lo que se ve es completamente distinto... giras en furgoneta cutre, líos de última hora, problemas de grabación. Vamos, era todo ligeramente mas desastroso, aunque con mayor carga de autenticidad, apostaran los susodichos por la innovación en materia política o fueran unos conservadores del 15.

Kez dijo...

Blue, hable por su boca o por la boca de Ice Disney, este niño llega por acceso directo a muchas niñas y adolescentes. Decías que Val del Omar se quedaba corto en emotividad; pues Bieber es el ejemplo antagónico: solamente su presencia provoca sensaciones y reacciones químicas [que no voy a entrar a detallar].

India, creo que subestimas al niño imberbe, en tanto que es uno de los juguetes con los que SISTEMA entretiene a millones de jovencitas en el mundo occidental.

Fiorela, no sé si Bieber llegará a desmadrarse, en el sentido que tú y yo entendemos, no lo tengo claro. Hablas de los discursos morales de los niños Disney... Pero es que Bieber, sin decir lo que piensa, es ya un discurso moral, que normaliza y normativiza un estilo de vida. El tema es complejo. YO tampoco creo que cualquier tiempo pasado fue mejor, de ahí mis dudas: el mejor tiempo es ahora y punto, jeje.

Dani, quizás también aquellos que hacían gira en furgonetas cutres eran juguetes de algún manager desaprensivo [ha habido muchos casos], pero como bien dices había más margen a lo imprevisto, al azar quizás.

Bueno, saludos a los cuatro, pero antes de enviar el comentario os dejo abierta una pregunta: ¿quién era el Justin Bieber de los 60? ¿Y el de los 70? ¿Y el de los 80? En España... ¿Julio Iglesias? ¿Raphael? No sé. ¿Qué pensais?

India dijo...

No es que lo subestime a él...eg que me hace recordar que soy mayor,y en la franja de edad en la que me encuentro,eso es imperdonable!jijijijiji

Blue dijo...

Estoy con Dani, aquí no hay autentididad. Se huele y se palpa.
No se me ocurre un personaje semejante ni dentro ni fuera de España en otras épocas.
Si pienso en su mensaje espiritual solo me viene a la cabeza el recuerdo de Joselito en "Marcelino pan y vino"...de verdad, no doy para más, ja, ja.
Y respecto a su potencia inseminadora...creo que no tiene rival.

Por cierto, si quieres profundizar en el personaje, ya sabrás que hay anti-bieber, anti-anti-bieber, etc.

Basarkada bat (Estooo...¿que es bat, ja, ja?)
;-)

salustiana dijo...

Ante esta disfgresión tan sesuda y elaborada vas a tener que perdonar lo burdo de mi primera aportación:
A- Este tío es gilipollas, así, a simple vista y en profundidad. Evidentemente Disney tiene una ideología y siempre aboga por un mensaje pero la estupidez de este tío debe ser de cosecha propia.
B- Dylan es un genio y ha pasado y pasará a la historia. Este niñato no será recordado más que han sido recordados los Pecos.

C-Los niños Disney acaban por levantarse contra las manos que les dan de comer -vease la Montana (a menos que todo esto ya esté más que estudiado)fumando marihuana.
Afortunadamente ni niña aun es muy pequeña para seguir las andanzas de este subnormal profundo o de los Jonas esos -que me dan urticaria-. Como mucho me trago el rey león y su ciclo de la vida o La Bella y la Bestia.

Sinceramente, creo que este niñato no es más que el ejemplo claro de la estupidez supina que caracteriza a los niñatos quinceañeros/as de hoy en día. Analfabetos funcionales que se atragantan con gran hermano o gritan cual posesas cuando ven el flequillo de estas amebas andantes.
Yo me recuerdo en mi época de fan (nunca fuí de esas que se arrancan la ropa ni gritan cual posesas. Suspiraba por George Michael.No solo porque me gustasen sus canciones sino por algo mucho más visceral y sexual. A mi me ponía su culo, su torso y esos morros que tenía para pecar. Me la soplaba ampliamente los mensajes que pudiese enviar. LO MIO ERA PURAMENTE SEXUAL. VAMOS, CALENTON TRAS CALENTON. Le vi en concierto en Madrid, no grité ni perdí el conocimiento. Más que nada por motivos prácticos: si perdía el conocimiento no podía verle mover las caderas y no veas lo que me costó ponerme en primera fila.
Al Justin este le darán por culo en un par de años. Es carne de cañón. Otros vendrán y este pasará a engrosar las listas de ¿que fué de?.
Por cierto, te recomiendo Para leer al Pato Donald de Dorffman y Mattelart. Te gustará.

Me ha encantado el post.

India dijo...

A mí me viene al coco Marisol...para la época,evidentemente se corrompió cuando se hizo musa del comunismo,no?;) Con lo moa que era cuando el generalillo y su trpoa la ensalzaban como el ejemplo de niña buena...ayayayay

Licantropunk dijo...

Es el razonamiento más genial que he leído en mucho tiempo.
Inquietante Justin.
Saludos.

Kez dijo...

Salustiana, cuánto tiempo sin dejarte ver por aquí. Ya echaba en falta esa mala hostia que, en este caso, no ha dejado sin hostias a ningún adolescente, jajaja.

¿Y tú crees que esa emotividad directa de la que me hablas sobre George Michael no es parecida a la de Bieber con respecto a sus fans? No comparo ambos objetos de deseo, sino la emotividad y la respuesta que suscita. No sé. ¿Tú crees que en esas quinceañeras no hay sexualidad reprimida en su comportamiento, en ese irse, en ese abandonarse, en ese "mojar las bragas platónicamente" [sin contacto digamos]...? Lo dejo ahí, de momento, jajaja.

Me apunto el libro, Salus. De Mattelart ya he leido algo y sí me gusta. Gracias. Un saludo,

Kez dijo...

Blue, yo también estoy con Dani, pero quizás un punto más con Fiorella, con respecto a lo de que ningún tiempo pasado fue mejor. Dylan y compañía fueron auténticos en los términos que pudieron serlo [en su contexto], de la misma forma que Bieber lo es en los suyos.

Hablo del cambio de rumbo que se está dando, ese que mantiene a la izquierda en su casa [cuando históricamente ha estado en la calle], mientras que la derecha es la que se manifiesta en las calles [aborto, etcétera]. Solamente es un ejemplo. En sus respectivos contextos, tan válida es la transgresión de unos como de otros. Aunque, para nosotros, quizás con una edad intermedia entre Bieber y Dylan, lo más auténtico nos parezca lo dela época de Dylan y compañía.

En fin, no sé. Ya da de sí el tal Bieber, jajaja.

Bat es "uno": besarkada bat es "un abrazo".

[Joselito, Marisol... no sé, si tienen la asexualidad de Bieber y son productos, igualmente, de un sistema ideológico, pero no creo que fueran tan rebientabragas..., a la manera que decía Salustiana]

Kez dijo...

Gracias Lincantropunk. Viniendo de ti, me siento halagado. Un saludo,

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