martes, 23 de marzo de 2010

Las Hurdes: tierra sin pan (Luis Buñuel, 1933)

Después de escupir al mundo sus dos malas bestias surrealistas “Un perro andaluz” (1927) y “La edad de oro” (1929), Luis Buñuel escupió una mala bestia hiperrealista: “Las Hurdes: tierra sin pan” (1933). "Las Hurdes..." es un relato documental despiadado sobre la miseria de los habitantes de la comarca extremeña del mismo nombre.

No obstante, hay dos características que "Las Hurdes..." (documental con pretensiones de realismo) comparte con las dos primeras películas de Buñuel (ficciones con pretensiones surrealistas): la primera es la agitación que provocó en el público y en algunas instituciones políticas de aquella época. El Gobierno republicano, por ejemplo, que pretendía por aquellas fechas impulsar una reforma social, rechazó frontalmente la película. Según palabras del propio Buñuel: Los medios oficiales estaban furiosos e incluso habían pedido a las Embajadas que la película no fuese proyectada en el extranjero porque era afrentosa para España”. 

La segunda característica es, y no es una contradicción, el aspecto surrealista de los pueblos y gentes que protagonizan el documental; surrealista en tanto que esa realidad hinchada exageradamente de realidad (una realidad pasada de rosca) otorga al conjunto de la película un aire casi onírico.

La produción de "Las Hurdes" tiene lugar cuando la Guerra Civil española está al caer. La situación económica se encuentra bajo mínimos. Y... paradojas de la vida cinematográfica..., Buñuel consigue grabar la miseria de las Hurdes gracias a que su productor, el anarquista Ramon Acín (en aquella época había anarquistas productores en vez de productores ejecutivos) tuvo un golpe de suerte en la lotería, donde le correspondieron cien mil pesetas, de las cuales veinte mil se destinaron a la producción de “Las Hurdes...”. 

Otra curiosidad de "Las Hurdes..." es que Buñuel montó la película sin moviola, y, como, según sus palabras, entendía poco de cine, eliminó buenas tomas porque los fotogramas estaban dañados: "Yo no sabía que el movimiento podía en cierto modo reconstruir la imagen”.

 

0 comentarios:

Publicar un comentario