Lanzado ciegamente a la conquista del mundo externo, preocupado por el solo manejo de las cosas, el hombre terminó por cosificarse él mismo, cayendo al mundo bruto en que rige el ciego determinismo. Empujado por los objetos, títere de la misma circunstancia que había contribuido a crear, el hombre dejó de ser libre, y se volvió tan anónimo e impersonal como sus instrumentos. Ya no vive en el tiempo originario del ser sino en el tiempo de sus propios relojes. Es la caída del ser en el mundo, es la exteriorización y la banalización de su existencia. Ha ganado el mundo pero se ha perdido a sí mismo.
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[Texto: "De la cosa a la angustia". Libro: "El escritor y sus fantasmas". Año de la primera edición: 1963. Autor: Ernesto Sabato.]
3 comentarios:
Si se busca y se encuentra no pasa nada. Bueno, sí, pasa, vuelve a nacer de sí mismo y más fuerte.
Y aquí diría aquello que decía Lope de Vega (aunque él se refería al amor): Quién lo probó, lo sabe. Y tú lo probaste ;-)
Saludos, Kez.
Consigues lo imposible. Me haces ver anuncios que nunca veo en la televisión, ja, ja.
Yo, muchos de los vídeos que pongo, tampoco los había visto nunca antes. Aquí he buscado por Wii [porque esa era la única condición previa] y he encontrado este. Quién lo prueba, lo sabe. Y yo lo he probado. (;o]
Ya, ya, si he recibido el mensaje. Solo era para meterme contigo. Para banalizar tu existencia, ja, ja.
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