jueves, 11 de octubre de 2012

Los fascistas carroñeros, valga la redundancia

La maquinaria fascista está en marcha: el endurecimiento de las penas que contempla la reforma del Código penal constata el ultrapopulismo de un gobierno que se mueve al son de los programas televisivos de Ana Rosa Quintana y de Susana Griso.

¿Quién duda ya de que "El programa de Ana Rosa" (Tele 5) y "Espejo público" (Antena 3) soportan una densidad ideológica infinitamente superior a la que se destila en cualquier contenido político de cualquier informativo? Esos programas son auténticas máquinas de crear opinión, y su peligro radica precisamente en que su ideología pasa desapercibida bajo la apariencia vistosa y, entretenida, de un patio verdulero.

Cada día, en estos programas, se inyectó la necesidad de una Justicia Social; y ahora Gallardón se la regala, como perro condescendiente con su amo. El gobierno sabe muy bien sobre qué tipo de gente ejecuta sus decisiones, sobre esa chusma anónima o esa audiencia millonaria que mira la televisión pensando que se está entreteniendo cuando en realidad está siendo adiestrada. La ideología ultraconservadora se mueve bien en la salsa sensacionalista, verdadero caldo de cultivo del populismo que no tiene por menos de acabar en fascismo

No debemos olvidar que en todo principio de fascismo, la gente quiere venganza, amparándose en deseos siempre primarios y viscerales: el gobierno obedece, y le da cuerpo racional en forma de ley. Así es como de forma casi imperceptible, el fascismo se va legitimando.

Los fascistas son animales carroñeros; después de comerse el cuerpo muerto y podrido que hoy Gallardón les ha puesto sobre la mesa, pedirán más: su voracidad responde a un hambre de siglos, continuamente insatisfecho.




NOTA: Esta entrada es el resultado de sumar un texto publicado hoy en el Muro de Facebook y un vídeo ["In Ictu Oculi", Greta Alfaro] que ya se vio en el Blog Abisal en abril de 2011.

2 comentarios:

Vicicle dijo...

Con tu permiso cojo el vídeo. Un texto lúcido y directo. Gracias.

Kez dijo...

Gracias a ti, Vivicle...

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