lunes, 15 de noviembre de 2010

Algo más que mujeres ricas


Resultado de la II Encuesta a los lectores abisales: ¿Contra qué programa de La Sexta quieres que escupa próximamente el Blog Abisal? [sobre 133 votos totales]. Y el escupitajo es para [...(redoble de tambores)...] MUJERES RICAS.

1ª.- Mujeres ricas / 73 votos
2ª.- La Sexta Noticias / 23 votos
3ª.- El intermedio / 18 votos
4ª.- Buenafuente / 12 votos
5ª.- Sé lo que hicisteis... / 7 votos

NOTA: He vuelto a perder. Mis preferencias eran, primera, "Sé lo que hicisteis..." y segunda, "La Sexta Noticias". Así que en cuanto a lo de manipular encuestas todavía tengo muchas cosas que aprender.

A los [muchos] que votasteis, muchas gracias por participar. 



"Mujeres ricas" es un programa que responde al formato híbrido televisivo llamado "docu-reality". En este caso, la parte "docu" intentaría reflejar la vida de estas mujeres dentro de sus contextos sociales, mientras que la parte "reality" la conformarían todas las situaciones que el programa fuerza [tres ejemplos vistos en el último programa: que la mujer rica cocine, que la mujer rica limpie la mierda de los caballos, que la mujer rica vaya a comprar al mercado] para sacar a las protagonistas de esos contextos favorables para ubicarlas en escenas y escenarios proclives a la espectacularización narrativa [por puro contraste].

La mitad del mérito de los "docu-realitys" procede del casting. El objetivo de todo casting es la búsqueda de buenos personajes que puedan ejecutar fielmente los papeles propuestos al servicio de la historia que quiere contar la empresa que convoca el casting. Y "Mujeres ricas" no es una excepción: hubo un guión previo al casting, donde quedaron escritos qué perfiles de personajes eran los ideales para que fluyera la historia que querían contarnos. Y en vista de los personajes que escogieron para "Mujeres ricas", la ideología previa del programa buscaba algo más que mujeres ricas; también deberían responder a otros perfiles como el ser frívolas, extrovertidas, presumidas, pendientes de su imagen, etcétera, y, lo más importante, que además de todo fueran un poco tontunas, para facilitar el manejo o la manipulación prevista por el programa. 

Porque una cosa es evidente: no hay personaje de "reality" ni de "docu-reality" que carezca del perfil tontuno que precisa la maquinaria televisiva para lanzar sus historias a la audiencia. Y aquí no hay distinción de clase, raza o religión: el personaje de "reality" se define porque le falta, cuando menos, un hervor. Y todas la televisiones y las productoras que trabajan para las televisiones lo saben, saben que la materia prima de los "realitys" es la tontuna que habita en unos humanos más que en otros. En resumen, que las televisiones y las productoras se aprovechan de esos humanos que albergan mayores niveles de estupidez que la media, para ubicarlos como personajes que tienen la capacidad de creer interpretarse a sí mismos al tiempo que son incapaces de ver el guión al que están siendo sometidos.

En este sentido, "Mujeres ricas" ofrece una novedad con respecto a "Callejeros" [se recomienda la lectura, sobre todo, de los últimos tres párrafos de otra entrada del Blog Abisal: "La auténtica dimensión y profundidad de Callejeros"] y es que ubica a sus personajes [mujeres ricas en la vida real] en la misma posición de salida que los personajes [pobres en la vida real] de "Callejeros", es decir, en un uso y abuso interesado de las circunstancias vitales de los personajes para exprimir de ellas la mayor cantidad de espectáculo posible. Sobre esto habría que añadir a favor de "Mujeres ricas" que ostenta mayor dosis de "verdad", en tanto que asume [y no esconde] la espectacularidad de la parte "reality" de su formato, mientras que "Callejeros" [con formato de reportaje periodístico 2.0] continua esforzándose por hacernos creer que su producto tiene vocación de denuncia social cuando en realidad es carnaza sensacionalista.

Pero... ¿qué proyección de la riqueza propone "Mujeres ricas"? Por un lado propone una riqueza susceptible de ser envidiada; una vida ociosa, en la que se puede materializar casi cualquier capricho; un mundo sin apenas preocupaciones y en el que casi todo es posible gracias a la sobreabundancia económica de sus personajes. Por otro lado, se propone una riqueza hueca, un mundo insolidario y la minusvalía humana en la que viven estos personajes, proyección conseguida a partir de las situaciones forzadas por el equipo de guionización.

De esta manera, la audiencia recibe el impacto de un discurso esquizofrénico sobre esos personajes y sobre su riqueza, esto es, ni revolucionario ni reaccionario, pero sí en cualquier caso paralizante, tanto que con toda seguridad se podría decir que "Mujeres ricas" logra que gran parte de los espectadores que siguen las aventuras de sus protagonistas odie y quiera a partes iguales a todas ellas. Y esto, en conjunto, solamente ha sido posible gracias al perfil tontuno [un tesoro en manos de los ideólogos de este programa así como de cualquier "reality"] de estas mujeres ricas en la realidad que se [re]interpretan a sí mismas en el programa que protagonizan.

La proyección, aquí y ahora, claro, recae sobre una audiencia [la amplia clase media española] con el aliento de la crisis económica más cerca de la nuca que nunca. Pero lo que transcurre en sus pantallas, como se ha dicho, tiene un efecto paralizante, porque el producto final es puro espectáculo, y en realidad el espectador asiste a un simulacro de riqueza, vaciado [en la superficie del relato] de todo signo ideológico susceptible de hacer tomar partido hacia un lado [el odio] u otro [el amor].

Llama la atención que sea La Sexta con "Mujeres ricas", cadena de televisión que orbita sobre un magma ideológico progresista, la que juegue a ofrecer esta proyección de la riqueza hacia la audiencia, con un efecto claramente narcotizante sobre el tema en cuestión. Lo cual abre el debate sobre a qué tipo de espectador va dirigido el programa así cómo qué tipo de espectador nuevo quiere construir La Sexta. La respuesta es obvia: La Sexta se dirige a la misma audiencia que las demás cadenas; es decir, que asume el juego competitivo de bailar al son que marcan los pocos audímetros repartidos por España. Y jugar al mismo juego que las demás coloca a La Sexta en su órbita real [donde están todas] y que no es otra que la órbita cuya fuerza gravitatoria principal está provocada por el magma padre, el poder económico, sobre el que giran tanto las televisiones autodenominadas progresistas como las televisiones autoabanderadas de la libertad [liberal].

La unidad mínima de fuerza gravitatoria que une a las televisiones con sus dueños [las multinacionales] es el "spot" publicitario. A veces se nos olvida a qué estamos jugando y qué lugar ocupamos como espectadores cuando vemos la televisión. El juego es el siguiente: las grandes multinacionales pagan a las televisiones para que hagan el ejercicio de retener al mayor número de espectadores para que se mantenga expuesto a sus anuncios de venta. Luego podemos quedarnos en la superficie [o en el contenido de los programas] y debatir sobre tal y cual programa, o de si somos libres o no para ver tal o cual cadena, o de si merecemos la mierda que nos ponen o de si vemos mierda porque es lo único que hay en la parrilla... El contenido de los programas, los programas mismos, incluso las televisiones, son el pretexto, de la misma forma que los partidos políticos y el sistema democrático que los sustenta lo son en relación al poder económico [invisible], que es quien ha marcado las reglas y quien ha repartido las cartas del juego.

Lo dicho sintetiza que la audiencia [y las cadenas] lejos de separarse en bloques ideológicos, solamente lo hace en bloques de mayor o menor poder adquisitivo, bloques, eso sí, ubicados en el amplio espectro que forma la clase media española. Es lo que el mundo publicitario denomina "target". De esta manera, "Mujeres ricas" estaría destinado a un público femenino de clase media casi baja, un "target" donde es más fácil colar contenido espectacular-sensacionalista vía "reality" ["target" de lo centrífugo: en el que esa parte de la audiencia pueda desaguar emociones a partir de la proyección de la riqueza y bienestar ajenos], mientras que, por ejemplo, "Mujeres desesperadas" [cuyas protagonistas también son ricas] estaría destinado a un público femenino de clase media casi alta, un "target" donde es más fácil colar un contenido de ficción racionalista ["target" de lo centrípeto: en el que la audiencia pueda auto-proyectarse, con las miserias y los líos emocionales de los protagonistas que bien pudieran ser los suyos propios].

Propongo el ejercicio de comprobar qué tipos de productos de consumo se anuncian antes, durante, y después, de "Mujeres ricas". Seguro que no faltan, por ejemplo, productos cosméticos asequibles para el bolsillo de la espectadora, en una incitación a la belleza de la mujer real [pobre o medio pobre] después de haber asistido a una sesión de rejuvenecimiento de la piel de alguna de las protagonistas, mujer de ficción [rica o casi rica]. Es la materialización de la proyección que se ha descrito más arriba, o de como en la parálisis esquizoide que nos propone "Mujeres ricas" se abre una grieta por el que asoma un movimiento futuro: el viaje ritual al supermercado, ese lugar que, a ciencia cierta, también se habrá publicitado antes, durante, o después, del producto televisivo en cuestión.

El juego de "Mujeres ricas" [como en el resto de programas] tiene lugar en el fuera de campo, y somos nosotros los espectadores [la mercancía y los intermediarios en la circulación de los pequeños capitales] quienes estamos en juego. Porque las tontunas son solamente unas pobres personas que sobreactúan en su papel de personajes ricos y que, sin ni siquiera ellas saberlo, nos distraen lo suficiente como para que no nos veamos a nosotros mismos como los tontunos de un juego que desconocemos.

12 comentarios:

Blue dijo...

Ya te dije que veo poco la televisión en general y La Sexta en particular, pero soy de las que votó a Mujeres ricas (quizá porque es el último bodrio que ví, de todos los que nombras).
Que hay un casting está claro. Es imposible que no haya mujeres ricas sensatas, discretas, sencillas, profundas e incluso inteligentes.
Solo ví un par de programas (más o menos un cuarto de hora cada uno), pero lo que más me molestó fue que en este momento en el que, como dices, estamos "con el aliento de la crisis económica más cerca de la nuca que nunca" se emita esta cosa indecente.

Estoy de acuerdo con todo lo que dices y ya no voy a añadir nada más. Esto no es como el rectángulo gris, ja, ja. Aquí ya está todo dicho.

Me ha gustado eso de "personajes que tienen la capacidad de creer interpretarse a sí mismos al tiempo que son incapaces de ver el guión al que están siendo sometidos". Que bueno.

Saludos, Kez.

¿Eres capaz de salvar a algún canal de la quema o estamos definitivamente perdidos?

rigolet dijo...

Pues voy a discrepar y mucho con Blue. No sólo no me parece una basura "Mujeres ricas", sino que creo que es uno de los mejores programas de producción propia del panorama nacional y una de las cosas más divertidas e inteligentes que se puede ver por televisión.
Primero porque la puesta en escena es digna de elogio, y la posproducción es monumental. De hecho es el 75% del programa. Porque cuenta con una edición que no tiene reparos en alargar los planos en las declaraciones de las mujeres ricas hasta llegar al ridículo y que introduce descaradamente efectos de sonido y que juega sin reparos con las imágenes para parodiar al máximo las vidas exageradas de estas señoras (no nos olvidemos que estamos hablando de casos reales). Y sobre todo porque emplea el humor y (como ha dicho Kez) es consciente de su condición de espectáculo.

Segundo porque todo eso es capaz de hacerlo con el beneplácito de las propias protagonistas, que no sólo participan encantadas sino que además están convencidas de que lo que están mostrando al mundo exterior son las excelencias de su educación y su clase social, cuando en realidad solamente existe una caricatura cómica de la riqueza.

Y tercero porque además detrás de todo eso el programa funciona como una serie de ficción con sus diferentes hilos narrativos, y consigue lograr momentos enormes. Me quedo con uno de las escenas de la primera temporada, cuando todavía "Mujeres ricas" parecía ser tan solo un programa donde veíamos el lado frívolo de la vida de una serie de mujeres de forma individual porque no se conocían entre ellas. Entonces, y mientras vemos cómo la mujer rica Mar disfruta de sus lujos en un momento como otro cualquiera, recibe una llamada de teléfono. Al otro lado de la línea está ni más ni menos que la mujer rica francesa, que hacía un instante nos estaba contando cómo quería organizar una fiesta de inauguración y que llama para invitar a Mar a su gala. Y en ese momento se intercambian por primera vez los planos de dos de las mujeres que conocíamos por separado y cuyas líneas narrativas se van a encontrar. Y todo ello queda como un giro de guion precioso y efectivo. Para quitarse el sombrero.

Blue dijo...

Rigolet, no creo que discrepemos tanto. Simplemente no estamos hablando de lo mismo.
Yo hablaba del fondo, y tú de la forma.
Es posible que el programa sea técnica y artísticamente perfecto. No entro en la edición, el guión, ni la postproducción (tampoco tengo criterio para valorarlos) y ni siquiera ví nunca un programa completo ni sabía que está en su segunda temporada.
Solo sé que me cabrea por dos cosas. La primera, el propio título. Es imposible que esto represente a las mujeres ricas (no me imagino a la ex de Amancio Ortega en este fregado ;-); y la segunda, porque en este momento crítico en que vivimos hacer este alarde de frivolidad me parece un insulto.

La verdad es que con tu comentario me han entrado ganas de ver un episodio completo. Resistiré...
;-)

Kez, has desaparecido. No veo tu perfil. Seguro que has colgado el cartel de "completo" en Fb...¡mecachis!

Saludos, Rigolet ( y al Artistaantesllamadokez).
:-))

rigolet dijo...

Ok Blue, es que me sale la vena defensiva si me tocan mi entretenimiento de los jueves. En cualquier caso, entenderé como un triunfo que te tragues un capítulo entero jejeje.

Sobre lo de representar a las mujeres ricas, claro que no puede hacerlo, pero su mérito en este caso consiste en que deja claro que tampoco lo pretende, al contrario que por ejemplo Callejeros, como ya apuntaba el autor del bloc. Por otro lado, me parece arriesgado juzgar la ética de un programa de televisión, en general, y en este caso con un argumento como el de la crisis, sobre todo porque nos acerca mucho a lógicas similares a las de dejar de comer porque en África hay niños que se mueren de hambre.

Un saludo.

Kez dijo...

Para un día que Blue no discrepa conmigo surge Rigolet para discrepar con Blue. Me gusta cómo ha arrancado el debate.

Estoy en parte de acuerdo contigo Rigolet, aunque no comparto ni de lejos tu entusiasmo por el producto. Está claro que "Mujeres ricas" está bien hecho técnicamente y que hay mucho curro de guionización de escenas forzadas. Pero la entrada no iba por ahí [iba sobre el fuera de campo, sobre ti, sobre mi, sobre Blue...]. Me parece paradójico que digas que es arriesgado juzgar la ética de un programa. ¿Qué nos queda entonces? Lo que dices entronca con la paralización que describo en la reflexión, en tanto que tú como espectador, con este y otros programas, quedas inmovilizado ideológicamente desde una pltaforma comunicativa que se autodefine izquierdista. Ahí radica la gran paradoja de La Sexta, de la que hay que ver la mayoría de su programación para darte cuenta que los discursos que circulan por debajo de los textos son netamente conservadores. Sin más. Te dejo escrita una pregunta: ¿es ético que desde la izquierda se proponga un discurso paralizante frente a la riqueza?


Blue, estoy de acuerdo con lo que dices del título. Hubiera sido más certero un "Mujeres ricas tontunas" o "Mujeres ricas frívolas" o similar. Sobre la primera pregunta que me haces [comentario 1] te respondo que salvo a La2, porque a pesar de que haga un tratamiento de la cultura muy discutible [ya escribí algo en una entrada], es coherente con el sistema público que la sostiene, primero, por la ausencia de publicidad y segundo, por la falta de competitividad que ubica al espectador mucho más como ciudadano de un servicio que como consumidor de un producto.

Y lo de Facebook lo he quitado porque he cambiado la foto de perfil y es posible que no guste a los lectores abisales guardia-civiles, jajaja. Lo volveré a poner para que sigas dudando si clicar o no clicar, jeje.

Un saludo a los dos,

Blue dijo...

Kez, no sé si esa foto asustará a los beneméritos o los atraerá.
Dios te salve, ja, ja.
Saludos.

Kez dijo...

Bueno, el tricornio desde ese punto de vista puede pasar como la deconstrucción geométrica del mapa de Francia, jajaja. Quizás los picolos y su aguda inteligencia lean la imagen desde este segundo enfoque y me dejen tranquilo. Jajaja.

[Lo quité porque la foto para Facebook puede ser graciosa. Al fin y al cabo uno está entre amigos y este tipo de bromas se tolera bien. Pero aquí, que entra gente de todo tipo, y desconocidos, tenía dudas de si era correcto exhibirme de esa guisa, pero en fin, al final, la volví a poner. Blando que es uno]

rigolet dijo...

Hola, yo había publicado un comentario, pero ya no está. Lo que venía a decir es que se puede criticar un producto de ficción y analizar su repercusión y su porqué, incluso si es una genialidad o una completa basura, pero juzgarlo desde la moral y decidir si es bueno o malo es meterte hasta la cabeza en el fango.

Por otro lado preguntaba a Kez (en respuesta a su pregunta) por qué si es capaz de considerar a La Sexta como conservadora la toma después como una cadena de izquierdas. Hacerlo porque la propia cadena se haya autoproclamado así me parece caer en un error porque eso no es más que puro marketing, y si no a ver quién es capaz de demostrar que un diario como EL PAÍS es de izquierdas. Si acaso cabe la asociación de cadenas con determinados partidos polírticos y no con líneas ideológicas puras. Pero eso también es marketing político.

Todo esto estaba mucho mejor dicho en mi comentario desaparecido. Ahora ya estaba sin ganas de escribir y sólo lo he hecho por no quedar como un cobarde pecador. También decir que mi comentario anterior era mucho más ofensivo y hostil

Kez dijo...

Jeje Rigolet, empiezas a darme miedo [¡qué lástima el problema con el comentario más ofensivo y hostil borrado!]. Sobre La Sexta creo que el problema no es que la cadena en cuestión se proclame de izquierdas o no [cierto es que su linea editorial es claramente centro-izquierdista desde el punto de vista partidista], el problema es que gran parte de la audiencia de La Sexta [la parte quizás más progre-pop] se considera de izquierdas viendo La Sexta y votando al PSOE, cuando lo que están consumiendo es un producto netamente conservador [desde las noticias de la cadena hasta "Mujeres ricas", pasando por "Sé lo que hicisteis..." y por "El intermedio"], con lo cual la perversión tiene tintes estratosféricos: la izquierda ha muerto en tanto que se ha acoplado en el engranaje industrial y comercial que aplauden sus enemigos partidistas [como ves conservo tu distinción entre ideología y partidismo, porque me parece la adecuada para aclarar posiciones].

Y ya que has introducido el término "marketing político" sí, exacto, tú eres consciente, yo quizás también, pero la mayoría de la audiencia no: la mayoría de la audiencia de Tele 5, por ejemplo, está convencida de que Belén Esteban y las cosas que le ocurren no están guionizadas.

Sin más, Rigolet. Es un placer debatir contigo [y te doy la enhorabuena si logras que Blue vea un episodio completo de "Mujeres ricas" que, por cierto, Blue, ahora lo ponen los domingos por la noche. Ya nos contaras, jeje]

Kez dijo...

Rigolet, me acaba de llegar [al correo] el mensaje ofensivo y hostil. Copio íntegramente el trecer y último párrafo [los otros dos más o menos quedan expuestos en tu último mensaje]:

"Un mensaje personal para el autor del blog: No nos vendas la moto con encuestitas si al final son sólo una excusa para acabar hablando de La Sexta (con lo que el texto iba a ser prácticamente el mismo ganase el programa que ganase) y explicar generalidades sobre cómo las cadenas de TV y la publicidad se juntan para hacer el mal y ganar el máximo dinero posible a costa del espectador. Eso cuando no te da por "suponer" qué anuncios aparecen durante la publicidad de Mujeres Ricas para acabar elaborando una teoría, sin haberlo siquiera comprobado anteriormente. Supongo que al final todo esto es un juego que nos propones en el que nos quieres hacer sentir como en un régimen democrático y acabar haciendo lo que te da la gana para reflejar así las democracias existentes.

¡ME CAGO EN DIEZ!"

Rigolet, luego te respondo [ahora me tengo que ir]. Voy a poner mi artillería a entrenar, jajaja.

Blue dijo...

Rigolet me está haciendo sombra, ja, ja.

Hay una cosa que se me escapa: Mujeres...¿es un programa de ficción?

Y otra cosa. Si no podemos dar opinión sobre lo que nos parece bueno o malo, ¿Lo único que nos queda es valorar los programas desde el punto de vista técnico? Porque si es así también puede ocurrir que el Sálvame sea una joya ¿No?

Ya veré que pasa el domingo. Hay solo una tele en casa y la negociación puede ser dura. No prometo nada, ja, ja.

Saludos.

Kez dijo...

Rigolet, las encuestas no son síntoma democrático del Blog Abisal. De hecho he exteriorizado mis armas de manipulación. Y tienes razón cuando dices más o menos las ganas que le tenía a La Sexta, pero la entrada hubiera sido distinta si hubiera ganado "La Sexta Noticias" [que hubiera sido más política y cañera], o si hubiera ganado "Sé lo que hicisteis" [que se hubiera enfocado seguramente en cómo las mujeres reporteras y la presentadora responden al canón de belleza occidental esclavista], etcétera. Sobre "Mujeres ricas" reconozco que solamente he visto el último programa, así que estuve atento a la publi; también vi varios vídeos de los que están colgados en la web del programa.

[La entrada de "A serbian film" está a medio hacer. Hay hostias para todos, así que te espero en el debate].

Y Blue, la estrategia principal de ficción de "Mujeres ricas" consiste en todas las acciones que tienen lugar que se han escrito previamente en el guión, y que son cosas que las tontunas no harían de no ser porque hay un dispositivo técnico de grabación.

Un saludo a los dos,

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