viernes, 10 de septiembre de 2010

Cómo ser Michael Haneke



Para ser como Michael Haneke es preciso aprender a querer a los amigos de la forma que sugería Nietzsche. Ante un problema donde tu amigo se enfrenta a un abismo, tienes que ayudarle a enfrentarse a su horror; hacer todo lo posible para arrojarle hacia el lugar donde habitan sus fantasmas; respetarle hasta el punto de dejarle que se debata entre la supervivencia y la caída al fondo del pozo del que está colgado; que llore, que grite, que luche contra sus demonios... Y solamente en el preciso instante en que su fuerza le abandone y empiece su vuelo hacia el vacío, cogerle fuerte la mano, llevarle donde estás tú y abrazarle con todas tus fuerzas.

Un rescate precipitado habría sido una trampa, un atajo en el que le habrías devaluado como ser humano, un mecanismo cristiano de compasión que solamente busca mitigar el dolor, huir de la verdad o correr hacia otra farsa. Un abrazo antes de dejarle caer habría supuesto una traición a la naturaleza de tu amigo, le habrías desviado de sí mismo...


Para ser un cineasta como Michael Haneke es preciso amar a tus espectadores de la forma que Nietzsche defendía el amor entre los amigos. Es preciso que los pongas al borde del precipicio, en posición de indefensión y girarles el espejo para que recuperen la frontalidad perdida... Y solamente rescatarlos al final, siempre y cuando el rescate sea posible...

Es preciso, también, amar a los personajes que construyes de la misma manera que amas a tus espectadores, sin compasión, despejándoles el camino hacia su perdición para que soporten, sin prótesis compasivas, el hecho de salvarse a sí mismos, siempre y cuando la salvación sea posible...


Pero no es suficiente con asumir que el amor es incompatible con la compasión..., porque, sobre todas las cosas, para ser como Michael Haneke es precio ser Michael Haneke, ese señor canoso de 68 años que sale en la entrevista, sonriendo amablemente mientras habla del horror que ha intentado retratar.

7 comentarios:

Sensei Katorga dijo...

Todavía recuerdo cómo en Funny Games, tras pegarle un tiro al hijo de la pareja, todo se vuelve más crudo y a la vez se nos implica en ese proceso de violencia al que nos arrastra el director que logra, o por lo menos logró en mi, una forma de catarsis rayana a la mala leche, la forma en la que trata la violencia es extremadamente banal, algo que parece o tiene un halo de normalidad. Y todo por unos cuantos huevos. Extraordinario y con "Cache". Esperemos sentados e impacientes a su próxima obra.

Blue dijo...

Quizás solo sea necesario amar tu trabajo. Si te gusta y pones el alma en él, lo demás seguramente viene solo.
Y a propósito del argumento de la película: Hay que tener cuidado con eso de buscar sensaciones nuevas...
Aclaro que no la ví. Todavía.
Saludos.

Kez dijo...

Sensei, lo que dices, eso es... Lo que diferencia a Haneke (sobre todo al Haneke de la primera mitad) de otros directores es que ubica al espectador en un lugar, dicho de manera muy sintética, incómodo. Por ejemplo, en Funny Games, el espectador que se introduce en la historia se identifica (por inercia asertiva) con el sufrimiento de las víctimas, pero Haneke te empuja a que te pongas también del lado de los verdugos. Resultado: ezquizofrenia psico-narrativa volcada e impuesta sobre el espectador de forma magistral.

Blue, a ver si lo que va para Sensei te motiva para que veas Funny Games y nos cuentes que te ha parecido.

Un saludo a los dos y gracias por venir.

La Isla Misteriosa dijo...

Dice el gordito: "Es como estar dentro de un agujero negro. La fuerza gravitatoria es tan grande que nada, absolutamente nada puede escapar, lo que significa la ausencia total de comunicación, pero...."
¿Qué hora es?...y al agua pato con la mamá.
GENIAL.

Anónimo dijo...

Haneke es uno de los pocos genios vivos.

Crowley dijo...

Grandioso Haneke y no menos interesante reflexión por tu parte hacia su persona. No hace mucho le dediqué un especial en mi blog, analizando toda su obra. Te invito a que le eches un ojo si te apetece.
un saludo

Kez dijo...

Crowley, he entrado en tu sitio y lo que has escrito de Haneke es una tesis al lado de mi pequeña reseña, jeje. En cuanto tenga un poquito de tiempo lo leo y te digo.

Jordim. Sí. ¿Cuántos más genios crees que hay dentro del cine al día de hoy?

A los dos y a La Isla Misteriosa, gracias por los comentarios.

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